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San Peregrino: Visión humana ante el cáncer

Uno de los discursos más significativos —que se han pronunciado recientemente acerca de lo que representa lidiar con el cáncer— lo dio el presentador televisivo Stuart Scott, quien padeció por muchos años la enfermedad. Presuntamente sabedor del final de su vida, el periodista declaró:

Estoy luchando contra la enfermedad, no estoy perdiendo. Tenemos que enmendar esta percepción. Morir no quiere decir haber sido derrotado por el cáncer. Vences al cáncer por cómo sigues viviendo [con el padecimiento], por aquello que vives y por la forma en la que sigues afrontándolo”. 

La perspectiva de Scott es rejuvenecedora puesto que impulsa una visión resiliente del ser humano y su relación con el cáncer, alejada de la habitual óptica belicista en la que los pacientes se ven enfrascados en batallas que ganan o pierden (en función de si superan o no la mortífera enfermedad).

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2020 se registraron más de diez millones de defunciones provocadas por el cáncer, lo que lo sitúa como la segunda causa de muerte a nivel global. En México, cada año se diagnostican 191 mil casos, de los cuales 84 mil fallecen. Por ello, en nuestro país, el cáncer ocupa el tercer lugar como causa de mortalidad. 

Podríamos hablar de más estadísticas alrededor del padecimiento, o bien, refugiarnos en las perspectivas de médicos y especialistas: causas, síntomas, tratamientos disponibles, tasas de supervivencia, etcétera. Es entendible, pero al hacer esto veríamos una imagen incompleta.

Por eso, cobran relevancia las palabras de personalidades como Stuart Scott, quienes visibilizan significados profundos sobre el proceso de lidiar con el cáncer y devuelven el protagonismo al paciente que vive con la enfermedad.

Debemos esforzarnos en recuperar y compartir las experiencias de miles de personas que atraviesan este padecimiento. Al hacerlo, sumaremos componentes más humanos, más sensibles y más empáticos a nuestra comprensión de la enfermedad. Hay que preguntarnos lo que representa para personas concretas vivir con ella, el impacto que provoca en sus vidas y la esperanza siempre presente de remontarla.

Por lo anterior, en esta edición de octubre (mes conmemorativo del cáncer de mama) Líder Empresarial exponemos los casos de Marilú, Mima, Miguel y Julio, quienes apoyados por el equipo multidisciplinario de San Peregrino Cancer Center, nos comparten sus testimonios los cuales exhiben tanto una fortaleza inconmensurable para sobreponerse a las adversidades (físicas, mentales y emocionales) que conlleva la enfermedad, así como un espíritu imperturbable impulsado por unas ganas de vivir tan intensas que hacen recordar los versos de Albert Camus:

En medio del caos me pareció que había dentro de mí una calma invencible. 

Me di cuenta de, a pesar de todo, que en medio del invierno había dentro de mí un verano invencible. Y eso me hace feliz. 

Porque no importa lo duro que el mundo empuje en mi contra, dentro de mí hay algo mejor empujando de vuelta”. 

Estas son sus historias. 


I.   

Julio Manuel Luengas Dondé (68 años) nunca ha fumado en su vida, por lo que la detección de un tumor de tres centímetros en su pulmón izquierdo representó una sorpresa mayúscula.

Julio había sentido un dolor en el vientre, por lo que realizó una visita al médico. Tras una serie de estudios, los resultados arrojaron un cáncer pulmonar. El doctor que lo diagnosticó señaló que, afortunadamente, el tumor era operable. 

A cada quien le pega diferente porque te enfrentas a una situación desconocida, aun cuando familiares míos hayan muerto de cáncer. Gracias a Dios mi actitud fue de ‘manos a la obra’, nada de ‘vamos a ver’. Hay que hacer las cosas rápido y como va. Para esto fue muy importante contar con el apoyo de mi familia”, relata Luengas Dondé. 

Para Marilú Pruneda Saucedo (49 años), el apoyo de su familia fue igual de fundamental al hacer frente a su cáncer de mama. Le diagnosticaron un tumor tras sentir unos bultos en su pecho. Su mamá pasó por lo mismo décadas atrás, pero logró recuperarse, lo que le dio confianza para atravesar la situación.

