Icono del sitio Líder Empresarial

Real de Catorce: Un viaje a través del tiempo

Foto: @EdViajando

En alguna ocasión, el ensayista francés Marcel Proust mencionó que el único y verdadero viaje de descubrimiento no consistía en buscar nuevos paisajes, sino en mirar lugares con ojos nuevos.

Redescubrir las maravillas de un pueblo en donde parece haberse detenido el tiempo es lo que hace de Real de Catorce el destino perfecto para conectar con nuestras raíces y abrir nuestros ojos a un México único.

Ubicado en una villa del altiplano desértico de la Sierra de Catorce, en el estado de San Luis Potosí, este Pueblo Mágico alberga entre sus viejas construcciones y calles empedradas una energía mística que hace a los visitantes sentir que han logrado traspasar las barreras del tiempo.

Un tesoro abandonado en la batalla

Sus inicios se remontan al año de 1639 cuando Lope Díez de Aux y Armendáriz, conocido como el Marqués de Cadereyta –quien fue el primer virrey criollo de la Nueva España–, cedió a los indígenas tierras con algunas piezas de ganado y 84 caballerías que dieron vida al pueblo Real de Álamos de la Purísima Concepción de Catorce.

La economía en crecimiento y el arribo de nuevas familias hizo que el pueblo comenzara su camino hacia la prosperidad; su auge se dio en 1767 gracias al descubrimiento de ricas minas de plata, las cuales lo posicionaron como uno de los centros mineros más importantes de México y el mundo.

La explotación de las minas provocó que el esplendor económico del pueblo prevaleciera por un tiempo hasta que el estallido de la Revolución mexicana en 1910 lo detuvo. En medio del conflicto, su gente migró y su riqueza se perdió. Así, pasó de una población de 15,000 habitantes a sólo 250: el centro minero más grande de México se convirtió en un pueblo fantasma por más de 40 años.

Fue hasta la década de los 70 cuando vio un destello de luz gracias al descubrimiento del peyote, una cactácea abundante en su territorio que comenzó a captar a cientos de turistas por su valor cultural y ritual. Con el paso de los años adoptó una nueva vocación económica, el turismo: aún con una población pequeña –no rebasa los 2,000 habitantes–, más de 15,000 visitantes se dan cita en este mítico sitio cada año.

Actividades y lugares

Túnel de Ogarrio

Al llegar, 2500 metros de longitud del Túnel de Ogarrio te esperan: el único acceso que conecta a Real de Catorce con el resto del mundo. Fue construido entre los años de 1897 y 1901; cuenta con un solo carril, por lo cual es un espacio apto para los amantes de las caminatas.

Cerro Quemado (Wirikuta)

Wirikuta es una zona desértica considerada como un sitio sagrado para la cultura huichola. La creencia de que ahí se encuentra la sabiduría de nuestros antepasados hace de la visita al Cerro Quemado una experiencia mística. Aquí puedes encontrar el peyote en su hábitat natural, conectarte con los rituales indígenas y respirar la magia de la zona. Para llegar, puedes ir a caballo o a pie.

Iglesia de la Purísima Concepción

Edificada en 1797 con un estilo arquitectónico neoclásico, la parroquia da muestra de la cultura popular del lugar. Sus paredes en colores vivos y los marcos de los cuadros religiosos hechos de plata, hacen de la iglesia uno de los puntos más visitados, el cual recibe a miles de creyentes cada 4 de octubre durante la fiesta patronal.

Paseo en Willys

Una opción única y divertida de conocer el pueblo mágico es a través de un paseo en una camioneta 4×4, mejor conocida como “Willys”; en los recorridos, de aproximadamente tres horas, puedes visitar la exhacienda minera Socavón de la Purísima, la Estación Catorce y el desierto del peyote. Aventurarse por las calles inclinadas de Real de Catorce en un vehículo 4×4 es adrenalina y diversión garantizadas.

Pueblo Fantasma

Otro de los atractivos es la visita a los cascos de las exhaciendas y las antiguas cuevas mineras. Las edificaciones abandonadas te transportan a la época de la Colonia y provocan que tu imaginación reviva cada uno de esos lugares; el sitio tiene una increíble vista panorámica de todo el pueblo.

Sin duda, Real de Catorce es uno de los tesoros mejor escondidos de México, experimentar cada una de las actividades y sorpresas que ofrece es una oportunidad que no puedes dejar pasar.

Salir de la versión móvil