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Recordando a Steve Jobs a 8 años de su muerte

El 5 de octubre de 2011, Steve Jobs dejó de existir a los 56 años. En el caso de genios como él, referirnos a que “murió”, puede ser equívoco; vive a través del ejemplo, el legado y el recuerdo que dejó a la humanidad. 

Proyectó un espíritu emprendedor desde muy pequeño. Originario de San Francisco, California, a los 12 años de edad marcó por teléfono a  Bill Hewlett, cofundador de la empresa Hewlett-Packard Company, “porque vi su número en la guía telefónica y quería pedirle unos repuestos para construir un frecuencímetro”. Bill se dejó ganar por la inusitada gallardía de un adolescente, por lo que le dio un trabajo en la empresa ese verano. 

Al respecto, Steve Jobs comentó en un documental: “La mayoría de la gente no tiene esas experiencias porque nunca pide ayuda. Si tienes miedo de fracasar no vas a llegar muy lejos.  Tienes que actuar y estar dispuesto a caer. Eso es lo que separa a la gente que logra grandes cosas a la gente que solo sueña”. 

La historia ya la conocemos: más adelante, en 1977, Steve Jobs, junto con Steve Wozniak llegaría a fundar Apple. Ocho años más tarde, sería despedido por la propia empresa que él concibió; sin embargo, este penoso incidente no lo derrumbó definitivamente, al contrario, lo motivó a crear otras dos compañías: Pixar y NeXT. 

Esta última empresa representaría el boleto de regreso a Apple, pues la firma de la manzanita terminaría adquiriendo a NeXT y con ello, reincorporando a Steve Jobs a sus filas laborales. A partir de ahí, Steve Jobs labró un camino de éxito rotundo, revolucionando el mundo de la tecnología desarrollando productos como el iPod, el iPhone, el iPad, entre otras cosas más. 

Por ello, en el octavo aniversario luctuoso de Steve Jobs, rememoramos de manera general, parte de la filosofía, la mentalidad y los valores que hicieron de este visionario hombre, un ejemplo a seguir. 

Pon la mejor cara a la adversidad

La travesía de Steve Jobs no fue una carrera meteórica. Su camino fue sinuoso; tuvo que encarar muchos obstáculos, algunos de ellos tan duros que podrían haber roto el espíritu de alguien más. Quizá uno de sus tropiezos más sonados fue cuando Apple, la empresa que él mismo fundó, lo despidió en 1985. 

“Lo que había sido el foco de atención de toda mi vida adulta, repentinamente desapareció y fue devastador. Incluso pensé en huir del valle (Silicon Valley). Pero algo comenzó a despertar lentamente sobre mí; todavía me encantaba lo que hacía, por lo que decidí comenzar de nuevo. 

Un artículo de Inc. relata cómo en los cinco años posteriores a su despido, Jobs fundó NeXT y PIXAR, conoció y se enamoró a su esposa, cosas que “nunca habrían pasado si no lo hubiesen despedido”, afirma el texto. Apple se replanteó la decisión tomada años antes, y decidió traer de regreso a la mente maestra detrás de la compañía de la manzana a través de la compra de NeXT. 

“No me di cuenta en aquel entonces, pero resultó que ser despedido de Apple fue la mejor cosa que me pudo haber pasado. A veces la vida te pega muy fuerte, pero no pierdas la fe. Estoy convencido que la única cosa que me hizo seguir adelante es que amaba lo que hacía. Tienes que hallar lo que amás”, dijo. 

Confía en tu intuición

Steve Jobs siempre fue un ferviente creyente de la intuición y de seguir “la voz interior” que llama desde dentro a cada persona. Consideró la intuición como un arma muy poderosa, incluso superior al intelecto. En un artículo publicado por la revista Harvard Business Review, el autor Walter Isaacson recuerda un episodio de Steve Jobs con el equipo original de Macintosh. La anécdota cuenta cómo un colaborador le preguntó a Steve si creía conveniente hacer un estudio de mercado para conocer qué querían los consumidores, a lo que él respondió: “No, porque los consumidores no saben lo que desean hasta que tú mismo se los muestras (…) Nuestra tarea es leer cosas que todavía no están escritas en la página”. 

Isaacson escribe: “En lugar de basarse en investigaciones de mercado, Jobs perfeccionó su empatía, logrando una intuición muy íntima sobre los deseos de sus consumidores”.

Recuerda que has de morir

En la Antigua Roma, después de cada victoria bélica o triunfo importante, era costumbre que un siervo le bajara los aires de grandeza a los emperadores o generales susurrándoles al oído: “Memento Mori”, un adagio que al español se traduciría como “recuerda que eres mortal, recuerda que has de morir”. 

Consciente de su finitud, Steve Jobs no quería malgastar su presente y futuro dedicándose a algo a lo que no le hallase sentido; no deseaba que la muerte lo sorprendiera atrapado en el tedio de una vida que él no quiso pero que adoptó por inercia. Esta comprensión la logró antes de llegar a la mayoría de edad. 

“Cuando tenía 17 años, leí una frase que decía algo así como ‘Si vives tu día como si fuera el último, algún día probablemente tendrás la razón’. Eso causó una gran impresión en mí. Desde aquel momento, diariamente me vería en el espejo para preguntarme ‘si este fuera el último día de mi vida ¿querría gastarlo haciendo lo que estoy a punto de hacer?’ Cada vez que la respuesta era ‘no’ por varios días, yo sabía que era necesario cambiar algo”. 

Para el fundador de Apple, el estar enfermo de cáncer detonó aún más la asunción de su mortalidad.  Dentro de su famosa conferencia en la Universidad de Stanford, entre uno de los muchos fragmentos memorables que dejó su discurso, Steve Jobs pronunció: 

“Recordar que moriré pronto es la herramienta que más me ayuda a tomar grandes decisiones en la vida. Porque prácticamente todas cosas -todas las expectativas de los demás, el orgullo, el miedo, el fracaso, la vergüenza- desaparecen al encarar la muerte, dejando únicamente lo que es verdaderamente importante. Recordar que vas a morir es la mejor forma de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder”. 

“No desperdicies tu tiempo viviendo la vida de alguien más; no dejes que el ruido de las opiniones de las demás personas apaguen tu voz interior. Y más importante aún, ten el coraje de seguir tu corazón y tu intuición. Ellos saben de alguna manera en lo que realmente quieres convertirte. Todo lo demás es secundario. No hay razón para no seguir a tu corazón».


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