Sé que mucha gente asocia al cáncer con la muerte, pero por mi cabeza nunca pasó eso. Mis hijos [uno de 21 años, dos hijas de 18 y 11] me dieron mucho aliento y confianza de que saldría bien de esto. Yo estoy muy tomada de la mano de Dios, por lo que me repetía: ‘hay que afrontar lo que venga y darle para delante. Mientras haya vida, hay esperanza’”, recuerda. 

La tranquilidad de Marilú se asemeja a la mostrada por Irma Carlota Frayle Cárdenas (50 años), conocida familiarmente como Mima, quien entró a cirugía para realizar una biopsia, después de encontrarse un nódulo. Al despertar, recibió la noticia de que se trataba de un tumor maligno, por lo que su vida dio un vuelco de 180°.

Fue súper sorpresivo y rápido [pero] yo me decía que iba a estar bien. Se lo transmití a mi esposo y a mi hija, les pedí que no se preocuparan. Nosotros somos de tomar decisiones ágiles. Si se presentan problemas vemos cómo actuamos y todo lo tomamos en familia. Cada quien asumió su rol”, explica Mima.

En 2019, Miguel Ángel Esparza Hernández (22 años) se encontraba lejos de su familia, a un océano de distancia. Desde niño mostró un talento natural para jugar fútbol, y luego pasó por las fuerzas básicas de equipos profesionales como Necaxa y Querétaro. Su sueño lo llevó a Barcelona, donde un equipo de tercera división lo fichó.

Me veía con la vida arreglada a mis 20 años. En España, jugando al fútbol, quizá no era conocido, pero tenía éxito. Me veía realizado […] Después ocurrió ese golpe. Me di cuenta que el mundo no gira en torno a uno”, confiesa.

Miguel llevaba un tiempo con dolores muy intensos en la espalda y en la cabeza, pero los estudios hechos anteriormente habían descartado algo serio. Un día se desmayó y perdió la conciencia. Despertó en un hospital en España con la noticia: tenía un tumor en el cerebro que le estaba ocasionando hidrocefalia. 

Inmediatamente lo operaron. Le quitaron una parte importante del cerebelo, encargada de la coordinación muscular (y otros movimientos). Al investigar el porqué del suceso, los médicos se percataron de que el tumor original se encontraba en los testículos y había hecho metástasis al hígado, pulmones y cerebro: cáncer etapa IV. 

Este es tu partido más importante”, se dijo a sí mismo. “Si no pasas esto, no volverás a ver a tu familia y a tus amigos”, afirmó Miguel Ángel. 

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II.

Tras recibir la noticia, Julio Manuel no dudó ni un segundo en decidir con qué médico acudiría: el oncólogo Froylán López López. Años atrás, el doctor había tratado a su madre de un cáncer terminal de colon. La experiencia y el trato con el especialista lo conmovieron:

Desafortunadamente lo de mi mamá ya era muy avanzado, pero a mí me movió mucho la manera de ser del Dr. Froylán, su preocupación genuina por los pacientes, su profesionalismo, su humanismo. Entonces dije: ‘Si tengo que pasar por el cáncer, pues me pongo en manos de él’”, se sincera Luengas Dondé. 

En septiembre de 2017, motivados por el aumento de pacientes con cáncer y la falta de lugares especializados en donde atender todas sus necesidades, un grupo de médicos especialistas, liderados por el Dr. Froylan López López y la Dra. Marian Escamilla Contreras, fundó San Peregrino Cancer Center, que hoy en día es uno de los centros integrales de atención oncológica más especializados en México, regido por una filosofía de servicio humano y personalizado.

La clínica ofrece los servicios de oncología médica, cirugía oncológica, nutrición, psicooncología, rehabilitación, enfermería y cuidados paliativos. Para ello, sigue las mejores prácticas a nivel mundial en cada uno de los rubros. 

Nuestro objetivo primordial es el bienestar de los pacientes y sus familias. El común denominador de todos los integrantes de San Peregrino Cancer Center es que nos preocupamos y velamos genuinamente por ellos”, menciona el director médico de la clínica integral. 

La Dra. Marian Escamilla Contreras, médico paliativista y cofundadora de San Peregrino Cancer Center, reafirma la idea anterior. Señala que el principal diferenciador de la clínica oncológica es su visión enfocada íntegra y enteramente en el paciente.

