El Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi) describe la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) como el compromiso público de las compañías en cumplir con su finalidad, al integrar diversos aspectos que repercuten dentro de ella y de la comunidad donde se encuentran.
Este centro otorga un distintivo de Empresa Socialmente Responsable (ESR) a aquellas que, de manera voluntaria, realizan acciones y toman decisiones regidas bajo cuatro ejes:
- Calidad de vida en la empresa
- Ética
- Vinculación con la comunidad
- Cuidado del medio ambiente
La implementación de la RSE, así como su distintivo, agregan valor a las empresas, principalmente a través de su activo más valioso: su marca. De tal forma, crece la reputación corporativa, lo que posiciona a las organizaciones junto a otras que se rigen bajo los mismos términos (y permite conformar valiosos grupos de relación).
“Una Empresa Socialmente Responsable va a querer vincularse con otras que tengan la misma filosofía, ¿por qué? Porque en las acciones que hagan las empresas con las que se relacione también es copartícipe”, señala Alejandro Ruiz Hernández, Coordinador de Acreditaciones y Servicios en RSE dentro de Cemefi.
Añade que, hoy en día, a nivel global las grandes empresas trasnacionales evalúan a sus aliados bajo enfoques de RSE. Por ello, es importante que las organizaciones se mantengan actualizadas e informadas, ya que esto repercute también en las MiPyMEs —las cuales actualmente muestran este compromiso dentro de la visión de sostenibilidad de sus proyectos—.
Esta responsabilidad también se refleja de forma positiva en la parte financiera, debido a que incrementa la confianza de los inversionistas. Además, en lo referente al impacto, el distintivo ayuda a medir los resultados para lograr una mejora continua en las organizaciones.
“No podemos saber si hay cambios si no tenemos un punto de partida y un sistema que nos permitan evaluar este proceso en la gestión, con el fin de armar un plan de desarrollo para que la empresa evolucione”, agrega Ruiz Hernández.
La gestión de riesgos es otra parte fundamental en la que la RSE hace la diferencia. Su correcta aplicación hace que la empresa cuente con un plan estratégico para evaluar y mitigar los problemas que se le presenten.
“Hay empresas que viven en el presente o en el pasado. Hay otras que sobresalen por adelantarse, por prever lo que va a pasar en el futuro. Aquellas que realmente quieran sobrevivir, sobresalir y trascender van a tener que hacerlo con una visión socialmente responsable”, puntualizó Alejandro Ruiz.
Además expresa que “no puede existir una empresa exitosa dentro de una comunidad fallida”, por lo cual invita a las compañías (grandes, medianas o pequeñas) a recordar la finalidad por la que nacieron y a buscar un equilibrio entre lo social, ambiental y económico mediante la RSE.