Por Antonio Martín del Campo
Chairman 02X y Venture Studio
«De hecho, los investigadores se han decantado por lo que creen que es el número mágico de la verdadera pericia: diez mil horas».
Malcolm Gladwell, Outliers: La historia del éxito
En un nuevo estudio efectuado a más de 2.7 millones de startups en EUA, el cual estuvo encabezado por la Oficina del Censo, así como por los investigadores Pierre Azoulay y J. Daniel Kim del MIT, revela que 41.2 años es la edad promedio que tenían, cuando crearon sus negocios, los fundadores de nuevas empresas de tecnología de rápido crecimiento.
Los investigadores descubrieron que, contrariamente al pensamiento popular, los mejores empresarios tienden a ser de mediana edad. De hecho, una persona de 50 años tiene casi el doble de posibilidades de éxito que una de 30; y alguien de 40 años tiene 2.1 veces más posibilidades de que su emprendimiento sea un éxito que un individuo de 25.
En Aguascalientes y el Bajío, en materia de scaleups y según información de 02X México, la edad promedio del emprendedor es de 44 años, si se toma en cuenta que el rango abarca desde los 35 hasta los 55 años. También hay que considerar que la variable puede cambiar en el caso de las scaleups, puesto que quienes están a cargo de la empresa y toman decisiones no necesariamente son los fundadores, sino que pertenecen a la segunda o tercera generación.
Entonces, las edades de los emprendedores son: 41 años en startups y 44 años en scaleups. Estos son datos de gran relevancia, ya que tienen serias implicaciones no solo para quienes buscan iniciar un negocio, sino también para los encargados de revisar y diseñar políticas públicas.
Las habilidades y la experiencia afectan la propensión de los individuos a ser empresarios y la probabilidad de su éxito. Hay algunas pruebas que apuntan a la importancia de estos aspectos en el emprendimiento innovador. El tema de las competencias empresariales está estrechamente relacionado con cuestiones más amplias como la mano de obra calificada, la migración y las actitudes hacia el emprendimiento.
En otra publicación referente al tema, Benjamin Jones, profesor de estrategia en Kellogg School of Management, menciona que «si no estamos asignando dólares en apoyos públicos y privados a las personas adecuadas en emprendimiento, podemos estar perdiendo en términos de los avances que mejor elevan la prosperidad socioeconómica«.
En teoría, dice Jones, existen muchas buenas razones para pensar que los jóvenes son mejores empresarios, especialmente en tecnología:
- «Una idea es que los jóvenes son especialmente propensos a tener ideas transformadoras, que no están comprometidas con el paradigma actual».
- «Cuando piensas en Mark Zuckerberg diciendo: ‘Muévete rápido y rompe cosas’, el primer mantra de Facebook, notas el énfasis en la transformación y la disrupción».
- Como nativos digitales, los empresarios más jóvenes también pueden tener una mejor idea de cómo la tecnología puede satisfacer las demandas de los consumidores. Además, es menos probable que individuos de veintitantos años tengan hipotecas o familias que los distraigan de sus objetivos profesionales.
- «Pueden ser todo incluido, hora tras hora, de una manera que las personas mayores podrían tener problemas para emparejarse, debido a otras responsabilidades».
Estas últimas aseveraciones tienen sentido, pero la historia marca lo opuesto: los adultos de mediana edad han tenido décadas para desarrollar el negocio, el liderazgo y las soluciones para resolver problemas que ayudan a una startup a tener éxito. Y aunque pueden estar menos familiarizados con ciertas tendencias de consumo, especialmente en torno a los hábitos de los jóvenes, es posible que conozcan un poco más sobre otras oportunidades comerciales. «La experiencia puede brindar una comprensión sustancial sobre mercados específicos y tecnologías específicas, además de habilidades para el funcionamiento», argumenta Jones.
Malcolm Gladwell, en su famosísimo libro Outliers, menciona: «Una vez que un músico tiene la capacidad suficiente para ingresar a una escuela superior de música, lo que lo distingue de otro intérprete es cuán duro él o ella trabaja. De eso es lo que se trata”.
Otro ensayo muy famoso en el medio dice: “Los números no mienten. Si eres lo suficientemente mayor como para parecer ridículo con una sudadera con capucha, eso es en realidad una señal de que tus posibilidades de éxito de inicio son mayores que el promedio”.