En México las prácticas de agricultura sustentable son capaces de aumentar la materia orgánica del suelo, mejorar su estructura e incrementar 0.85 toneladas por hectárea el rendimiento de maíz de manera general, revela un estudio realizado por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
Durante el proceso de investigación se tomaron muestras de suelo al final de la temporada de cultivo de maíz de 2018 en 20 plataformas de investigación en la red administrada por el CIMMYT.
Algunas de estas plataformas o centros de investigación participantes en el estudio fueron el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias, así como la Universidad Autónoma de Chapingo.
Estas plataformas tenían tratamientos implementados durante al menos tres años y representan diversos sistemas de producción de maíz en el sur y centro de México. Asimismo, los ensayos incluidos se realizaron en diferentes municipios de México, entre los que destaca Soledad de Graciano Sánchez, en San Luis Potosí.
El análisis reveló que en México la productividad del cultivo suele estar limitada por suelos degradados, escasez de agua y prácticas de cultivo y, cada vez más, por el cambio climático.
Técnicas como la agricultura de conservación (CA por sus siglas en inglés), que combina labranza mínima, cobertura permanente del suelo y diversificación de cultivos, podría reducir la degradación del suelo, así como mejorar la salud de la tierra dados los resultados exitosos de la implementación de CA en otros países.
El estudio indica que existen otros efectos benéficos de la agricultura de conservación en la calidad del suelo. Sin embargo, precisa que los resultados varían dependiendo del sistema de producción, el clima y el tipo de suelo, entre otros.
Estos son algunos de los hallazgos del estudio
- El suelo en CA se comparó con la práctica convencional local (PC), que comúnmente involucra labranza, remoción de residuos y producción continua de maíz. En todos los sitios, la materia orgánica y los nitratos fueron más altos en la capa superior (0–5 cm) del suelo y la estabilidad de los agregados del suelo fue mayor bajo CA que bajo CP.
- El CA tuvo efectos beneficiosos sobre la salud del suelo, especialmente mayores concentraciones de contenido de materia orgánica (MOS), nitratos y azufre en la capa superior del suelo, así como una mayor estabilidad de los agregados.
- En promedio, el maíz rindió 848 kg, más bajo en la agricultura de conservación. La diferencia no fue en gran medida significativa, excepto en los sitios de mayor duración, Texcoco I y Soledad el Graciano Sánchez, donde el rendimiento fue significativamente mayor con CA.
- Las concentraciones de otros nutrientes generalmente no difirieron entre CP y CA, excepto para el azufre (S), pero hubo 22 diferencias significativas en sitios individuales. El azufre fue el macronutriente que mostró las mayores diferencias entre CA y CP, con concentraciones significativamente más altas bajo CA; 49% más alto en promedio en la capa de 0–5 cm y 33% más bajo en la capa de 5–30 cm.
- Las concentraciones de Zinc, Hierro y Magnesio fueron en promedio más de un 30% más altas en CA en la capa de 0 a 5 cm, mientras que para Calcio, Magnesio, Boro y Cobre, la diferencia promedio en esta capa fue inferior al 5%.
La red del CIMMYT, donde colaboran instituciones mexicanas, tiene como objetivo adaptar los métodos agrícolas basados en CA a los sistemas de producción locales, demostrando los mejores resultados a los agricultores y capacitando a los agricultores y asesores agrícolas en su uso.
Estos sitios abarcan diversos entornos agrícolas, que van desde sistemas de riego intensos y productivos hasta la producción mecanizada de secano y la agricultura tradicional de subsistencia, de cultivos múltiples y plantada a mano.
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