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¿Qué pasa con el peso?

Desde octubre pasado hemos observado cómo el precio del dólar americano (USD) ha venido subiendo contra nuestro peso mexicano (MXN) y han existido ocasiones en que nos hemos preguntado si se avecina una nueva devaluación o si algún evento logrará frenar esa caída.

¿Qué pasa con el peso? ¿A qué se debe la caída?

Si recordamos los eventos del año pasado, hacia esas mismas fechas teníamos una perspectiva interesante sobre el futuro mexicano, impulsado por las reformas estructurales. Sin embargo, comienza la estrepitosa caída del precio del petróleo y su impacto sobre la economía real. Pero, ¿por qué afecta esto al tipo de cambio?

Observemos la siguiente gráfica (Gráfica 1, fuente: Bloomberg). Es el Índice del USD, que nos explica la fortaleza relativa que tiene la moneda norteamericana con respecto a las monedas de sus principales socios comerciales: Zona Euro, Reino Unido, Suecia, Suiza, Canadá y Japón. El índice se creó en 1973 con una base de 100. Si el índice tiene un valor de 90, esto significa una caída del valor del USD de 10 por ciento; por el contrario, si tiene un valor de 115, el USD incrementó en 15 por ciento su valor.

Al 31 de Marzo de 2015, tiene un valor de 97.9750 unidades, subiendo desde los 80.00 puntos que valía en Julio de 2014. Entonces, el dólar ha recuperado casi 22.8 por ciento en nueve meses.

Observemos el comportamiento que durante 12 meses calendario han tenido el euro (EUR –línea morada) y el peso mexicano (MXN –línea verde) con respecto al USD (línea azul): gráfica 2 (fuente: Bloomberg).

El movimiento del EUR parece espejo del movimiento del USD, acumulando a la fecha el EUR una caída de -21.8 por ciento contra un alza de +22.8 por ciento del USD. El peso, por su parte, ha acumulado una caída de -14.4 por ciento en el mismo periodo.

El USD está recuperándose, ganando terreno que había perdido en los últimos años y esto ha ocasionado que las demás monedas pierdan valor. El tipo de cambio es una paridad entre monedas que, según las teorías, se basa en el poder de compra que cada moneda posee y lo fija el libre mercado. Esto refleja, entre otras cosas, el crecimiento económico del país, las tasas de interés, inflaciones, etc. Para que el equilibrio se mantenga es necesario que todas las variables involucradas se muevan en la misma dirección. Así pues, si el tipo de cambio se mueve para arriba, las tasas deben subir; por el contrario, si las tasas de interés bajan, esperamos que el tipo de cambio baje también.

Tanto el tipo de cambio como las tasas de interés son instrumentos de ahorro que compiten por los mismos recursos. Los rendimientos que les otorgan deben estar en equilibrio para mantener la paridad. Si no sucediera esto, podemos esperar que mucha gente retire sus ahorros en el banco para comprar dólares, al tener una expectativa de un rendimiento mayor. ¿Les suena conocido? Un tema monetario se puede volver bancario y afectar a la economía real en su conjunto.

El tema cobró relevancia en días pasados debido a que se esperaba que la Reserva Federal de Estados Unidos subiera la tasa de referencia (Prime Rate). Un alza de intereses en EEUU forzaría a los demás países a seguir el mismo camino. Esta misma alza volvería atractivo, otra vez, al mercado norteamericano, logrando recuperar el ahorro que estaba en otros países. Esto es lo que malamente se conoce como “capitales golondrinos” que regresan a su casa, donde las condiciones son más favorables y el riesgo es más aceptable. México y Brasil podrían verse afectados, ya que en conjunto recibieron más de la tercera parte de este tipo de ahorros en los últimos años.

¿Qué podemos esperar entonces? Según mi opinión, puede haber un ajuste en las tasas de interés aquí en México y, también, una estabilización del tipo de cambio, aunque es muy poco probable que regrese a los niveles de los 13 ó 14 pesos por USD. Y, recordemos, esto se debe principalmente a un USD fuerte.

¿Qué hacer? Si tenemos créditos a tasa variable (basados en TIIE u otra tasa de referencia) es mejor convertirlos a tasa fija, aprovechando las tasas bajas que hay en el mercado. Al final del día, lo mejor que podemos hacer con un riesgo es transferirlo. ¡Hasta la próxima!

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