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Raquel Reynoso o la fotografía como búsqueda de la propia voz

El viaje de Raquel Reynoso por la fotografía es uno guiado por la búsqueda por hallar su propia voz. Fotografía: Edgar Pérez.

El viaje de Raquel Reynoso por la fotografía es uno guiado por la búsqueda por hallar su propia voz. Fotografía: Edgar Pérez.

A los 24 años, la obra de Raquel Reynoso Escalante (Aguascalientes, 1999) ha ganado visibilidad y reconocimiento a nivel internacional. Ha obtenido el tercer lugar en la Copa Mundial de Fotografía Universitaria y ha sido galardonada en los Tokyo International Foto Awards, además de ver su trabajo incluido en el archivo digital de Vogue Italia.

Emmanuel Lubezki, uno de los mejores cinematógrafos en la historia del cine, pasa por su Instagram habitualmente para felicitarla por sus fotografías. “Estaba hiperventilando cuando me di cuenta”, dice al rememorar la primera vez que ‘El Chivo’ le dio like a una de sus fotos. “Me gusta mucho más cómo usa la luz natural a su favor”, refiere al manifestar su admiración hacia el cineasta.

El último logro en su joven carrera la ha distinguido con el título de ‘Gigante del Arte‘ al recibir el Premio Estatal de la Juventud en el ámbito cultural. «Honestamente, ha sido muy gratificante saber que las cosas que he realizado han sido reconocidas, que mis ideas han sido valoradas y que he logrado plasmarlas en el arte que más amo, que es la fotografía«.

Pero no es la gratificación lo que ha alentado el camino de la fotógrafa y cineasta hidrocálida; más bien, se trata de una motivación más antigua e inherente a las personas la que la ha guiado: la búsqueda de la propia voz y la exploración de la identidad.

A pesar de no contar con un antecedente familiar que haya impulsado su pasión por la fotografía, Raquel recuerda que desde niña ya experimentaba una creciente fascinación por capturar visualmente aquello que despertaba su interés. 

Me gustaba moldear figuras con mis manos y simular que tomaba fotos con ellas, ya que en ese entonces no tenía una cámara propiamente dicha. Con el paso del tiempo se fue haciendo una necesidad de tener estas imágenes en físico y encontré en mi casa una cámara análoga y así me empecé a meter más en la fotografía”, rememora.

Pese a tener clara su vocación, Raquel ingresó primero a la carrera de Comercio Internacional y luego a Comunicación e Información, pero ninguna de ellas la satisfizo. Su pulsión por la fotografía era más fuerte. 

«Yo quería estar detrás de una cámara, pero no sabía que podía dedicarme a ello. Me daba miedo, para mí no era opción dedicarme al arte, pero con el tiempo fui descubriendo que sí es posible y me encantó«, indica Raquel. 

Al dejar atrás las dudas, ingresó a la carrera de Artes Cinematográficas y Audiovisuales (LACAV), donde refrendó su amor por la imagen.

“¿Cómo describiría la conexión que tengo? Para mí, el lenguaje fotográfico es donde más me he encontrado. Es un mundo fascinante porque abarca muchas dimensiones…es difícil de explicar. Cuando se comparte una idea a través de una fotografía, cada persona que la observe la percibirá de manera única, dependiendo de su perspectiva, entorno o contexto. Esta posibilidad de abrir las puertas a diversas interpretaciones que van más allá de la visión del propio fotógrafo es realmente enriquecedora”, reflexiona.

Antes de ingresar a LACAV, Raquel ya estaba dando rienda suelta a su creatividad con la cámara, particularmente a través de autorretratos, los cuales inició desde los 19 años. Una mañana, antes de ir a la universidad, le llamó la atención la luz que se filtraba por la ventana en la sala de su casa. 

Durante toda la semana, estuvo consciente de ese tenue resplandor, tratando de recordar a qué le evocaba. Decidió aprovechar esa atmósfera para capturar un autorretrato.

