Con una esencia artística arraigada, Rodrigo Vidales es un destacado bartender y mixólogo. En 2019 fue distinguido como el mejor de México tras su victoria en el World Class —el concurso más importante de coctelería a nivel mundial—. Actualmente, reside en la ciudad de San Miguel de Allende, donde deleita a los visitantes en su propio bar: Blacksmith.
Rodrigo comenzó a trabajar detrás de una barra para costear sus estudios, que en sus inicios fueron en artes escénicas. Posteriormente, gracias a la pasión desarrollada, decidió desempeñarse más a profundidad en la industria de las bebidas, lo que lo llevó a trabajar en prestigiosos bares de la Ciudad de México, Playa del Carmen y otros.
Antes de ganar en World Class México 2019, Rodrigo compitió en el Torneo de London Nº1, organizado por la marca de ginebra. El bartender cuenta que esa fue la primera vez que participó en una competencia. Al obtener un indiscutible triunfo, contendió en Londres como representante del país entre otras quince naciones. Al final de la disputa, le dio a México el quinto lugar.
A su regreso a la CDMX, le ofrecieron un empleo en el Quince Rooftop, uno de los más famosos lugares de San Miguel de Allende —donde se ha establecido desde hace tres años—. Posteriormente, nació el Blacksmith, lo cual lo inspiró a participar en la competencia que marcó su carrera, con el objetivo principal de promover su nuevo bar.
“Decidí participar en Word Class, el evento más importante para nuestra industria, donde, sin esperarlo, gané. Luego me fui a Escocia a representar a México, en esa competencia mundial éramos 56 países. Representar a México realmente te cambia la vida”, dice Rodrigo.
Una bebida, una historia
Dentro de su trayecto, recuerda especialmente sus experiencias en Gin Gin Roma (en la CDMX), uno de los bares de mixología con ginebra más reconocidos. Allí nació su interés por saber más acerca de los tragos clásicos, lo que considera fundamental para desempeñarse en esta carrera. Además, en ese lugar comenzó a desarrollar su sentido de creación.
“Lo interesante de un trago es que todos tienen una historia que contar, basta con meterse a los libros y averiguar más sobre ellos; también porque es necesario pensar, saber y tener entendimiento de la anatomía del cóctel. Al final de cuentas, estás experimentando con los sentidos, ese es el reto”, señala Rodrigo.
La filosofía de Rodrigo se basa en la curiosidad de conocer todo lo posible de diferentes culturas e historias: esta es su mayor fuente de inspiración a la hora de crear. Para el mixólogo, todo el conocimiento es transformable en ideas, las cuales originan bebidas, cócteles e incluso menús completos.