Aguascalientes entró en la temporada de calor con un repunte preocupante en las condiciones de sequía. De acuerdo con el más reciente reporte del Monitor de Sequía de México (MSM), publicado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), al 15 de mayo de 2025, el 88.2% del territorio estatal se encuentra bajo la categoría “anormalmente seco” (D0) y el restante 11.8% ya registra sequía moderada (D1).
Este deterioro es particularmente significativo al compararse con el escenario de principios de año, cuando el 100% del estado se encontraba libre de afectación por sequía.
Al 15 de enero de 2025, Aguascalientes no presentaba registro alguno en ninguna de las cinco categorías de sequía establecidas por la Conagua: D0 (anormalmente seco), D1 (sequía moderada), D2 (sequía severa), D3 (sequía extrema) ni D4 (sequía excepcional).
Municipios afectados: 27.3% ya en sequía
El análisis por municipios refuerza la gravedad del fenómeno.
De los 11 municipios que conforman el estado, Aguascalientes, Calvillo y El Llano ya presentan condiciones de sequía moderada (D1) y otros ocho están clasificados como anormalmente secos (D0), lo que significa que el 27.3% del total ya sufre algún grado de sequía (de D1 a D4), y el 72.7% restante no está aún oficialmente en sequía, pero enfrenta sequedad que puede evolucionar.
Este avance en la afectación coincide con la persistencia de condiciones atmosféricas adversas en gran parte del centro-norte del país.
Aunque durante la primera quincena de mayo se registraron lluvias por arriba del promedio en el noreste, oriente, sur y sureste de México —gracias al paso de los sistemas frontales 41, 42 y 43, combinados con canales de baja presión y corrientes en chorro—, Aguascalientes no se benefició de estos fenómenos debido a la permanencia de una circulación anticiclónica en niveles medios de la atmósfera, que mantuvo condiciones secas y calurosas.
Comparativa nacional: Aguascalientes pasa de cero a alerta
A nivel nacional, la sequía también mostró un repunte.
El porcentaje de superficie del país afectada por sequía moderada a excepcional (D1 a D4) aumentó de 46.5% a 49.4% entre finales de abril y el 15 de mayo. En contraste, en Aguascalientes el salto fue aún más abrupto, al pasar de cero afectación en enero a una cobertura total bajo alguna condición de sequedad o sequía.
Comparativamente, Aguascalientes muestra un deterioro más rápido que estados vecinos como Guanajuato —que tiene 48.4% del territorio en sequía moderada—, y un nivel de alerta similar al de Zacatecas, donde 30.7% del área está ya en esa misma categoría.
Sin embargo, el estado permanece lejos de los niveles críticos del noroeste del país: Chihuahua y Sonora, por ejemplo, presentan más del 90% de sus territorios en sequía extrema o excepcional (D3 y D4).
El contexto climático
La situación en Aguascalientes es reflejo de una tendencia más amplia. A pesar de los eventos lluviosos localizados, las condiciones de sequía se intensificaron en regiones del norte y noroeste de México, debido a la continuidad del patrón anticiclónico que inhibe la formación de nubosidad y reduce las precipitaciones.
Según el documento de Conagua, el incremento más notable de sequía excepcional (D4) se dio en los estados de Sonora y Chihuahua, mientras que zonas del noreste, como Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, lograron reducciones leves en sus niveles de sequía gracias a las lluvias registradas durante la primera quincena de mayo.
Perspectivas
Si bien la presencia de lluvias en otras regiones del país puede generar expectativa de alivio, en el caso específico de Aguascalientes los pronósticos a corto plazo no anticipan mejoras relevantes.
La combinación de calor persistente y falta de humedad en el suelo sugiere que el estado podría continuar su transición hacia fases más severas de sequía si no se presentan precipitaciones significativas en las próximas semanas.
Impactos económicos de la sequía en Aguascalientes
La expansión de la sequía no solo representa una amenaza ambiental, sino también un riesgo directo para la economía regional. Entre los efectos económicos que pueden observarse en escenarios como el actual destacan:
-
Pérdidas en la producción agrícola y pecuaria, con afectaciones en rendimientos y calidad.
-
Recesión en la tasa de crecimiento económico de la región, especialmente en zonas rurales.
-
Reducción en los ingresos de productores, comerciantes y transportistas, derivado de la menor actividad productiva.
-
Aumento en la demanda de energía para riego y sistemas de bombeo, lo que eleva los costos operativos.
-
Caída en industrias asociadas o dependientes del sector agropecuario, como alimentos procesados, logística y exportación.
-
Desempleo en sectores afectados y reducción en el acceso a créditos, lo que limita la inversión y el consumo.
-
Menor recaudación fiscal por caída en los ingresos de las empresas y contribuyentes afectados.
Estos factores generan un efecto dominó sobre la economía estatal, que podría agravarse si las condiciones climáticas actuales se prolongan hacia el segundo semestre del año.
Puedes leer también
Productores de Aguascalientes podrán obtener paneles solares