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Regina Yamín: Fortaleza para llegar a la meta

Regina Yamín es una destacada deportista leonesa que ha ganado diversas contiendas nacionales e internacionales. Fue la primera mujer en ganar el maratón de León y en 2021 obtuvo el primer lugar en el Maratón de Londres, una de las competencias atléticas más importantes a nivel mundial. 

“Correr me ayudó a salir de la depresión después de la muerte de mi hijo. A los tres meses de comenzar, corrí mi primer maratón aquí en la ciudad de León; a partir de ahí, este deporte formó parte de mi vida”, cuenta Regina. 

Entrenadora avalada por la Federación Mexicana, comenta que tiene un equipo de jóvenes y adultos a quienes entrena y les ayuda a cumplir sus metas. 

En un trayecto de 27 años en la pista y un total de 50 maratones, cuenta que ha tenido muchas satisfacciones, pero también tropiezos y lecciones. Su mayor reto fue en 2010:

“Cuando estaba en el top de mi carrera tuve un accidente que me llevó a tener tres operaciones de rodilla[…] Me dijeron que jamás iba a volver a correr, yo lo tomé como un reto”. 

Tras ese accidente, tardó cinco años en volver a correr una competencia. A partir de ahí ha logrado culminar diez maratones y posicionarse como campeona del mundo en 2021. Comenta que este suceso le dejó el aprendizaje más importante de su vida: no darse por vencida ante las adversidades e ir contra todo pronóstico. 

Realizar un deporte es una prueba constante de esfuerzo y dedicación. Regina se despierta a las 5 de la mañana a entrenar, posteriormente realiza sus labores cotidianas y por la tarde entrena nuevamente en el gimnasio. Cuenta también que prepararse para un maratón le lleva de diez a doce semanas de entrenamiento constante. 

“Quiero dejar en mis hijos un granito de arena sobre lo que es la disciplina, la fortaleza y la enseñanza de que en esta vida hay que ser fuertes y ponerse retos”, dice la corredora.

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Puntualiza que para lograr concluir un maratón es necesaria la confianza en el entrenamiento realizado antes de la competencia. Su experiencia personal la ha llevado a alcanzar un grado importante de concentración —primordialmente en su respiración y lo que sienten sus pasos, para poder aferrarse a su motivación—. 

“Yo misma me voy motivando; me imagino llegar a la meta y ese momento de felicidad que es cruzarla. Me visualizo en ese momento y me doy cuenta de que, aunque la mente me diga que no puedo, mi cuerpo sí lo puede lograr”

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