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Remesas sin reciprocidad: El abandono de los migrantes mexicanos

Por Nadine Cortés, colaboradora en Dossier Político.

La migración mexicana hacia Estados Unidos ha trazado un sendero económico crucial a través de las remesas; sin embargo, la falta de atención gubernamental y la ausencia de una ley de retorno asistido para migrantes mexicanos revelan una desconexión alarmante entre los aportes de los migrantes y las políticas de sus propios gobiernos.

La magnitud del fenómeno migratorio mexicano es impresionante: con una diáspora que comprende 13.0 millones de personas migrantes en 2017, México se encuentra entre las naciones con mayor número de ciudadanos residiendo en el extranjero.

Desde hace décadas, estados como Jalisco, Guanajuato, Michoacán y Zacatecas han sido los principales expulsores de migrantes hacia Estados Unidos.

Sin embargo, este flujo migratorio ha evolucionado con el tiempo, incluyendo ahora también entidades del centro y sur del país, como Guerrero, Morelos, Oaxaca, Puebla, Estado de México, Hidalgo, Veracruz y Chiapas. Este cambio refleja las transformaciones socioeconómicas en México y las nuevas dinámicas de migración.

En cuanto a los destinos en Estados Unidos, si bien tradicionalmente Texas y California han sido los principales receptores de migrantes mexicanos, desde la década de 1990 se ha observado un desplazamiento hacia otras regiones y zonas metropolitanas del país como Illinois y Arizona.

Este fenómeno ha generado la formación de comunidades mexicanas en áreas que anteriormente tenían poca presencia hispana, ampliando así la geografía de la migración mexicana y diversificando los entornos culturales en Estados Unidos.

A pesar de la magnitud de esta migración y de la importancia económica que representa para México, el gobierno mexicano ha mostrado una negligencia preocupante hacia sus ciudadanos en el extranjero. La ausencia de una ley de retorno asistido para migrantes mexicanos es un ejemplo flagrante de esta indiferencia.

Mientras otros países han implementado programas para facilitar la reintegración de sus ciudadanos que regresan, México carece de una legislación que garantice un retorno digno y apoyo para la reinserción en la sociedad mexicana. Esta falta de atención y apoyo gubernamental no solo expone a los migrantes mexicanos a riesgos y vulnerabilidades, sino que también desperdicia su potencial para contribuir al desarrollo del país.

Es hora de que el gobierno mexicano reconozca y valore verdaderamente a sus ciudadanos en el extranjero, implementando políticas que garanticen un retorno digno y apoyo para la reintegración en la sociedad mexicana. La migración mexicana hacia Estados Unidos ha destacado la desconexión entre los aportes significativos de los migrantes y la falta de atención y apoyo por parte del gobierno mexicano.

Es fundamental que se tomen medidas concretas para abordar esta situación y brindar el apoyo necesario a los migrantes mexicanos, quienes han contribuido de manera significativa tanto al país de destino como al de origen.

Es innegable que las remesas enviadas por los trabajadores migrantes mexicanos han alcanzado niveles impresionantes, superando los USD 63,313 millones en 2023.

Este flujo financiero representa una fuente crucial de ingresos para muchas familias en México y contribuye significativamente al PIB del país. Sin embargo, tras el brillo de estas cifras se esconde una realidad amarga: la negligencia del gobierno mexicano hacia sus ciudadanos que residen en el extranjero.

Esta negligencia gubernamental no solo expone a los migrantes mexicanos a riesgos y vulnerabilidades, sino que también desperdicia el potencial de estos individuos para contribuir al desarrollo del país.

La falta de apoyo para la reintegración socava los esfuerzos por aprovechar las habilidades y experiencias adquiridas por los migrantes en el extranjero, limitando así su capacidad para contribuir al crecimiento económico y social de México.

Además, la ausencia de una ley de retorno asistido también perpetúa un ciclo de migración forzada y desplazamiento continuo. Sin un camino claro para regresar de manera segura y con apoyo, muchos migrantes se ven obligados a permanecer en situaciones precarias en el extranjero, lejos de sus familias y comunidades.

Esta falta de opciones conduce a una sensación de desesperanza y perpetúa la vulnerabilidad de los migrantes mexicanos en el extranjero.

Reflexión Final

La migración mexicana hacia Estados Unidos ha destacado la desconexión entre los aportes significativos de los migrantes y la falta de atención y apoyo por parte del gobierno mexicano.

Es fundamental que se implementen políticas concretas para abordar esta situación y brindar el apoyo necesario a los migrantes mexicanos, reconociendo así su contribución al país de origen y destino.

La ausencia de una ley de retorno asistido es solo un aspecto de la negligencia gubernamental que debe ser rectificado para garantizar un tratamiento justo y digno para todos los ciudadanos mexicanos, independientemente de su ubicación geográfica.

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