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¿Qué puede hacer Aguascalientes para mejorar su política cultural?

Si Aguascalientes quiere tener un desarrollo integral, sostenible y de calidad, se debe enfocar en ser una ciudad de servicios; pues aunque su clúster automotriz impacta fuertemente la economía y el empleo, no define –ni definirá– su perfil social porque se acota a una zona específica de la mancha urbana y no tiene un duro efecto en la personalidad de una urbe, a menos de que se integre por completo a ella (algo que difícilmente sucederá debido a los cambios en las tendencias de movilidad).

Como lo demuestran muchos casos, las ciudades exitosas son las que acumulan talento e innovación, pasan rápido de la manufactura a la mentefactura y reconfiguran su estructura económica para convertirse en proveedoras de servicios de todo tipo: financieros, logísticos, administrativos, tecnológicos, educativos y culturales. Ese es el fundamento por el cual el próximo gobierno del estado debe fortalecer el nervio cultural.

No es un secreto para nadie que la vida económica se ve favorecida por el arte. La Cuenta Satélite de la Cultura en México del INEGI ya ha facilitado información sobre la importancia en la economía del número y la calidad de los premios que reciben los creadores, la cantidad de obras que producen, el consumo de libros y la asistencia a museos, cines o teatros.

Desde los años setenta, Aguascalientes ha incrementado su infraestructura cultural en casi todo su territorio. Hay artistas y creadores jóvenes de gran calidad. El público interesado en el arte también ha crecido… pero la institucionalidad existente, centrada en el ICA, merece tener un espacio social, presupuestal y público mucho más robusto. Los gobiernos deben darle mayor relevancia, al menos equivalente a la de otras dependencias, a fin de impulsar el papel del Estado como gestor cultural.

«La propuesta de que el siguiente gobierno de la ciudad de Aguascalientes ponga más atención en este ámbito, parte de la transformación del ICA en un Consejo Estatal para la Cultura y las Artes».

Es necesario pensar en una política cultural que promueva las artes, apoye a los nuevos creadores, se vincule con escritores y artistas, provea una oferta artística de alta calidad a la población (la cual sea un atractivo turístico) y, sobre todo, haga de la cultura una forma de cohesión social y preservación de la vida urbana –es decir, que aleje a la población de algunas vulgaridades como el juego, las peleas de gallos o los antros–.

La propuesta de que el siguiente gobierno de la ciudad de Aguascalientes ponga más atención en este ámbito, parte de la transformación del ICA en un Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, un organismo público altamente representativo, generador de buenas decisiones y transparente.

Para su buen funcionamiento, será importante que cuente con participación privada –según la normatividad aplicable a cualquier secretaría–, la cual tenga capacidad de decidir en materia de nombramientos, líneas de acción, asignación de fondos, programas.

«El Estado no es responsable de hacer cultura, producir genios o descubrir artistas. Más bien, su deber es crear las condiciones básicas (…) para que los creadores desarrollen su propio talento».

Además, tendrá que concentrarse en unos cuantos ejes de trabajo, muy específicos y que haga bien. Por ejemplo, modernizar y enriquecer la infraestructura cultural; proteger y ampliar el patrimonio artístico, arquitectónico, museístico; diversificar la oferta en términos de calidad; acompasar la gestión y la promoción cultural con la educación formal y el sistema escolar, etcétera.

El Estado no es responsable de hacer cultura, producir genios o descubrir artistas. Más bien, su deber es crear las condiciones básicas –libertad absoluta, asignación eficiente de recursos, promoción, formación, entre otras– para que los creadores desarrollen su propio talento, produzcan su trabajo con la mayor calidad y sea el público quien decida.

También, habrá que asegurarse de que los distintos procesos y facultades de este Consejo cuenten con una asesoría exigente, criterios de selección objetivos y un monitoreo externo, con el fin de que las decisiones tomadas sean las mejores y se produzca una asignación muy transparente de los recursos públicos.

La creación de este organismo enviaría una señal muy poderosa de cuáles son las prioridades y el grado de sensibilidad de este nuevo gobierno.

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