Vemos a la persona completa, como un ente biopsicosocial”, puntualiza la doctora. Esto quiere decir que San Peregrino aborda la totalidad de los requerimientos del paciente: “Atendemos sus síntomas físicos: dolor, falta de aire; psicológicos como ansiedad y sociales, porque finalmente estamos inmersos en una sociedad y la enfermedad nos afecta en las relaciones con nuestra familia, con nuestro trabajo. Esa es nuestra fortaleza, no perder de vista el enfoque en el paciente y ofrecer una respuesta a todas sus necesidades”, declara. 

Marilú pudo constatar esa filosofía a partir de la relación con el Dr. José Juan Ramírez Jaime, cirujano oncólogo y uno de los socios fundadores de la clínica, quien la operó de su cáncer de mamá. Posteriormente, la Dra. Lorena Urzúa Flores fue la encargada de llevar su tratamiento. 

Todas son unas personas lindísimas: el Dr. José Juan, la Dra. Lorena, las enfermeras, la recepcionista […] Son gente muy humana. Yo nunca lloré en mi proceso de tratamiento, pero en mi última quimio me dio mucho sentimiento porque fueron todos a cantarme. Les agradezco todo el tiempo que estuvieron conmigo”, comparte Pruneda Saucedo. 

El doctor José Juan señala que algo que connota a San Peregrino es el compromiso de todos sus integrantes con sus pacientes, desde el acompañamiento médico, emocional y familiar. La meta es que no se sientan solos en este proceso.

Es muy fácil decir ‘yo soy el mejor médico o cirujano’, pero considero que el que realmente te comprometas y ofrezcas lo mejor de ti es lo que tiene más valor”, explica Ramírez Jaime. 

A su vez, el Dr. Raúl Alejandro López Saucedo conforma, junto con el doctor José Juan y el Dr. José de Jesús Mejía Bautista, ginecooncólogo, el equipo de cirujanos de San Peregrino. 

López Saucedo colocó a Mima el catéter subclavio para quimioterapia luego de que ella acudió a San Peregrino, después de una experiencia “no tan agradable” en cuanto a cirugía y tratamiento con otros médicos. Llegó tras numerosas recomendaciones de conocidos que la invitaban a tratarse ahí. 

El Dr. Raúl Alejandro es una excelente persona, muy ético, muy cuidadoso, empático, cariñoso […] Créeme que tengo el punto de comparación. Se unen a ti como paciente y familia”, menciona.

En este sentido, Mima sostiene que fue lo mejor que le pudo haber pasado en ese momento. Señala que el equipo de San Peregrino está estupendamente armado y destaca por su amabilidad, su empatía y su comprensión. Refiere que es algo “lógico”, pues si el Dr. Froylan es una excelente persona, lo normal es que se rodee de personas con la misma calidad humana.

El ambiente es tan bonito que nos dio mucha paz. Particularmente me sentí acogida. Como paciente y como familia llegas perdida. Necesitas que alguien te oriente de la mejor manera posible, porque antes no nos habían explicado con exactitud mi cáncer. El Dr. Froylán se tomó todo el tiempo necesario para resolver nuestras dudas”, expresa Mima. 

De la misma manera, Miguel Ángel llegó a San Peregrino tras muchas recomendaciones. Previo a esto, el joven tuvo que pasar cuatro meses internado en un hospital en Barcelona —sometido a un régimen de seis sesiones de quimioterapia por semana—. 

El desgaste físico era enorme, pero aún más lo eran el mental y el emocional. Miguel confiesa que se sentía deprimido lejos de su familia. Por ello, tan pronto se estabilizó su salud, voló un sábado de regreso a Aguascalientes, acompañado de su mamá y su tía (quien es enfermera). 

En ese entonces yo no podía caminar, mi mamá me llevaba a todos lados en silla de ruedas. Fue un viaje muy pesado”, comenta. 

Las opciones para continuar el tratamiento se limitaban a clínicas en Guadalajara, Monterrey, Ciudad de México… y Aguascalientes, en San Peregrino.

Fuimos con diferentes doctores, pero ninguno nos convenció hasta que llegamos a San Peregrino. Desde el primer día se involucraron conmigo como si yo fuera parte de su familia. Como doctores los queremos mucho, pero como personas aún más. Su humanismo nos convenció”, detalla Miguel Ángel. 


