Icono del sitio Líder Empresarial

¿Qué me conviene estudiar en México? Competitividad educativa profesional

En el IMCO se ha desarrollado la página Compara Carreras, herramienta para revisar cuánto ganan los profesionistas de cada carrera, si tiene riesgos de desempleo y cuántas personas la han estudiado.

Cada carrera tiene diferentes costos, beneficios y riesgos económicos que los estudiantes (el mercado laboral y las universidades) deben conocer para optimizar los recursos humanos profesionales.

Para 2021, el Gobierno Federal ha eliminado diversos programas de fortalecimiento para la educación. La Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) alertó que el deterioro en el presupuesto a educación superior redundará en que más universidades entren en crisis financiera y se desacelere el crecimiento de la matrícula.

Por ello, el ANUIES solicitó el incremento de los montos asignados a la educación superior en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2021, principalmente en los programas:

En Compara carreras se puede revisar:

Las carreras más demandadas por las mujeres corresponden a las de negocios y administración; formación docente y ciencias sociales; de la salud y del comportamiento. Es menor su incursión en las ingenierías, arquitectura, construcción y agronomía.

El 30% de los mexicanos cuenta con sólo primaria o con ninguna educación. La tercera parte de la población alcanzó a cursar la instrucción secundaria, seguida de un 20% que terminó el bachillerato. 27% llevó algún año de profesional u obtuvo la licenciatura. La carrera técnica la han estudiado el 3.33% y ha obtenido un posgrado sólo el 1.29%.

El mayor salario detectado por el IMCO es para los hombres con posgrado que cotizan alrededor de 23 mil pesos. El salario menor, se observa en las mujeres sin instrucción alguna que perciben alrededor de 4 mil 888 pesos mensuales. Es decir, existe una diferencia de 4.72 veces entre el salario mayor y el de menor denominación. 

Paradójicamente, la tasa de desocupación es mayor entre quienes tienen posgrado (3.5%) que entre los efectivos que no cuentan con instrucción (2.2%). En el país hay una tasa de desocupación promedio de 4.1%, con las tasas más altas para quienes cuentan con bachillerato (5.3%) y alguna licenciatura (5.1%).

Siguiendo al IMCO, las carreras universitarias cursadas en el sector público cuestan alrededor de 50 mil pesos. En las universidades privadas, 500 mil o más según la institución. Por tanto, el tiempo que toma recuperar la inversión es diez veces mayor en las privadas que en las públicas (es decir, entre 10 o 100 meses de salarios).

El trabajo decente incrementa los ingresos de los individuos, que pueden ser gastados en la economía local. Su poder adquisitivo incentiva el crecimiento y el desarrollo de empresas sostenibles, sobre todo de las pequeñas empresas, que a su vez pueden contratar a un número mayor de trabajadores, mejorar sus salarios y condiciones de trabajo.

El trabajo decente aumenta los ingresos fiscales para que los gobiernos puedan financiar medidas sociales dirigidas a proteger a quienes no encuentran un empleo (o no pueden trabajar).

Promover el empleo y las empresas, garantizar los derechos en el trabajo, extender la protección social y fomentar el diálogo social son los cuatro pilares del Programa de Trabajo Decente de la OIT -con la igualdad de género como tema transversal-. Estos son factores indispensables para hacer avanzar toda la Agenda de Desarrollo Sostenible.

Salir de la versión móvil