En el mundo acelerado y demandante en el que vivimos, encontrar el equilibrio entre el bienestar físico y mental con nuestra imagen personal puede parecer una tarea titánica.
No obstante, para Erika Iturriaga Sanz, fundadora y directora general de Sanitu, esa búsqueda se convirtió en una oportunidad para construir un estilo de vida cimentado en el cuidado integral del cuerpo y la mente.
De la televisión al mundo del bienestar
La trayectoria de Erika Iturriaga inició en medios de comunicación, lo que implicó que tuviera un permanente cuidado de su imagen, constituida por su salud física y mental.
Hace tres años, decidió girar su camino hacia el universo del bienestar con la fundación de Sanitu. Este fue el inicio de un viaje significativo y la creación de un espacio único en el que el bienestar y su pasión por el cuidado tanto físico como emocional se entrelazan de manera armoniosa.
«No sólo lo hago porque me gusta cuidarme, sino también, con la técnica y con el estudio, te profesionalizas», comparte con determinación.
Este compromiso con la excelencia se tradujo en la apertura de Sanitu, un recinto hospitalario que va más allá de los estándares convencionales para ofrecer tratamientos personalizados y efectivos.
Sanitu: más que un spa, una filosofía de vida
Para ofrecer un estilo de vida saludable, Sanitu trasciende los servicios convencionales de aparatología y cuidado facial. Sus tratamientos personalizados se adecúan a las necesidades de cada individuo y así se desmitifica la noción de las soluciones genéricas.
“Se trabaja de una forma funcional para que cada cuerpo tenga los mejores resultados. La mayoría de los pacientes adquiere un paquete de consumo diario, es decir, por 35 días tiene que venir diario, de lunes a sábado. Es importante para Sanitu que se sientan como en casa”, afirma.
El secreto: aparatología con habilidad
Mientras muchos spas se centran solamente en la tecnología, en Sanitu, el verdadero secreto para lograr resultados satisfactorios radica en la habilidad de transmitir un estilo de vida y una cultura del cuidado.
“Tras entrar y adquirir un paquete, hay personas cuyo resultado es como si se hubieran hecho una cirugía. ¿Por qué? Porque, al final del día, nosotros les enseñamos a cambiar su estilo de vida”, añade. Erika Iturriaga explica que, en el caso del paquete integral, algunos usuarios han podido bajar de dos a cinco kilos y hasta dos tallas en un promedio de 35 días.
Limpieza por dentro y por fuera
Como parte de su metodología de trabajo, Sanitu pone en marcha alrededor de 27 protocolos para la reducción de flacidez, eliminación de celulitis, tonificación y moldeado corporal.
Además de estos métodos, utiliza cerca de doce aparatologías como parte de la terapia diaria para lograr una desintoxicación del hígado, riñón y sistema digestivo.
“Utilizamos maderoterapia, radiofrecuencia, gimnasia pasiva, presoterapia, manta térmica, desintoxicación iónica, cavitación, drenaje linfático, lipoláser, carboxiterapia, etcétera. Nuestro secreto es el método”, remarca.
Miras hacia el futuro: innovación y cuidado continuo
Como bien sabemos, el tiempo es un recurso precioso, por lo que Erika comparte sus planes para el futuro: «El 2024 nos trae tratamientos más rápidos, eficientes y, sobre todo, adaptados a las demandas modernas».
En ese sentido, la continua actualización de aparatología y protocolos es crucial para mantenerse a la vanguardia y garantizar su posición como un referente en el cuidado integral del cuerpo.
“Considero que Sanitu es la oportunidad de aprender a cuidarnos y de querernos más, de aceptarnos tal como somos, pero exigiéndonos que podemos siempre dar algo más”, menciona.
Para Erika, en un mundo donde la aparatología y la estética a menudo son sinónimos de cirugías invasivas, desde la excelencia en el servicio, Sanitu trabaja desde el estado de salud para que físicamente las personas se vean y se sientan bien consigo mismas.