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Sé como Steve Jobs o Elon Musk y usa el silencio incómodo a tu favor

Hay un diálogo en la película ‘Vivre sa vie’ del director de culto Jean-Luc Godard en la que el personaje interpretado por Anna Karina, Nana Klein,  cuestiona al filósofo con el que está manteniendo una conversación la necesidad de estar siempre dialogando y la incapacidad de los humanos de mantenerse en silencio.  “Cuanto más se habla, menos quieren decir las palabras”, espeta. 

La postura asumida por Nana Klein puede ilustrar uno de los momentos más fastidiosos que pueden pasar las personas: los silencios incómodos. Para algunos, esta situación puede llegar a ser tan embarazosa o desagradable que prefieren mantener una conversación, sea cual sea el tópico o la respuesta, a riesgo de volver aún más incómoda la situación vociferando con un comentario que no guarda sentido. 

Por ello, Justin Bariso, especialista en Inteligencia Emocional, apela a cambiar el enfoque de las personas cada vez que se enfrentan a un silencio incómodo y adoptar una actitud similar a la que toman los multimillonarios y empresarios exitosos Elon Musk y Jeff Bezos. 

El experto hace alusión a su capacidad para procesar información, pensar críticamente e identificar ideas clave, pero rescata un hábito que quizá no ha sido del todo hablado o difundido: la regla del silencio incómodo. 

«Es simple: cuando te enfrentas a una pregunta desafiante, en lugar de responder, haces una pausa y piensas profundamente en cómo quieres responder«, señala Bariso, aunque precisa: esta pausa puede prolongarse por más de 15 segundos, por lo que si no estás acostumbrado a tomarte tanto tiempo, puedes sentirte incómodo.

En este sentido, Bariso rescata una declaración de Garrett Reisman, un ingeniero y antiguo astronauta quien dejó la NASA para irse a SpaceX y quien fue preguntado sobre esta técnica utilizada por su jefe: «Si le haces una pregunta seria, la va a valorar. Y entrará en esta suerte de trance en la que mirará al vacío. Y lo que está haciendo es concentrar todo su intelecto, que es considerable, en solo responder esta pregunta«.

Justin Bariso también expone el ejemplo Steve Jobs, quien en una conferencia en 1997 recibe una crítica de un asistente quien le cuestiona duramente -”¿qué has hecho los últimos siete años”, le pregunta-, provocando un silencio prolongando en el fundador de Apple antes de que éste respondiera magistralmente en una reacción que ha sido referida como una clase de inteligencia emocional.

«Estos ejemplos ilustran que la regla del Silencio Incómodo es una gran herramienta de pensamiento crítico. Puede ayudar a respuestas más profundas, más analíticas y más reflexivas. Puede conducir a resolver los problemas de manera más efectiva, lo que lleva a un mayor entendimiento«, señala Bariso.

No obstante, señala que la correcta aplicación de esta máxima está relacionada con la Inteligencia Emocional.

El especialista refiere que los pensamientos sosegados y racionales involucran una parte del cerebro conocida como corteza prefrontal, pero al sentirse atacado o bajo presión, el humano activa la amígdala cerebral, la cual tiende a «asumir el control en una especie de secuestro emocional«.

 Bariso señala que eso no siempre es malo, pero el peligro empieza cuando las emociones no pueden controlarse y decimos cosas de las que después nos arrepentimos.

«Pensemos en el ejemplo de Steve Jobs respondiendo al insulto. Esta fue una de sus  primeras apariciones importantes después de reincorporarse a Apple. Cuando se fue muchos años antes, se había ganado la reputación de ser arrogante e incapaz de trabajar bien con los demás. La respuesta incorrecta podría haber perdido la confianza de su empresa, los inversores y el público antes de que sus planes de recuperación comenzaran. Pero al adoptar la regla del Silencio Incómodo, pudo mantener sus emociones bajo control y ofrecer una respuesta perfecta«, ilustra Bariso. 

El colaborador de Inc. sostiene que al momento de hacer frente a cuestionamientos desafiantes, la persona puede sentirse tentada a decir lo primero que se le venga a la mente, pese a que no tenga mucho sentido, o puedes responder para satisfacer al interlocutor en lugar de dar una respuesta en la que realmente crees. 

¿Eso es lo que realmente quieres? ¿O más bien preferirías tomarte unos segundos, pensar las cosas, y responder de una forma que te enorgullecerás después?”, pregunta Bariso.

Por eso, el especialista aboga por seguir la regla del Silencio Incómodo, pues al momento de aplicarla, estarás: comprando tiempo para pensar; tomar el mando de la situación; ayudándote a mantener la calma; incrementando tu confianza; generando una mejor respuesta.

Cuanto más practiques, la pausa incómoda ya no será tan incómoda, y más podrás hacer que las emociones trabajen para ti, en lugar de contra ti”, finaliza Bariso.

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