Me levanté muy temprano un domingo para estudiar la luz y aprovechar lo que tenía: mi cámara, un lente y la iluminación natural. Hice varias poses en las que me sentía favorecida y es esa parte del autoconocimiento que me ha conducido a hacer autorretrato. Esta fotografía surgio de auto experimentar, no estaba nada planeado”, explica Raquel.

El resultado fue un fotomontaje titulado ‘Ensueño Bajo el Agua’, compuesto por tres fotografías diferentes, que le valió el tercer lugar en la Copa Mundial de Fotografía Universitaria, el reconocimiento en los Tokyo International Foto Awards y el aplauso de Lubezki.

Siento que con la fotografía encontré una voz, una voz con la que no pude expresar con palabras lo que tenía que decir. Particularmente, el autorretrato en la fotografía me ha dejado una manera de aprender a verme a mí misma, de conocerme”, sostiene.

«Ensueño bajo el Agua«. Foto: Raquel Reynoso.

En LAVAC, ha tenido la oportunidad de dirigir y colaborar en diversos proyectos. Dirigió el cortometraje documental «Desde adentro» (2021), el cual formó parte del festival de documental Ambulante en el que retrata el día a día de su madre Rocío, enfermera durante el confinamiento y la pandemia y las huellas que la contingencia sanitaria deja. Fue asistente de fotografía y colorista en “La Huésped” cortometraje ganador del premio del jurado del Rally Universitario del Guanajuato International Film Fest en (2022).

En este contexto, Raquel rescata las posibilidades que ha encontrado entre ambas facetas.

«Mi labor como fotógrafa en mis autorretratos es en gran medida un proceso solitario. Por otro lado, mi trabajo como directora de fotografía se desarrolla en un entorno colaborativo y colectivo. Ha sido un verdadero placer encontrar personas con las que establezco una conexión y con las que hemos logrado crear una sinergia especial. Cuando todas las partes se unen, el resultado es un trabajo que sería imposible de alcanzar si se llevara a cabo de manera individual. Disfruto de ambas facetas ya que ambas encuentran su punto de unión en la fotografía”, profundiza.

En la actualidad, trabaja como directora de fotografía en el cortometraje «Lecciones de Natación para Novatos«, el primer cortometraje subacuático filmado en su región. Se muestra emocionada de formar parte de una comunidad cinematográfica entusiasta y deseosa de seguir aprendiendo.

Mirando hacia el futuro, Raquel tiene la intención de continuar su formación como cineasta, ya que está en el último año de LACAV. Planea hacerlo posiblemente fuera del país con el objetivo de regresar a México y fomentar la participación de mujeres y jóvenes en el mundo del cine.

«Principalmente en Aguascalientes, donde no tenemos una industria muy consolidada. No contamos con tanto presupuesto y rara vez recibimos el apoyo que se da en ciudades como Ciudad de México. Mi deseo es contribuir a descentralizar la industria cinematográfica en México y demostrar que no es necesario irse al extranjero para lograr cosas importantes. Podemos contar historias locales», expresa.

A pesar de su presente exitoso y un futuro prometedor, Raquel no olvida los desafíos superados. A su corta edad, tiene mucho de lo que sentirse orgullosa. Una de sus mayores satisfacciones es haber demostrado a sí misma, a sus padres y a su entorno que puede dedicarse a su pasión. Su obra y los reconocimientos que ha recibido respaldan su decisión.

Otro de ellos es abrirse paso en una industria dominada predominantemente por hombres. Señala que las mujeres cada vez están teniendo más visibilidad, pues anteriormente era un área que le era delegada casi exclusivamente a los hombres, ya sea por ser un rubro muy técnico o por la exigencia física de cargar equipos muy pesados. No obstante, hace notar que ya no hay apertura, que “ya no es lo mismo de antes”

Me defino como una joven que está siguiendo sus sueños y que encontró en la fotografía una voz que, gracias a ella, ha podido crecer. A través de la fotografía encontré mi lugar en el mundo.

-’¿Ya la encontraste o es una búsqueda permanente de exploración?’, le preguntamos.

– “Creo que nunca dejamos de buscar de manera inconsciente y aprender constantemente. Es una búsqueda constante”, finaliza Raquel.

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