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Reseña: «Minuto cero», una herramienta para lograr resiliencia

Por Miguel Ángel Martínez Romero, director de Vinculación ICAMI

En distintos foros empresariales, son recurrentes las frases “no lo veíamos venir” o “nadie se lo esperaba”. Recibimos el 2020 cargados de ilusiones. Diversos empresarios tenían un año cargado de retos: uno de ellos tenía proyectado el arranque de operaciones de una nueva división de negocio; otro estaba por iniciar la ambiciosa construcción de su segunda planta; otro viajaría a Holanda en el mes de mayo para asistir a un festival internacional; y así, todos. De pronto, a lo lejos vislumbramos al “cisne negro”, y en un abrir y cerrar de ojos estaba más cerca de nosotros, la estrategia de crecimiento fue forzada a cambiar por una de supervivencia.

Cuando la contingencia arribó a la empresa donde trabajo, y las voces del sector empresarial alertaban una contracción en la economía, recordé haber leído en algún lado sobre un libro relacionado con la resiliencia. Puse manos a la obra y lo encontré, llevaba por título Minuto cero. Sólo por el hecho de entrar en cuarentena, supuse que sería el mejor momento para saber exactamente su significado.

Gwenaëlle Gerard es una empresaria francesa “muy mexicanizada”. Su voz se escucha desde la experiencia. A raíz del sismo del 19 de septiembre del 2017 el edificio que albergaba las oficinas de sus empresas en Álvaro Obregón #286, colapsó. Lejos de cualquier vestigio de víctima, la autora narra la crónica de aquel día y los sucesivos.

Siendo un evento doloroso, con una categoría sobrecogedora, explica los detalles que el lector debe conocer, no da más, ni tampoco menos. La crónica del desastre ejerce un papel protagónico a lo largo de las primeras páginas del libro.

Conforme la lectura avanza, es verdaderamente notorio cómo la autora, despojada de todo complejo, se centra en desarrollar el manejó de una crisis tan compleja, y detalla las acciones aplicadas a fin de mitigarla. ¿Qué es lo extraordinario entre Nicholas y Gwen? Sencillamente entendieron muy bien que lo extraordinario se labra en lo ordinario.

Se pusieron a trabajar e hicieron lo que tenían que hacer. Ante la crisis sanitaria que estamos viviendo, valernos de la experiencia de otros para saber qué hicieron en momentos de crisis y poder aprender de ellos, puede significar un rayo de esperanza. El libro de Gwen es una piedra preciosa, pues su vivencia aporta un valor agregado difícil de encontrar.

Gwenaëlle define la resiliencia como “la capacidad de adaptarse al cambio negativo y de reponerse lo más rápido posible. No se trata de un desafío de velocidad, sino de resistencia”. Sin embargo, para construir la resiliencia en la organización, no es cuestión de un solo momento.

Las pequeñas victorias del día a día son fundamentales. Incluso las épocas de bonanza tienen sus complicaciones. La resiliencia se edifica diariamente: desde levantarse a tiempo, llegar puntuales a los compromisos de trabajo, aceptar la retroalimentación de los clientes o superiores, en fin.

Es en las crisis donde se demuestra la grandeza”, explica Yvette Mucharraz, profesora del IPADE Business School; para demostrarla, insisto, las victorias diarias son muy necesarias. La situación actual es difícil, veremos cosas que no habíamos visto antes (¿cuándo habíamos visto a nuestros abuelos dominando las plataformas de videollamadas?), sin embargo, la oportunidad ante la que nos encontramos para crecer como personas y como empresas, será mejor no desaprovecharla.

La crisis será en verdad una catástrofe, si no la aprovechamos para humanizarnos más. Pase lo que pase, el tema es ocuparnos y trabajar en lo que podamos. Y, por supuesto, seguir preparándonos.  

Minuto cero es un libro capaz de ayudar en cualquier situación, crisis o bonanza. La lectura de libros valiosos nos forma la cabeza y el corazón; por eso decía con razón el gran Sergio Pitol, parafraseando a Borges: “me aventuro a decir que soy los libros que he leído, la pintura que he visto”.

Sin detenernos en disquisiciones metafísicas, en buena medida Pitol tiene razón. El hombre no sólo es eso, ¡es mucho más! Es cierto, los libros atienden la dimensión espiritual de la persona, la inteligencia y los afectos. John Henry Newman tenía claro este punto, de ahí sus esfuerzos por implementar el estudio de la filosofía aristotélica a fin de formar el intelecto de los alumnos universitarios.

En estos días de encierro leí un par de novelas, de dos escritores mexicanos contemporáneos. Fuera de la exquisitez de la prosa y la envidiable articulación de ideas, nada más terminarlos me quedé con muy poco. En lo personal, son libros en extremo promovidos, y detrás de ese vocabulario barroco, hay poco valor. La coyuntura de hoy exige lecturas más adecuadas para hacer frente a los innumerables retos.

A modo de cierre, tuve la fortuna de conocer a Gwen el sábado pasado en un foro virtual. Nos conectamos algunos de sus lectores de distintos puntos del globo. En un momento dado, contó una experiencia con un grupo de empresarios franceses como protagonistas, quienes esperaban con ansias ser apoyados por el gobierno francés. Ninguno de los asistentes cumplía las condiciones establecidas por el gobierno para ser sujetos de apoyo. Ante la insistencia de los participantes, Gwen exclamó: “¡Despierten! ¡Son empresarios! ¡Su trabajo es encontrar soluciones!”.

Precisamente uno de los elementos más valiosos de Minuto Cero es vislumbrar la paleta de soluciones que Gwen y Nicholas encontraron y cómo las pusieron en práctica. Aquel momento de crisis no logró detener las operaciones de la empresa, lo hicieron de manera distinta, adaptándose al cambio. Todo el libro es una gran muestra de hacer lo que debemos hacer en todo momento. Tengo puesta mi confianza en la gran ayuda que Minuto cero puede prestar a las empresas mexicanas y salir a flote en la crisis en la que estamos inmersos.

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