III.

Poco tiempo después de llegar a Aguascalientes, Miguel Ángel fue sometido a una extirpación de testículo realizada por el Dr. José Juan. La mamá de Miguel, Martha, expone con honestidad:

La verdad yo ya estaba hasta el gorro de doctores, porque me tocó un desfile de médicos de todas las especialidades. Hasta me hice un tanto fría y exigente. Pero todo salió muy bien, es un excelente médico. Me dio tranquilidad cuando yo desconfiaba”, apunta. 

La psicooncóloga de San Peregrino Cancer Center, Alejandra Díaz Infante, también vio a Miguel Ángel. Si bien menciona que el shock más fuerte ya había pasado (en Barcelona) y estaba un poco más sereno, ella le ayudó a “entender que no era una tragedia lo que estaba pasando, que nos podía tocar a cualquiera. Me mostró que mucha gente sale adelante. A partir de ahí todo fue fluyendo”. 

Mima recuerda con cariño su relación con Díaz Infante. Aunque no tuvo ninguna sesión de terapia psicológica, sí entablaron conversaciones significativas.

Ale llegaba a mis quimios no como psicóloga, sino como amiga de toda la vida. Platicábamos de muchas cosas, quería saber cómo me encontraba. Es importantísimo que te acompañen en ese aspecto, porque siempre alguien externo ve desde otro ángulo lo que estás pasando como paciente y familia”, refiere. 

El cáncer de mama y la quimioterapia exacerbaron los dolores que Mima padecía a causa de su artritis reumatoide. Recuerda que a veces estos eran tan intensos que no podía ni levantarse de la silla. 

Ahí entró la Unidad de Cuidados Paliativos de San Peregrino Cancer Center, liderada por la paliativista Eréndira Esqueda Cisneros, cuya función es proteger y mejorar la calidad y vida de sus pacientes.

Fue una diferencia enorme”, afirma con rotundidad Mima. “La Dra. Ere me empezó a tratar con diferentes medicamentos, todos muy apropiados. Siempre estuvo al pendiente de mí; honestamente considero que si no hubiera entrado a Cuidados Paliativos me habría costado mucho trabajo salir de mis crisis de dolor”, declara. 

La Dra. Eréndira Esqueda refiere que la Unidad de Cuidados Paliativos se caracteriza por brindar un servicio integral (en el que el bienestar del paciente es el objetivo rector). 

Damos un soporte integral relacionado con el control de síntomas causados por la propia enfermedad y, en algunos casos, por efectos de los tratamientos. La intención es llevar un manejo conjunto desde pacientes que tienen cáncer en etapas tempranas hasta más avanzados”, indica Esqueda Cisneros.

Mucha gente se asusta al escuchar cuidados paliativos y cree que está relacionado con el final de su vida, pero en realidad se pueden iniciar desde el día uno (…) Lo que buscamos es que a nuestros pacientes les sepa cada minuto de cada uno de sus días, que su cuerpo les dé la oportunidad de realizar cada una de las metas que se establezcan diariamente”, expone Marian Escamilla. 

IV.

Además de su Unidad de Cuidados Paliativos, uno de los rasgos diferenciadores de San Peregrino es su continúa apuesta por la innovación y la investigación. 

El Dr. Froylán López López lleva 18 años de investigación aportando más de treinta protocolos en diferentes padecimientos como cáncer de mama, pulmón, vejiga, riñón, próstata, sarcomas, entre otros tipos. 

Gozamos de un respaldo a nivel internacional, por lo que nos eligen a nosotros para llevar a cabo estas investigaciones. De esta manera, tenemos acceso a fármacos novedosos a través de protocolos originados principalmente en Europa y Estados Unidos, respaldados previamente por la FDA y la COFEPRIS en México”, explica Froylán. Además, resalta como ventaja que estos medicamentos son gratuitos para los pacientes en el momento en que deciden participar en las pruebas. 

Por ejemplo, expone dos casos de pacientes con cáncer de pulmón. Ambos decidieron participar en el protocolo de investigación, el cual trata la enfermedad a través de un fármaco oral —y que ha reportado excelentes resultados hasta el momento—.

