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Raymundo Montes Varela: La actividad de un empresario nato

Don Raymundo Montes Varela nació en Fresnillo el 5 de febrero de 1928, le tocó ser el hermano mayor de una familia de trece. Desde pequeño se caracterizó por su espíritu inquieto y curioso, el cual luego lo llevaría a realizar una gran cantidad de acciones en distintas áreas en las que destacó.

A lo largo de su vida, Raymundo Montes se ha desempeñado como trabajador, chofer, comerciante, constructor, empresario, restaurantero, artista, diseñador y padre de familia. Hablar de todas las acciones que ha hecho o en las que se ha involucrado don Raymundo, no nos bastaría este espacio. Aquí nos damos a la tarea de hacer un breve recorrido por su trayectoria y su actividad.

El inicio al ruedo empresarial

Hace tiempo la educación no era tan fácil ni tan común en México, es por ello que Raymundo Montes realizó su etapa preescolar y los primeros dos años de primaria en una pequeña escuela que había formado una vecina de la calle en que vivía cuando él era niño.

Después de ello, nos cuenta, la compañía minera en la que trabajaba su padre abrió una escuela y ahí lo mandaron a estudiar. Luego fue a Querétaro a prepararse, sin embargo, don Raymundo Montes Varela nos confiesa que estudiar no fue realmente lo suyo. Un día después de que lo expulsaran, por defender a un compañero ante las molestias de otro, decidió dedicarse a trabajar.

Para entonces, Raymundo se había hecho amigo del hijo del dueño de la fábrica de chicles Canel’s que le ofreció la oportunidad de trabajar en esta compañía. De esta etapa recuerda que le tocó descargar carros enormes llenos de azúcar que venían de La Habana, Cuba. La cual se usaba en la producción de chicles. Después de ello sus padres se dieron cuenta de que lo de Raymundo no era la escuela sino el trabajo.

“Mi papá como a los dos meses de que yo estaba trabajando ahí, me dice, ‘hijo, estoy muy contento contigo. Porque sé que te gusta mucho el trabajo. Y yo tengo mucho trabajo, así que te vas conmigo’. Así que me fui con mi papá que tenía una carbonera y a eso me dediqué un tiempo. Ahí me enseñé a manejar. Primero en la sierra aprendí a tumbar árboles, luego a aserrar. Después me tocó llevar la madera con los camioneros a Aguascalientes, Celaya y casi todo México.”

nos cuenta don Raymundo.

La diversidad de intereses: los autos

Después llegó para este joven otro interés, y es que como él señala “va uno creciendo y cuando es uno adolescente es muy inquieto”, por lo que durante una feria en Jerez se organizó una carrera de autos y a él le tocó participar en dicha competencia, con lo que de alguna forma se inició su gusto por los autos. Después en Guadalupe hubo una carrera de autos viejos, de manera que con tal de participar Raymundo había visto una carroza vieja por lo que se acercó al dueño, la compró y en tan sólo un día, la convirtió en un auto de carreras para participar en dicha competencia.

Esta afición por los autos y su modificación, lo llevó más adelante, a diseñar y fabricar un Volkswagen Sedán hecho de alambrón con la técnica de herrería, para el cual elaboró todo el esqueleto y cobertura donde se instalaron el motor, tracción y sistema eléctrico de un ‘vocho’ normal. Este diseño fue realizado específicamente para las Olimpiadas de 1968 en México volviéndose un ícono para los aficionados a este modelo de auto. Luego de ello este Volkswagen ganó el primer lugar en la categoría de prototipos en el Auto Show de Nueva York.

Don Raymundo siguió por esta línea y diseñó para su hermano Francisco un auto en forma de tachón, el cual fue seleccionado para representar a México en la Copa Mundial de Fútbol de 1970 que se celebró también en nuestro país. Sin embargo, señala que, a las carreras de autos y la modificación de estos, nunca se dedicó, profesionalmente, sino que fue más bien una cuestión circunstancial la que provocó su interés en esta área.

El arte y el empresario

Otro de los intereses importantes de don Raymundo Montes Varela fue el ámbito artístico, ya que se interesó tanto por la escultura como por la pintura, comenzando a pintar con la técnica de pastel y exponiendo su obra en San Luis Potosí, Monterrey, Puebla y por supuesto en Zacatecas. Incluso actualmente en el campus Zacatecas del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey se puede apreciar la escultura en homenaje a Eugenio del Hoyo que elaboró Raymundo Montes en 1992.

Sin embargo, hay una de sus esculturas que por su interesante historia destaca sobre las demás. Se trata de la escultura de fray Antonio Margil de Jesús, la cual fue tallada por don Raymundo Montes sobre un fresno que se encontraba ya en calidad de tronco pues una plaga lo había infestado. Dicho tronco se ubica aún en el edificio que ahora es la Casa Municipal de Cultura de Guadalupe, edificio en cuyo rescate también se involucró don Raymundo pues estaba en el abandono, es así que este artista zacatecano al ver que planeaban talar aquel árbol, para rescatarlo se decide a tallar la figura de este misionero franciscano fundador del Convento de Guadalupe.

Pero la historia no acaba ahí, tiempo después por azares del destino a dicho árbol, ya con la escultura, le cae un rayo, que lo quema y parte por la mitad dejando intacto el rostro de fray Margil de Jesús así como el contorno de la escultura que Raymundo Montes había realizado. Se cree que este rayo quemó la parte enferma del árbol, pues al poco tiempo del suceso éste volvió a reverdecer y cubrirse de follaje. Hasta el día de hoy se puede visitar y observar esta escultura que tiene una curiosa historia en la Casa de la Cultura de Guadalupe.

La versatilidad de Raymundo Montes Varela

A lo largo de su vida don Raymundo se ha interesado por todo tipo de actividades y ha vivido todo tipo de historias. Está, por ejemplo, que después de trabajar en los aserraderos que tenía su padre en la sierra de Valparaíso se decidió a abrir una maderería la cual tiempo después sufrió incendio lo cual fue un golpe económico muy grande para Raymundo.

Por otro lado, en el ámbito restaurantero don Raymundo Montes Varela también fue el dueño y fundador de un icónico restaurante zacatecano que se ubicaba en la esquina del mercado González Ortega, estamos hablando del restaurante-bar “El Paraíso” el cual atendían don Raymundo y su esposa Elenita, dando una calidez inigualable en el servicio, además de que ellos dos crearon unas recetas especiales de las botanas que ahí se servían. Este espacio fue visitado por grandes personalidades de México e incluso hubo quienes del extranjero sólo venían para visitar aquel lugar.

De igual manera Raymundo Montes proyectó y diseñó el arco para la conmemoración del 450 aniversario de la Revolución Mexicana en Zacatecas. Además, en conjunto con varios amigos e interesados por la cultura, planeó el rescate y limpieza de la Mina del Edén, para que se convirtiera en el atractivo turístico que ahora conocemos.

Cabe destacar que la actividad de don Raymundo no tiene límite, pues actualmente se ha enfocado en la construcción de una cabaña y un restaurante en Cieneguillas, los cuales ya están listos para ponerse a trabajar. La cabaña la diseñó para poder vivir ahí y así supervisar la actividad del restaurante de manera directa.

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