No olvides que este domingo 1 de abril, haremos la transición al horario de verano, por lo que el sábado 31 de marzo antes de dormir tendremos que adelantar los relojes una hora, de modo que a las 2 de la mañana, los relojes cambiarán para marcar la 1 am.
Todos los años repetimos el mismo proceso, en cierto momento del año hay que atrasar o adelantar nuestros relojes antes de dormir, algunas veces nos quitan una hora de sueño y otras nos sentimos afortunados al recibir una hora extra. Lo repetimos, pero tal vez no conocemos sus orígenes.
Según información de National Geographic, Benjamin Franklin fue uno de los primeros hombres en cuestionarse sobre el desfase horario que existía y pensó que se podría ahorrar carbón de las lámparas si la gente se despertaba más temprano para aprovechar la luz del sol que salía más temprano.
Durante la Primera Guerra Mundial, Alemania fue el primer país en establecer el horario de verano para ahorrar carbón y recursos para la guerra, pronto sus aliados y rivales se unieron a esta técnica de cambio de horario.
Después, en la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos forzó a todos sus estados a adoptar el horario de verano con el fin de ahorrar energía eléctrica y bienes mientras duraba el conflicto. Actualmente, 86 países en el mundo han adoptado esta práctica.
En México, desde 1996 se hace uso del cambio de horario para ahorrar energía y aprovechar mejor la luz del sol, principalmente en el sector doméstico. Los únicos estados que no aplican este cambio son Sonora, que se mantiene igual que Arizona, su principal socio en actividades comerciales; y Quintana Roo que adopta el horario de la costa este de Estados Unidos.
De acuerdo con datos del Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE), la aplicación del horario de verano ahorró un 97.28 gigawatts hora (GWh) de energía durante 2016, equivalente al consumo de 561 mil casas habitación durante un año. Esta cifra representa mil 542 millones de pesos.