La voluntad, igual que las TI, rompe cualquier frontera
Migrar a Estados Unidos o dedicarse al campo. Esas eran sus opciones.
José Miguel nació en Calvillo, el municipio con el índice de intensidad migratoria más alto de Aguascalientes y uno de los tres donde, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), es más difícil acceder a la salud, obtener ingresos para un nivel de vida digno y, sobre todo, adquirir conocimientos.
Colomos, su comunidad, era el rostro de esas cifras. La mayoría de sus 482 habitantes apenas terminó la primaria y, hasta 2010, en 33 de las 148 viviendas que la componían no había electricidad. Solo seis tenían una computadora.
José Miguel terminó la primaria. También la secundaria, la prepa y entró a la universidad en 2005. Ahí conoció a Víctor Pérez Serna y aunque sintió simpatía por él, no llegaron a hacerse amigos porque José Miguel tuvo que dejar la escuela.
“O estudiaba o comía. Me tuve que salir, no duré ni el semestre”, recuerda durante la entrevista. “La vida nos volvió a encontrar 10 años después”.
Con ayuda de Víctor, José Miguel se convirtió este año en licenciado en Administración de Empresas y, junto con él, creó Región Digital, una empresa de Aguascalientes que lleva Internet de bajo costo a comunidades marginadas de Calvillo y otras regiones.
El proyecto fue seleccionado por Unreasonable México para un proceso de aceleración de cinco semanas en el Instituto Irrazonable. Mientras afinan el modelo de negocio y otros aspectos administrativos, están a la espera de la respuesta a su solicitud de concesión presentada al Instituto Federal de Telecomunicaciones.
En los zapatos del otro
Uno de los detonadores de Región Digital fueron los problemas que José Miguel enfrentó para graduarse.
“Tenía que ir a Ojocaliente, a tres o cuatro kilómetros de Colomos, nada más a hacer tareas porque acá no había Internet o si había, era en un ciber. A veces no podía enviar tareas porque estaba la fila esperando turno para una computadora”, explica.
Buscó a Víctor, quien ya era ingeniero y licenciado en Informática, para preguntarle si era posible replicar la conexión del cibercafé en su casa. Resultó que sí y era mucho más barato que trasladarse a rentar la conexión por hora. Al implementar esta solución, comenzó a trabajar más rápido y subió sus calificaciones.
El otro detonador de la sociedad fue su capacidad para transformar los puntos flacos de Calvillo en oportunidad de negocio. Vecinos de Colomos y otras comunidades empezaron a solicitarles el servicio porque querían comunicarse con sus familiares migrantes en EUA. Víctor ya tenía un proyecto delineado, pero le faltaba tiempo para desarrollarlo. Se organizaron.
“Ofrecemos un ancho de banda menor, pero en comunidades donde no había nada. Lo utilizan mucho para comunicarse con sus seres queridos en Estados Unidos. Skype, Whatsapp o Facebook no usan mucho ancho de banda, entonces es para ellos muy buen servicio”, explica el emprendedor irrazonable.
Telecomunicaciones con impacto social
Además de conectar comunidades antes aisladas, Región Digital pretende impulsar la educación y el desarrollo social de las localidades marginales de Calvillo. José Miguel describe su modelo de negocio como un trueque de oportunidades.
“Las personas que colaboran con nosotros son embajadores en cada comunidad: si nos permiten instalar la antena en su casa, nosotros les damos el Internet (…) Las personas que me buscaron tenían como un perfil de líder y por lo regular eran mujeres. Ellas proponían organizar los cobros (…) Tenemos una aplicación que le instalamos a cada embajador y desde ahí administran, mientras nosotros sabemos quién ya pagó, quién recibió, si hay observaciones las anotan y no tenemos que estar supervisando a cada uno. Si hay algo raro, ya vamos a ver qué pasó. Y a esas señoras nosotros las capacitamos”, explica el emprendedor.
La compañía persigue la inclusión no solo digital, sino también social y financiera. Por eso, parte de su aceleración es el diseño de un modelo de banca rural en línea. Con todos los servicios, Víctor y José Miguel proyectan abarcar primero el mercado rural de Calvillo, luego el estado y en el mediano plazo cubrir el Cañón de Juchipila y los Altos de Jalisco.
También quieren instalar laboratorios de innovación y captación de talento en sus comunidades, para que los niños descubran y desarrollen sus habilidades.
Para José Miguel, la razón es que “nos está dando buenas cosas la vida y es una manera de regresar esa buena vibra que estamos viviendo”.