Icono del sitio Líder Empresarial

¿Qué se hace con los residuos peligrosos de las empresas?

Para representar la contaminación del medio ambiente por residuos peligrosos, no tenemos que imaginar a un gran corporativo que vierte sus desechos en el subsuelo durante años y que, con ello, provoca un cataclismo ecológico, como ocurre en la película Erin Brockovich. Un simple hogar puede volverse generador de residuos peligrosos al usar focos o pilas con mercurio; o productos domésticos como desinfectantes o destapa caños.

Un desecho es considerado peligroso, si aparece enlistado en la NOM-052-SEMARNAT-2005 o si tiene las características de ser corrosivo, reactivo, explosivo, tóxico ambiental, inflamable o biológico infeccioso.

Por ello, en el caso de las compañías, “resulta importante que identifiquen correctamente las corrientes de residuos generadas para poder separar los desechos peligrosos de los de manejo especial, por poner un ejemplo”, refiere Manuel Eguía, director general de la empresa de manejo de residuos GEN en Aguascalientes.

En caso de duda, lo recomendable es que la firma contrate a un laboratorio autorizado por la Entidad Mexicana de Acreditación para que determine qué grado de peligrosidad puede guardar el material analizado. La ignorancia u omisión en el tema puede conducir a la violación de algún precepto, regla o disposición que emane de la Ley General de Prevención y Gestión Integral de Residuos (LGPGIR), entre otras más, e implica sanciones administrativas (multas; clausura temporal o definitiva, total o parcial) y hasta penales.

“Es un gasto que puede llegar a ser considerable, pero es una inversión para el futuro de la propia empresa y para la ecología del planeta”, agrega Manuel.

Una vez que la compañía haya identificado que es generadora de residuos peligrosos, deberá enviarle una notificación a la SEMARNAT para que la incluya en su padrón de generadores de este tipo de desechos.

Posteriormente, deberá contratar a una prestadora de servicios en manejo de residuos peligrosos (la cual esté autorizada por la misma SEMARNAT) para que recolecte, transporte, almacene, recicle o confine los desechos en los destinos finales.

“En los destinos finales, la gran mayoría de los residuos peligrosos son enterrados bajo un proceso muy estricto, meticuloso y con medidas de seguridad muy fuertes”, señala Manuel Eguía. Las normas de seguridad van orientadas a evitar derrames, fugas o filtraciones de contaminantes. Además, establecen que los confinamientos deben estar ubicados a una distancia mínima de cinco kilómetros de los centros de población y en localizaciones que no sean inestables mecánica o geológicamente.

De acuerdo con información de la SEMARNAT, únicamente hay tres centros de confinamiento de residuos peligrosos industriales en el país. Dos se encuentran en el estado de Coahuila y otro, en Nuevo León. Entre los tres, tienen una capacidad promedio de 639,126 toneladas por año.

Coprocesamiento, una alternativa sustentable

Manuel Eguía comenta que en la actualidad hay cada vez más empresas que están apostando por el coprocesamiento de los residuos peligrosos. El coprocesamiento es definido por la LGPGIR como la “integración ambientalmente segura de los residuos generados por una industria o fuente conocida, como insumo a otro proceso productivo”.

En este sentido, las compañías generadoras distribuyen a las cementeras residuos peligrosos como solventes, aceites usados, textiles, sólidos originarios de procesos industriales, entre otros, para que estas últimas los sometan a un nuevo procesamiento y produzcan una fuente de energía alterna al coque de petróleo, utilizado para encender los hornos.

Con el coprocesamiento hay distintos tipos de beneficios, refiere Eguía. “El primero, reutilizas los residuos peligrosos y evitas que terminen enterrados en un confinamiento, esperando quién sabe cuánto tiempo para que se degraden. Segundo, se disminuye la emisión de bióxido de carbono al reducir el uso de coque”.

En cuanto a ventajas económicas, expresa que, según estimaciones personales, usar los residuos peligrosos coprocesados en los procesos de combustión representa a las cementeras una reducción del 30 por ciento del costo en relación al precio del coque.

Mientras en países como Japón, Alemania o Estados Unidos el nivel de coprocesamiento de residuos peligrosos es bastante alto, oscila entre 80 y 90 por ciento; Manuel Eguía explica que México se encuentra sumamente rezagado al grado de que ni siquiera alcanza un 10 por ciento.

Sin embargo, reconoce que en Aguascalientes existe un gran compromiso por parte de las empresas locales por manejar adecuada y responsablemente sus desechos peligrosos. Agrega que parte de la cultura existente en la entidad se debe a las exigencias de las autoridades municipales, estatales y federales que regulan el tema.

Salir de la versión móvil