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Repensar y reeducar: las “R” de la sustentabilidad a las que hay que apostar

A partir de enero de 2020, la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable del Municipio de Aguascalientes (SEMADESU) estará en condiciones de aplicar sanciones a los propietarios de establecimientos comerciales, o sus dependientes, que proporcionen a sus clientes bolsas de plástico para carga, envoltura o empaque, popotes plásticos, contenedores o utensilios de plástico o de poliestireno expandido (unicel).

Lo anterior, en términos de lo establecido en el Reglamento de Protección al Medio Ambiente y Manejo de Áreas Verdes del Municipio de Aguascalientes, el cual, aunque se aprobó y entró en vigor en octubre de 2018, contempló un “periodo de gracia” -durante todo el año 2019- para que los denominados “sujetos obligados” (centros comerciales, hospitales, talleres, restaurantes, oficinas, centros de espectáculos o similares y demás sitios mercantiles o de servicios) dieran cumplimiento a la medida.

Por lo tanto, y habiendo transcurrido el plazo para acatar la disposición, a partir del primer día hábil de enero comenzarán a aplicarse las multas a todos aquellos establecimientos que contravengan lo estipulado en la normatividad, las cuales oscilarán entre las cien y las mil UMAS (Unidad de Medida y Actualización).

En el citado reglamento se puntualiza que sólo serán permitidas tanto bolsas, popotes o contenedores cuando sean fabricados con materiales que permitan su reutilización o pronta y efectiva biodegradación.

A la espera de las denuncias

Sobre las medidas que implementarán para hacer valer el Reglamento de Protección al Medio Ambiente, el titular de la SEMADESU, Omar Alejandro Plesent Sánchez, señala que en la dependencia a su cargo y desde el propio municipio capitalino se estuvo realizando una campaña de difusión sobre la prohibición de plásticos y desechables de un solo uso.

“Estuvimos trabajando de manera muy intensa todo el año 2019, para que la ciudadanía y los comerciantes estuvieran enterados. Nos da mucho gusto que la ciudadanía ha tomado bien las nuevas disposiciones, y que inclusive muchos negocios ya están cumpliendo”, agrega.

El funcionario puntualiza que la SEMADESU iniciará con las inspecciones en el mes de enero y éstas se efectuarán también conforme a las denuncias que se reciban por parte de los ciudadanos, de ahí que están habilitando los números telefónicos 072 o 910 10 07, además de que podrán hacerse personalmente en las instalaciones de la dependencia municipal ubicadas en Zaragoza y Álvaro Obregón.

Adicionalmente, el Municipio de la capital emprendió la campaña #YoYaLoHice, encaminada no sólo a que dejen de utilizarse plásticos y desechables de un solo uso, sino que disminuya la cantidad de basura que se genera en Aguascalientes.

“Lo que queremos es concientizar al ciudadano para que deje de utilizar estos artículos, e inclusive no utilizar tanto el biodegradable, sino regresar a las costumbres que teníamos antes”, refiere Plesent Sánchez. 

Repensar y reducar

Respecto de la prohibición de desechables y plásticos de un solo uso, el profesor e investigador del Departamento de Diseño Industrial del Centro de Ciencias del Diseño y la Construcción de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), Sergio Ruiz García, señala que en la academia ven muy positiva la adopción de medidas de este tipo, las cuales desde hace tiempo eran necesarias.

Además, considera que es imperativo entender que no hay lógica en la utilización de estos artículos, pues, si nos remitimos a “la escala del tiempo”, son elaborados utilizando un material que estuvo formándose durante millones de años, el cual extraemos y procesamos para después consumirlos en minutos, ya que hay productos, como los popotes, que sirven solamente para ese lapso.

“Entiendo que las condiciones de higiene y de transportación son importantes, pero hay muchas categorías de productos con los que podríamos abatir la utilización de plásticos de un solo uso.  Debemos asumir que tenemos que cambiar de hábitos. Si vamos a la frutería, hay que llevar una bolsa, pero no de plástico ni de material reciclado, hay que utilizar otras alternativas”, subraya.

En este contexto, menciona que se habla mucho sobre las cuatro “R” de la sustentabilidad, que son: reducir, reutilizar, reciclar y recuperar, pero desde su perspectiva podrían incluirse una quinta y hasta una sexta: repensar y reducar, pues hoy más que nunca es necesario analizar la manera en que actuamos como sociedad y el consumo de plástico que estamos realizando de forma masiva, ya sea por comodidad o practicidad.

Asimismo, considera indispensable que desde la industria se haga una gran alianza con las autoridades gubernamentales y las instituciones de educación superior, pues es necesario reinventar la manera en que se ofrecen los productos a los consumidores e incluso algunos servicios.

“Creo que las empresas podrían acercarse a las instituciones de investigación y de educación superior, donde hay una cantidad de investigadores y de conocimiento que se puede aplicar; las empresas podrían asumir como reto repensar su manera de producir. La pregunta es cómo cambiar la forma de ofrecer un producto de manera innovadora, responsable, sustentable sin afectar el beneficio económico en función de las personas que se están empleando”, comenta.

Por lo pronto, hay que apostarle a un cambio de hábitos, pues incluso en el caso de los artículos biodegradables no tenemos la certeza de que se desintegren en el tiempo que se afirma. 

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