Las empresas enfrentan problemáticas a diario que de no atenderse a tiempo pueden llevarlas a una crisis. Es por ello que aprender a lidiar con esos momentos es prácticamente una obligación para cualquier puesto de liderazgo, pero la capacidad para crecer a través de la adversidad es una cualidad con la que no todo directivo o gerente cuenta, aunque es indispensable para la gestión de un equipo de trabajo.
Wandell Ramada, Gerente de Comunicaciones Internas en Everis Américas, plantea que esta cualidad es una de las habilidades abstractas más difíciles de “enseñar”, pues pone a prueba a las personas para adaptarse o enfrentarse a cambios repentinos o a situaciones de estrés, sin ceder ante aquellas adversidades. En este sentido, ¿qué podemos hacer para tener equipos más resilientes?
Si prestamos atención, el impacto que los gerentes tienen sobre los equipos es sumamente relevante. Ramada señala que un gerente a cargo del equipo de trabajo debe ser un profesional resiliente, que aplique en sus procesos esta habilidad para reflejarla y acondicionarla al equipo.
Una persona resiliente no se ve conmocionada por situaciones de estrés o de presión extrema, sino que tiene la capacidad de lidiar con eventos imprevistos en la vida cotidiana sin caer en la desesperación. Por ello, el mejor entrenamiento para conseguir un equipo resiliente es ser un líder resiliente, fuerte ante las adversidades y consciente ante sus victorias.
Para lograr desarrollar esta cualidad en el equipo hay que mantener siempre una visión general de la situación y ver los problemas en todas sus facetas, abstraer los escenarios y disociarse de ellos para tener una visión 360º del escenario. Hay que entender que tanto el éxito como los fracasos son fugaces, sin embargo el aprendizaje y el crecimiento generados a partir de estas situaciones es lo que será permanente.