Uno de ellos tiene más de 60 años, es asintomático, hace ejercicio. No requirió cirugía, ni radioterapia, ni quimioterapia. Aun cuando su cáncer hizo metástasis al cerebro, lleva tres años de tratamiento, pese a que el promedio de vida en estos casos es de seis meses y con una alta toxicidad, debido a tratamientos tradicionales como las quimioterapias”, señala el especialista.

Lamentablemente, no todas las personas están familiarizadas con esta posibilidad, menciona Froylán. A su vez, recalca que no cualquier paciente con cáncer puede optar por este tipo de tratamientos, pues los protocolos de investigación son rigurosos y estrictos en cuanto al perfil de los participantes. 

Dado este escenario, es normal que San Peregrino reciba pacientes de diferentes partes de México que cumplan con los diversos requisitos establecidos. 

De hecho casi todos nuestros pacientes provienen de Guadalajara, porque tenemos la oportunidad de ofrecer un protocolo de primer mundo. Estos casi no se conocen y a veces se desperdicia la oportunidad de incluir a muchos pacientes que podrían acceder a tratamientos mucho mejores de los que están establecidos y, además, que sean gratuitos”, declara Froylán.

Para lograr lo anterior, San Peregrino Cancer Center ha conformado un equipo multidisciplinario enfocado exclusivamente en atender los protocolos de investigación, conformado por los doctores Georgina Campos, Jazmín Lomelí, Salvador Pérez y el equipo de enfermería.

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Tanto Gina como Jazmín se encargan de la parte logística del protocolo. Ambas proveen acompañamiento y seguimiento personalizado a los pacientes. Se encargan de tomarles las muestras, realizar los estudios correspondientes, practicar las tomografías, estar al pendiente de eventos adversos, así como reportar los resultados al Dr. Froylán, entre otras cosas. 

Es muy satisfactorio ver cómo pacientes de bajos recursos pueden acceder a este tipo de tratamientos que son muy novedosos y ver que a la mayoría de ellos les va muy bien. Para muchos sería impensable costearlo”, observa Gina. 

Por su parte, Jazmín comenta que es sumamente gratificante observar la evolución notoria de los pacientes que acceden a estos tratamientos innovadores. Actualmente, la clínica trabaja con cuatro protocolos de investigación, pero otra veintena más está en trámite. 

El año pasado, en el Congreso Europeo de Oncología 2020 (ESMO) se presentó magistralmente un protocolo referido al tratamiento de cáncer de pulmón en el que participó San Peregrino Cancer Center, a través del Dr. Froylán López López.

Solamente otros dos hospitales mexicanos participaron en el país: el Instituto Nacional de Cancerología (INCan) y el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER). Lo anterior habla del posicionamiento que gozan el doctor y la clínica en México:

Ya no estamos compitiendo a nivel regional, estamos compitiendo con los mejores centros del país”, refiere López López. “Esto ha fomentado el crecimiento y la academia de todos los médicos que estamos aquí. Al acceder a estas terapias y tecnologías, tenemos que saber a detalle cada uno de los fármacos que utilizamos. Entonces, al salir al mercado, los médicos y las enfermeras ya tenemos información valiosa del medicamento, mientras otros apenas están familiarizándose”, agrega. 

Gina se muestra orgullosa de que la labor diaria de la clínica en temas de investigación tenga eco en el mundo y que se logre el objetivo de ayudar a las personas a superar la enfermedad. “Es una gran satisfacción colaborar en proyectos que se hacen a nivel mundial, porque te habla de que San Peregrino está a ese nivel”, opina

“¡Exactamente!”, responde Jazmín. “Hay trascendencia en nuestra labor, porque lo que estamos haciendo aquí y ahora no sólo va a beneficiar a personas en el corto plazo, sino también en el futuro a muchos pacientes de todas partes del mundo”, añade. 

Asimismo, Froylán López resalta que una de las grandes innovaciones en el diagnóstico de cáncer es la personalización a través de perfiles moleculares de los pacientes. En ellos se revela, a través de marcadores genéticos, qué medicamentos pueden ser de mayor utilidad para cada persona. 

Puedo tener un paciente con un fármaco que le está ayudando y tener a otro exactamente igual: mismo cáncer, misma etapa, sexo, edad, pero con otro marcador genético. Por tanto, le debo de dar otro tratamiento”, aclara el doctor. 

