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Seicsa: cuando el color negro ayuda a que el planeta siga siendo verde

En el mundo de Irene Rocha Martínez y Fernando Cruz Soto, verlo todo de negro no tiene una connotación negativa. Hace veintidós años que son distribuidores oficiales de Poly-Flex, un polímero de color negro usado para fabricar geomembranas.

Cuando alguien escucha hablar de geomembranas, seguramente no es capaz de comprender lo importante que son para la conservación del medio ambiente. El Poly-Flex, un material relativamente nuevo (tiene unos 50 años), es utilizado para proteger el subsuelo de los rellenos sanitarios; sirve para contener residuos peligrosos y proteger los mantos freáticos.

Rellenos sanitarios

“Hasta la fecha, seguimos sin tener suficientes confinamientos en México: son muy caros”, se lamentan los dos fundadores de Seicsa Proyectos Ambientales.

Ellos saben que desde el momento en el cual decidieron apostar por la calidad y no por el precio, iban a verse obligados a recorrer el camino más largo. Sin embargo, como ecologistas convencidos, ponen al medio ambiente en primer lugar. De ahí, el nombre de su empresa y las diferentes líneas de negocio que han implementado.

Almacenamiento de agua

El uso en los rellenos sanitarios es solo uno de los potenciales que tiene la geomembrana comercializada por Irene y Fernando. Una de sus principales atribuciones es el almacenamiento de agua y la construcción de lagos artificiales. Conscientes de que el agua es un bien escaso (“las próximas guerras van a ser por el agua”, asegura Cruz Soto), en 1997 desarrollaron su primer proyecto para una inicialmente incrédula comunidad de San Miguel de Achiutla (Oaxaca).

De esta forma, fueron cocinando los valores de “honestidad, calidad y compromiso”, que hoy son el motor de Seicsa. “Estamos hablando de necesidades básicas”, sostiene Fernando, quien reconoce que están teniendo que ser muy pacientes pues enfrentan “un tiempo de penetración de la mala calidad” en el mercado, “una competencia muy desleal”. Según él, el gobierno debería regular esta actividad tan delicada.

En Aguascalientes, están empezando a vislumbrar un mercado emergente. La empresa de Jesús María brinda soluciones integrales y sostenibles a algunos retos del campo mediante su producto estrella: la geobolsa. Este artículo 100 por ciento Seicsa fue recientemente patentado, acción que se realizó por consejo de la aceleradora Endeavor, la cual ve mucho futuro en esta línea de negocio.

La geobolsa es un enorme saco fabricado de Poly-Flex y conectado a una estructura de recolección de agua de lluvia. Varios ranchos de Aguascalientes están instalando este sistema que tiene un valor agregado: su facilidad para transportarse. Al contrario de otros medios como los tinacos, es muy ligera y se puede doblar. Además, se le puede dar un uso doméstico.

Estos empresarios se ven exportando este producto, en unos años, a algunos lugares de África con problemas de acceso al agua y de sequía. Pero antes, quieren “teñir de negro” el estado de Aguascalientes, donde comienzan a tener más demanda, sobre todo de los ranchos.

Los retos del campo

Irene y Fernando se han parado a analizar el medio rural y sus desafíos. Así, nacieron otros proyectos basados en las distintas posibilidades de empleo del Poly-Flex, como los tanques de acuicultura, que nacen con doble propósito: pecera y riego fertilizado.

Y si se han atrevido con los peces, ¿por qué no con el estiércol? Gestionar los residuos orgánicos procedentes de la ganadería, sobre todo de la bovina, no es tarea fácil. Los biodigestores vienen a atender este problema con una solución tan rentable como ecológica: transformar los deshechos en energía.

“Se mete en el biodigestor y se convierte en metano, el cual se usa para arrancar generadores de electricidad”, explica Fernando, orgulloso de un negocio con el que él e Irene –su esposa– esperan trascender, al menos hasta sus hijos.

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