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¿Qué requisitos debo cumplir para convertirme en proveedor automotriz?

Incursionar en el sector automotor puede ser atrayente, ya que genera el 35 por ciento del PIB estatal; pero, ¿qué tan sencillo es abrirse camino para ser proveedor de trasnacionales como Nissan, Kitagawa o Jatco, por poner algunos ejemplos? Nada sencillo. 

“Un gran error que han cometido las pymes en Aguascalientes es que, por el auge de la industria automotriz, muchos empresarios provenientes de otros sectores toman la decisión arriesgada de adentrarse en el ramo, pensando erróneamente que con la adquisición de infraestructura y la compra de un certificado, podrán unirse a la cadena de proveeduría automotriz. Nada más lejos de la realidad. No es así de fácil”, explica el ingeniero Cuitláhuac Pérez, director general de Maindsteel y socio fundador del Grupo Industrial Automotriz MAEN.

La cadena de suministro automotriz está formada de la siguiente manera: en lo más alto se encuentran las ensambladoras de automóviles (OEM, Original Equipment Manufacturer), es decir, los creadores de la cadena; los Tier 1 son las empresas encargadas de proveer partes directamente a los OEM; los proveedores de los Tier 1 son los Tier 2; los que abastecen a los Tier 2 son llamados Tier 3, y así sucesivamente.

Ahora bien, ¿cómo un posible proveedor puede insertarse en la cadena?

El primer requisito fundamental es tener una capacidad instalada que le sirva y le sea atractiva a algún OEM o Tier 1. «Tienes que identificar las necesidades que tiene la industria automotriz en este momento o para los próximos años. Si la industria va a requerir plásticos, maquinados, estampados, recubrimientos metálicos, por ahí puedes empezar a invertir». Por ejemplo, Aguascalientes adolece de proveedores de aleaciones de aluminio. Tampoco hay fábricas de llantas, motores o rines, puntualiza Cuitláhuac Pérez.

Otro factor igual de importante es la experiencia en el manejo e implementación de sistemas de producción y calidad. Ahí el proveedor potencial entra en un círculo vicioso, pues sin experiencia en el ramo automotor es muy complejo conseguir un contrato, y si no le dan un contrato es imposible adquirir experiencia.

En este sentido, el presidente del Grupo MAEN recomienda arrancar proyectos semejantes: “¿Quieres ingresar en la cadena? Arranca un proyecto similar. Haz partes estampadas al sector mueblero, véndeles y cuando tengas dos tres años con un proceso que funcione correctamente y una vez que ya tengas un sistema de calidad ISO 9001por ponerte un ejemplo, ahí sí puedes captar la atención de los corporativos”.

«Los OEM y los Tier necesitan estar seguros de que tienes la experiencia para correr un proyecto de tal envergadura. Si no la tienes, no te lo van a dar. Si cometes un error, los pones en un conflicto mayúsculo, al grado de que el Tier puede arriesgarse a perder la relación con el OEM, porque éste último no va a tolerar ninguna equivocación”, profundiza Cuitláhuac Pérez.

En relación con lo anterior, el presidente de Maindsteel señala que uno de los grandes temores de los proveedores directos o indirectos de los OEM son los costos por paros de línea. Las penalizaciones por minuto impuestas por los OEM pueden ir desde los 6,000 hasta los 10,000 dólares, generalmente. “La industria automotriz es muy agresiva en ese aspecto. No te perdona retrasos, errores, paros, cambios ni faltas. No te perdona absolutamente nada. Es un desgaste impresionante».

Otra condición primordial es estar certificado por alguna de las siguientes normas de calidad: ISO 9001:2015 o IATF 16949:2016. La ISO 9001:2015 es la «norma internacional que se centra en todos los elementos de la gestión de la calidad con los que una empresa debe contar para tener un sistema efectivo que le permita administrar y mejorar la calidad de sus productos o servicios», según refiere el portal especializado normas9000.com.

Si bien la primera norma de las dos es la más “elemental”, el costo del certificado para una pyme puede oscilar, en promedio, entre los 50,000 y los 300,000 pesos, dependiendo de los tipos y la cantidad de procesos que implemente, el número de empleados, entre otras cosas. De los Tier 2 para abajo (Tier 3, Tier 4), este sistema de gestión de calidad es indispensable para convertirse en un potencial proveedor.

Por lo contrario, todos los OEM y los Tier 1 deben estar acreditados por la norma IATF 16949:2016, el estándar de gestión de calidad específico para el sector automotor fijado por la International Automotive Task Force. Si un Tier 2 fabrica alguna autoparte crítica -aquella que pone en riesgo la seguridad del usuario final, en este caso el piloto y los pasajeros- como puede ser un bracket, un cinturón de seguridad o los frenos, también deberá estar certificado por la IATF 16949:2016.

Otro elemento importante es el funcionamiento de la parte administrativa-financiera, de acuerdo con Cuitláhuac Pérez. Para poder firmar un contrato, la empresa debe estar completamente sana: no debe tener problemas fiscales, mercantiles, laborales ni estructurales. “Tienes que demostrar que todos tus trabajadores estén dados de alta en el Seguroque estás pagando impuestoscomprobar la sanidad financiera de la compañía mediante el estado de resultados de los últimos añosque no tengas adeudos. Es una lista larguísima, son muchísimas cosas”.

Si una firma cumple con los cuatro rubros anteriormente citados (capacidad, experiencia, certificaciones, salud financiera y administrativa), no significa que automáticamente se inserte en la cadena de suministro; sino más bien, que se vuelve una candidata apta para hacerlo.

Tras pasar este filtro, lo normal es que la organización sea sometida a una auditoría minuciosa y exhaustiva por parte del OEM o el Tier 1, en la cual se evalúan cuatro áreas: calidad, manufactura, logística y administrativa-financiera. En general, las auditorías califican entre 160 y 400 indicadores distribuidos en los rubros mencionados anteriormente. La calidad es el de mayor peso. Si la evaluación satisface a los proveedores, entonces sí hay una posibilidad alta de adentrarse en la industria automotriz, refiere Cuitláhuac.

¿Qué le hace falta a la proveeduría mexicana?

Un punto fundamental es la tecnificación. Según el presidente del Grupo MAEN, los procesos de producción de las empresas mexicanas generalmente son semiautomáticos o manuales; mientras que en los corporativos extranjeros son semiautomáticos a automáticos. Lo anterior incide en los costos de producción, en la capacidad y eficiencia de los procesos.

Pero acaso el más importante es el cambio de cultura y mentalidad: “Nos hace falta prepararnos y cambiar de mentalidad por completo; dejar de estar pensando que los negocios se hacen de un día para otro inyectando dinero, comprando equipo y recibiendo un contrato millonario. Los negocios no se hacen así; se logran agarrando experiencia, preparándose al máximo, teniendo todo lo que la empresa requiera y que yo se lo pueda dar. Así es como se hacen los negocios y es lo que nos falta en México».

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