Para Rogelio Soto, director general de Prodensa HR Services, Prodensa Manufacturing & Supply Chain Solutions y Prodensa Energy, la expansión internacional no es una hazaña, sino un efecto colateral de una fórmula que ha venido perfeccionando durante más de tres décadas: visión global, ejecución local y una intuición cultivada con método. No es casualidad que hoy lidere operaciones en países como Países Bajos, China, Estados Unidos, Brasil, Chile y próximamente Guyana, con un equipo que responde a una exigencia clara: velocidad, enfoque y resultados.
“Para mí, lo más importante en quienes me rodean es la comunicación rápida, directa e inteligente”, afirma sin rodeos. Soto no da vueltas innecesarias. En su estilo, la claridad es poder. Espera respuestas ágiles y precisas, con sustancia. La metáfora que utiliza para explicar su estándar de enfoque es tan sencilla como potente: quemar una hoja con una lupa. “Tienes que alinear todos los elementos: el sol, la lupa, el ángulo, el papel. Si algo falta, no hay resultado”.
Este principio lo aplica por igual en la resolución de crisis. Su método ante una situación crítica comienza con una pregunta elemental: “¿Qué sucedió?”. Luego, pide calma y convoca rápidamente a las personas clave para entender y resolver. “Cuando comprendes el origen, ya tienes resuelto el 60% o 70% del problema”, asegura.
La delegación, admite, fue una de sus grandes debilidades. “Durante muchos años hice micromanagement, y me funcionó para lograr resultados. Pero entendí que para crecer había que soltar”. Hoy lidera equipos en múltiples zonas horarias gracias a un criterio afinado para identificar talento: personas con persistencia, inteligencia emocional y hambre de trascender.
Rogelio no evita hablar de sus tropiezos. Al contrario, los abraza. “He aprendido a ver con cariño al fracaso, porque me ha enseñado mucho y me ha hecho más fuerte”. También ha aprendido a cuidar su salud mental. El cual lo gestiona con caminatas, música, cine y, sobre todo, con una filosofía que consiste en identificar el origen de los problemas para enfrentarlos con serenidad.
A nivel organizacional, Soto ha sido un promotor radical de la alineación cultural y del sentido de urgencia. “Una respuesta a tiempo marca la diferencia. Esto es una carrera, y necesito a quienes corren a mi ritmo”. También cree en la compensación justa: en Prodensa, los resultados de los proyectos impactan directamente en el ingreso variable del equipo. “No se trata sólo de compartir sueños, sino de repartir también los beneficios”.
Su reflexión final es una invitación a entender el mundo actual como una licuadora: pandemia, cambio generacional, tensiones geopolíticas, nuevas demandas del mercado y una cadena de suministro aún descompuesta. “Tienes que meter todo eso en la licuadora para analizarlo y actuar. No se trata de encontrar una sola respuesta, sino de no dejar fuera ningún elemento. Cuanto más consideres, mejor decidirás”.
En tiempos de complejidad, Rogelio Soto representa un tipo de liderazgo que no sólo acepta el caos, sino que lo disecciona y lo convierte en estrategia. Su brújula no está en los manuales, sino en la experiencia, la observación y una intuición que, lejos de ser mística, es profundamente racional.