La prueba PLANEA, hecha por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, reveló que dos terceras partes de los estudiantes de tercer grado de secundaria en México no cuentan con los conocimientos que requieren según su nivel educativo.
Para Karina Ramírez, licenciada en Pedagogía por la Universidad Panamericana Campus Aguascalientes, un primer paso para erradicar esta preocupante situación estriba en que los profesores modifiquen la percepción que los alumnos tienen de las matemáticas y no abonen al pensamiento de que se trata de una materia extremadamente difícil.
«Es labor de los maestros repensar cómo hablamos de las matemáticas. Si desde niños interiorizan que son muy difíciles a raíz de nuestras palabras, pues se quedarán con esa idea y se convertirán en su coco para el resto de su vida estudiantil».
En cambio, si se les enseña a partir de una óptica más lúdica y práctica, lejos de la mecanización y la memorización, los estudiantes podrán ver los beneficios que trae el aprendizaje de esta disciplina, lo cual facilitará una mejor comprensión.
“Tienen que entender el proceso de las operaciones. El por qué se hace y hacia dónde se tiene que ir para que cuando esté fuera del contexto, lo puedan hacer sin ningún tipo de dificultad”, puntualiza Karina.