Paralelamente a los diagnósticos, también se han innovado los tratamientos, puntualiza el especialista. Uno de ellos es la terapia dirigida, a través del cual se utilizan fármacos que actúan sobre genes y proteínas específicas que intervienen en el crecimiento y la supervivencia de las células cancerosas. 

Esto es a lo que se accede con estas nuevas terapias y la gente no lo sabe. Se sigue pensando que el único tratamiento disponible es la quimioterapia clásica. Si bien se sigue administrando, su uso ha ido en disminución”, expone Froylán. 

V.

Afortunadamente, Julio, Miguel Ángel, Mima y Marilú no requirieron de entrar a protocolos de investigación para observar una mejoría notable.  

Tras su diagnóstico inicial, Luengas Dondé fue valorado por el Dr. Raúl López. El médico, que cuenta con la subespecialidad de Cirugía de Tórax, le ofreció una alternativa a través de una cirugía de alta complejidad que le permitió cambiar su expectativa de vida.

Posteriormente, Luengas Dondé atravesó un proceso de cuatro sesiones de quimioterapia, hasta que desapareció el cáncer.

Sin embargo, meses después, en septiembre de 2020 regresó la enfermedad: un tumor (ahora de 1.5 centímetros) apareció en su pulmón derecho. Como la vez anterior, requirió de una operación para removerlo. 

Actualmente, sólo va a visitas periódicas para vigilar que no se presente nuevamente la enfermedad. 

Yo creo que me impactó más la reaparición, porque te confirma que tienes una posibilidad alta de que el cáncer regrese. Yo vivo con la confianza en Dios, no con temor, pero predispuesto a que, si volverá a pasar, pasará. Ya veremos en ese caso qué hacemos. No quiero que me vuelva a dar, pero estoy preparado”, reflexiona. 

Por su parte, Marilú completó su proceso de recuperación. Todo salió bien. Ahora acude a la clínica cada dos meses a revisiones. Asevera que, hoy por hoy, ya no tiene cáncer, además de exhortar a las mujeres a revisarse y realizarse exámenes médicos por precaución. Cualquier demora puede ser definitiva en el desenlace de la enfermedad.

El equipo de San Peregrino tiene todo mi cariño. Mi más grande reconocimiento hacia ellos”, dice Marilú emocionada. 

Mima finalizó un proceso de recuperación que consistió en quimio y radioterapias. Ahora recibe un tratamiento de bloqueo hormonal, por su tipo de cáncer, que seguirá por diez años. Además, continúa con visitas regulares a la clínica para cerciorarse que todo sigue bien.

La misma palabra [cáncer] asusta, por lo que es muy difícil pedir a las personas que no sientan temor. Pero yo pienso que la confianza en tu doctor y la actitud que tú le imprimas a lo que estás atravesando son esenciales. Pese a que era una gran posibilidad, por mi cabeza nunca pasó que me iba a morir. He tenido la fortuna de tener el apoyo de mi familia y de unos doctores que son seres humanos maravillosos”, refiere Mima. 

Pese a los pronósticos negativos por la enfermedad, Miguel Ángel ha salido adelante. Tras sortear los momentos más complicados, señala que ahora se ríe al recordar lo cerca que estuvo de los “brazos de la calaca”. 

Las lecciones que ha sacado a raíz de esta experiencia son múltiples. Cuando algo le parece complicado, se repite: “Si volviste a caminar después de todo lo que te pasó, no hay nada que te detenga”. El contraste entre un día estar en la plenitud física y luego permanecer postrado durante meses en una cama lo volvió más fuerte mentalmente. 

Va a sonar a frase motivacional, pero no nos es regalado ningún día. Hay que vivir cada uno como si fuera el último”, sostiene visiblemente emocionado. Miguel Ángel se encuentra en chequeos rutinarios, pero aún no puede decir que la enfermedad está en remisión. Sin embargo, subraya que todo pinta bien.
Por último, Miguel quiere agradecer a todo el equipo de San Peregrino. “Han sido de las personas más importantes de mi vida. Gracias a mi familia y a ellos estoy donde estoy ahora: estudiando, trabajando […] Gracias a ellos, soy feliz día a día”.

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