Embozados, posando para una fotografía que parecía más de fiscalía de justicia que de partido político, así posaron cuatro notables panistas ante la cámara la mañana del 13 de julio de este año.
En el post de Facebook no se podía percibir el verdadero rostro de estos cuatro. Al menos en el texto se leía un mensaje amable de parte del presidente del PAN, Gustavo Baez, hacia los otros tres personajes.
“Escucharte Fernando Herrera, Arturo González y Rubén Camarillo, me confirma su interés de seguir construyendo un partido para estas nuevas generaciones”.
Esto fue lo que mostraron públicamente, pero lo que de verdad sucedió, cuentan, fue que la reunión no fue agradable, fue más bien ríspida sin llegar a ser violenta.
Arturo González, recién apartado del primer círculo de panistas afines al gobernador Martín Orozco llevó la voz cantante, una voz que venía siendo disonante en Palacio de Gobierno desde hace un poco más de un año.
Lo secundaron Fernando Herrera, afín al grupo que domina en el CEN del PAN que encabeza Marko Cortés y Rubén Camarillo, que afirman, tiene ya casi amarrada la candidatura a la alcaldía para su ahijado político Leonardo Montañez.
Aunque los resultados para el PAN en Aguascalientes han sido positivos de la mano de la presidencia de Baez, como lo fueron en el periodo de Paulo Martínez, estos tres panistas ven la necesidad de un cambio en la silla que manda en el edificio de la avenida Independencia.
A botepronto le habrían pedido a Baez dejar el cargo para regresárselo a Arturo González y su grupo. La petición habría sido concreta: luego de las filtraciones sobre los probables candidatos a la alcaldía, en la que se le habría dejado fuera de toda posibilidad, la solicitud fue que regresara Paulo al lugar que ocupó antes de incorporarse a la burocracia estatal.
La sola insinuación, comentan, habría molestado de sobremanera a Baez, quien solamente sugirió que esperaran a que los tiempos políticos avanzaran en el país y por su puesto en el estado.
Baez ha perdido el liderazgo en la bancada minoritaria del PAN, cierto, permitiendo que un político sin experiencia y sin presencia como lo es Enrique García López, le arrebatara la batuta de la orquesta para empezar a cambiar de melodía.
Este gran hueco que ha dejado la falta de operación, le permite al resto de los grupos creerse con la calidad moral de solicitar el cambio en la cabeza del blanquiazul estatal.
Los números son fríos y parecen, hoy, favorecer totalmente a Acción Nacional en Aguascalientes. Según la encuesta más reciente de Consulta Mitofsky, en la entidad, solo 3 de cada 10 apoyan la gestión del presidente López Obrador, es decir, la de MORENA. Si a esto le sumamos que el partido del presidente en la entidad se desangra en una lucha fratricida, el PAN solo se tiene como enemigo a sí mismo.
Forma es fondo. Los grupos exigen su parte del motín y este primer escarceo dentro de las propias oficinas de Gustavo Baez, muestran que los grupos alineados con la alcaldesa Teresa Jiménez han perdido ya toda civilidad contra el grupo que comanda hoy Acción Nacional.