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Sara María Terrazas: la simetría laberíntica desde la abstracción matérica

La interpretación del mundo a partir de la resignificación de sus elementos, teniendo como recurso una serie de materiales diversos, ha sido el sello identitario de la obra de Sara María Terrazas. Oriunda de Chihuahua pero zacatecana de corazón, la artista plástica ha sobresalido por la organicidad secuencial y la originalidad de sus obras. Las mezclas, la diversidad, pero sobre todo, el orden impuesto desde la visión de la artista, son las principales características por las que sus creaciones

Teniendo el arte como la expresión más profunda de lo humano, las piezas que crea funcionan como un puente entre la realidad, las sensibilidades y aquello que se construye dentro de cada persona, sin olvidar los espacios compartidos y los elementos que, finalmente, todos comparten. A partir de composiciones ingeniosas, Sara Terrazas «habla directamente al alma». Toda esta construcción tiene sus orígenes en la presencia de la pintura y la música en su temprana edad, afirma.

Antes de dedicarse al arte, se formó como educadora y, siguiendo el camino del estudio, se inclinó por la naciente licenciatura en maestro investigador en artes y técnicas textiles. Para este momento, además de sus iniciales acercamientos con el arte, había tomado algunas clases de pintura y dibujo con Roberto Reveles. “Debo decir que yo no tenía muy claras las posibilidades de expresión artística que el textil podía proporcionarme. Me encuentro feliz de haber tomado esa decisión”.

Tejiendo texturas e ideas

La variedad de creaciones y matices que se pueden crear desde lo textil han sido el motor de la obra de la artista. A partir de sus estudios, se fijó el rumbo que seguiría más tarde como creadora: “Casi en todo mi trabajo, el textil o el uso de técnicas textiles está presente”. El estilo que ha predominado durante sus trabajos artísticos es el arte textil y la abstracción matérica, ya que, más allá de los textil también integra elementos de la naturaleza o reutiliza materiales de desecho.


La carga matérica de sus piezas puede brindar contrastes que armonizan en torno a temáticas e ideas que logran desprender toda una serie de complejidades, desde los entornos naturales, el lenguaje o los problemas sociales, señala: “en cada uno cabe un mundo para crear”. Para materializar sus intenciones en el arte, los procesos se diversifican según sea lo que se requiere o quiere representar. Cada proyecto representa un reto que se define en torno al material, la técnica, el color y la textura, que lleva consigo una etapa de experimentación.


Imágenes concretas, colores sobrios, patrones que brindan un sentido de continuidad, equilibrio y mesura, son algunas de las características que acompañan las obras de la artista. En cuanto a la elaboración de sus piezas, menciona: “Mi trabajo es racional y disciplinado pero siempre dejo un margen a la intuición». A pesar de que sus proyectos retratan con gran ingenio las temáticas y las abordan de manera clara, las posibilidades de interpretación se vuelven infinitas dada la autonomía de los mismos.


En cuanto a sus materiales, muestra una clara preferencia por aquellos de origen natural: “Trabajar con diferentes materiales orgánicos me hace sentir más conectada con la tierra, sentir sus texturas, sus colores, sus olores. Estimula todos mis sentidos”. No se trata de meros trabajos visuales que revelan una cara alterna de los fenómenos naturales que comprenden la cotidianeidad, sino que revelan toda una experiencia que involucra dar nueva vida a la naturaleza muerta. Algunos de los materiales que más utiliza Sara Terrazas son: yute, henequén, fibra de coco, espinas, metal, papel, cartón, algodón, hojas secas, piedras, mimbre, ramas secas, carrizos, entre otros.

Homenaje a la tierra

A lo largo de su trayectoria ha tenido más de 14 exposiciones colectivas, así como individuales tanto a nivel nacional como internacional. Una de las exposiciones que más marcaron su trayectoria fue “En la lluvia del sueño”. La cual, admite, surge por la profunda admiración hacia las técnicas textiles que realizan los pueblos originarios de la entidad. Asimismo, se trató de un proyecto en el que se dio la posibilidad de explorar la posibilidad de entablar un diálogo entre la antropología y el arte textil.

Por otro lado, su exposición más reciente, Del viento a las raíces, reúne un total de 57 piezas que ha realizado desde 1992 y que son, en su mayoría, obras con técnicas y materiales textiles. Al respecto, indica:

“El título es homenaje a la tierra, tanto a la que me vio nacer, como a esta tierra zacatecana, a la cual me trajo el viento, en la que he echado raíces. Estas tierras me han motivado a crear y descubrir la pasión que siento por el arte”.

Las referencias a los elementos naturales conviven con una particularidad que esquiva el caos y se asienta en una simetría laberíntica. Las formas se conjuntan para invitar al espectador a la reflexión, que, además de las figuras, colores y texturas, se desata por los títulos. Estos contienen una carga poética que se sincroniza con la pieza expuesta, de ahí la gama de posibilidades que aborda cada una.

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