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¿Se puede franquiciar en todos los giros?

Retomemos una vieja discusión: ¿Cualquier negocio es franquiciable? Desde luego que no. Para que un concepto pueda replicarse exitosamente y convertirse en franquicia, es necesario que se presenten varios elementos:

  1. Que los bienes o servicios tengan mercado. Si la franquicia es un modelo de crecimiento, lo comercializado debe ser adquirido por los consumidores.
  2. Que la empresa esté probada y consolidada. Es difícil establecer un tiempo o alguna medida para saber cuándo es el momento idóneo para el cambio; no obstante, esto se puede ver como una realidad cuando los procesos operativos se han probado y se cuenta con la experiencia suficiente. Definitivamente, no se franquician ideas.
  3. Tener una marca registrada.
  4. Ser comercialmente atractivo. Es decir, tiene que haber personas dispuestas a invertir en el proyecto.
  5. También, ser financieramente interesante. Ningún inversionista pensará participar si no se le asegura un retorno de inversión y una rentabilidad atrayentes.
  6. El negocio tiene que ser repetible y transmisible. No deben existir barreras físicas o humanas que impidan la réplica y transmisión de conocimientos a los nuevos operadores. Hay conceptos cuyo éxito depende del lugar en el cual están establecidos o de las personas que los operan; esto los hace no franquiciables.

Si tomamos en cuenta estos elementos, podemos concluir que son muchos los giros en los cuales se puede iniciar una franquicia. Existe la equivocada creencia de que este modelo solo es factible en el ramo de los alimentos; sin embargo, según la Asociación Mexicana de Franquicias, se ha identificado más de 80 giros en los que opera con éxito: talleres automotrices, lavanderías, tintorerías, entretenimiento infantil, dulcerías, cines, agencias matrimoniales, agencias funerarias, refaccionarias, bodegas… la lista es interminable.

Así pues, una conversión exitosa (que se medirá mediante el crecimiento, construcción y posicionamiento de marca, dominación de mercados) depende del cuidado que se tenga en el proceso de planeación y operatividad, no en el tipo de negocio.

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