Por Cuauhtémoc Torres Cruz, director de Soluss, Soluciones Empresariales y Patrimoniales
La palanca de desarrollo de un país radica en la salud de sus empresas, desde las más grandes hasta las más pequeñas, todas juntas generando empleos que permiten que la maquinaria de la economía se movilice.
Adicional a esto, los negocios requieren de la certidumbre y confianza de un marco jurídico claro y transparente que permita que todos convivan en armonía y un mercado dinámico en donde se intercambie libremente la creatividad e innovación de los emprendedores y las necesidades cada vez más sofisticadas de los consumidores.
Sin embargo, la disrupción que está provocando el COVID-19 hace necesario replantear los enfoques para la administración de todas las empresas grandes y pequeñas.
Pero antes es necesario plantearse la pregunta: ¿Cómo resolveríamos el conflicto en caso de que sucediera? Y en los supuestos plantearse hasta las ideas más descabelladas.
Nadie se imaginó que un día las empresas tendrían que cerrar por un bicho invisible llamado SARS-COV-2 mejor conocido como coronavirus, con todas las consecuencias financieras y operativas para la empresa.
Por ello es necesario plantearse la pregunta: ¿Tu empresa conoce todos los riesgos a los que está expuesta?
En el caso de que el riesgo no controlado sea una realidad dentro de la empresa, la alta dirección deberá definir si éste debe transferirse a un tercero, a una aseguradora.
Será importante hacer sinergia e integrar a tu tanque de pensamiento, de reflexión y análisis de soluciones, a expertos ajenos a tu empresa que te ayuden a ver lo que la costumbre y el día a día ha pasado a ser invisible a tus ojos.