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Rafael Navarro: aquel niño que soñó con el espacio da nombre a una montaña de Marte

Gaceta UNAM

Rafael Navarro González quedó prendado del cosmos desde su infancia. Le llamó poderosamente la atención observar la bóveda celeste e imaginar qué podría haber afuera de nuestro planeta Tierra. 

Desde niño me interesaron cosas del Espacio, entender el origen de la vida. La llegada del hombre a la luna me trajo cuestionamientos de si habría vida fuera de la Tierra o si podríamos comunicarnos con seres extraterrestres”, rememoró en una entrevista para el Financiero. 

Ese interés tan palpable y marcado encaminó a Rafael a convertirse en uno de los mejores científicos que ha visto México en los últimos años. Ingresó a la Universidad Nacional Autónoma de México, donde estudió la licenciatura en Biología tras debatirse entre diversos campos científicos. 

Ya que estaba estudiando la carrera, me di cuenta que para comprender el origen de la vida, necesitaba además estudiar química. Por eso me fui a estudiar un doctorado en Química a los Estados Unidos, a la Universidad de Maryland”, dijo en la misma entrevista.

Ahí empezó a labrar relaciones cercanas con profesores investigadores y científicos que trabajaban en proyectos con la NASA. La calidad del trabajo y su capacidad como investigador le abrieron las puertas al mexicano para colaborar con la agencia espacial más importante del planeta. 

Rafael Navarro participó en la creación del Centro Especializado de Investigación y Docencia de Exobiología de la NASA. En 1989 ingresa como investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de su Alma Mater, la UNAM. 

El investigador también fue un distinguido astrobiólogo a nivel internacional, fungiendo como presidente de la Sociedad Mexicana de Astrobiología. 

No obstante, su gran interés fue hallar vida en  Marte,planeta al que dedicó gran parte de su carrera y estudios”, refiere el Conacyt.  

Demostró que las misiones Vikingo detectaron compuestos orgánicos en el suelo del planeta rojo, que pasaron inadvertidos para especialistas de la NASA”, menciona. 

Rafael tuvo un papel destacado en el desarrollo de un laboratorio portátil de la NASA llamado Sample Analysis at Mars, el cual ha revisado la química del suelo, rocas y aire marcianos. 

Sin embargo, la carrera prolífica del investigador se vio cegada este año al fallecer por COVID-19 el 28 de enero, dejando un legado invaluable. 

Rafael fue un buen amigo y científico dedicado; fue un privilegio y honor para el equipo de exploración de Marte trabajar con él por varios años”, manifestó Paul Mahaffy,  el especialista del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland.

Para honrar la memoria del mexicano, un equipo de científicos e ingenieros de la Agencia Aeroespacial acordaron que una montaña del planeta rojo lleve el nombre de Rafael. 

Determinamos que sería una buena forma de honrar a nuestro colaborador y amigo Rafael Navarro González. Había tres opciones de objetos, lo hablamos con Fabiola (su viuda), Karina (su hija) y su hermano Rafael, y ellos decidieron que ese podría ser. Sabemos que los nombres oficiales para los objetos en el espacio los da la Unión Astronómica Internacional, pero creemos que con esta iniciativa la denominación formal será más rápida”, dijo Mahaffy. 

La montaña Rafael Navarro se sitúa en una región de transición del cráter Gale, rica en arcillas, la cual destaca por su abundancia de sulfatos minerales, lo que puede ayudar a entender mejor los cambios en el clima de Marte que lo llevaron a sus actuales condiciones.

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