Hoy, 13 de diciembre, la Iglesia Católica celebra a Santa Lucía de Siracusa, una de las santas más veneradas, especialmente conocida por su vinculación con la vista y los enfermos de ojos. Además de la conmemoración de Santa Lucía, en este día se festejan otros nombres de santos registrados en el Martirologio Romano, como Antíoco, Aristón y Otilia, entre otros.
La celebración de Santa Lucía tiene un peso simbólico importante. Su martirio, sino por la gran devoción popular que despierta, especialmente en los países del norte de Europa, donde su figura es asociada a la luz y la protección contra la ceguera.
La historia de Santa Lucía de Siracusa
Santa Lucía nació en Siracusa, Sicilia, en el seno de una familia noble y rica, y fue educada en la fe cristiana. Durante su infancia, perdió a su padre y, siendo muy joven, hizo un voto de virginidad en secreto. Sin embargo, su madre, Eutiquia, ignorante de este voto, insistió en que contrajera matrimonio con un joven pagano. Lucía, fiel a su vocación religiosa, intentó convencer a su madre para que viajara a Catania, a orar ante la tumba de Santa Agata, con la esperanza de que ella sanara de una enfermedad. Al cumplirse la curación, Lucía confesó su deseo de consagrarse a Dios y repartir su fortuna entre los pobres, lo que Eutiquia, finalmente, aceptó.
Sin embargo, su pretendiente pagano, furioso por el rechazo, la denunció como cristiana ante el proconsulado de Pascasio. La persecución cristiana bajo el emperador Diocleciano estaba en pleno auge, y Lucía fue arrestada y llevada ante el juez.
El martirio de Santa Lucía
El juez, al conocer su firme fe cristiana, intentó forzarla a renunciar a su creencias y la amenazó con enviarla a una casa de prostitución. La respuesta de Lucía, «El cuerpo queda contaminado solamente si el alma consiente», dejó una huella profunda en la historia del cristianismo, siendo admirada incluso por el teólogo Santo Tomás de Aquino. A pesar de los esfuerzos para quebrantar su voluntad, Lucía se mantuvo firme en su fe.
Dios, según la tradición, intervino de manera milagrosa para impedir que los guardias pudieran mover a la joven del lugar, y cuando intentaron quemarla viva en la hoguera, el fuego no la tocó. Finalmente, la decapitaron el 13 de diciembre del año 304, pero, incluso en el momento de su muerte, Lucía seguía exhortando a los fieles a mantener su fidelidad a Cristo.
La devoción a Santa Lucía ha perdurado a lo largo de los siglos, siendo especialmente popular en la Edad Media, donde se la invocaba contra enfermedades de los ojos, ya que su nombre está relacionado con la luz. Según algunas leyendas, el tirano que la persiguió ordenó que le arrancaran los ojos, pero Lucía los recobró milagrosamente. Esta tradición popular cimentó su título como patrona de la vista y de los enfermos o ciegos.
La canonización y culto a Santa Lucía
La figura de Santa Lucía, aunque rodeada de leyendas, tiene una base histórica confirmada. En 1894, se descubrió una inscripción sepulcral en las catacumbas de Siracusa con su nombre, lo que confirmó su existencia histórica en el siglo IV. Desde entonces, se ha celebrado su festividad cada 13 de diciembre en reconocimiento a su mártir cristiana y a su ejemplo de fe inquebrantable.
En el arte, Santa Lucía suele representarse con una espada atravesando su cuello, una palma en señal de martirio, y a menudo con dos ojos en un platón o una lámpara de aceite, simbolizando su relación con la luz.
Otros Santos que se Celebran el 13 de Diciembre
Además de la fiesta de Santa Lucía, el 13 de diciembre. La Iglesia Católica conmemora a otros santos que, aunque menos conocidos, también dejaron una huella importante en la historia cristiana. Entre estos santos se incluyen:
- Antíoco
- Aristón
- Auberto
- Eustracio
- Judoco
- Mardario
- Orestes
- Otilia
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