Por Walter Buchanan, CFA socio director de SaveNest
El miércoles pasado en el senado se aprobó una reforma a la Ley del Banco de México que causó gran polémica en medios y hasta en redes sociales, pues el mismo Gerardo Esquivel, quien fue propuesto como subgobernador del Banco de México (Banxico) por el gabinete de AMLO en 2018, comentó ese mismo día en Twitter que dichas reformas atentaban contra la autonomía del banco central:
Tres días después el subgobernador Jonathan Heath también mostró su opinión en la misma red social:
De ser aprobada por la cámara de diputados, la reforma obligaría a Banxico a comprar dólares en efectivo que lleguen en excedente a los bancos y demás instituciones de crédito del país que no puedan repatriarse.
Esta reforma se presentó con el fin de ayudar a los paisanos que traen dólares al país ya que, según palabras de Monreal, en tiendas, restaurantes y hoteles les toman sus divisas con un descuento de 20%.
La polémica radica en que esta reforma obligaría a Banxico a comprar dólares en efectivo que los bancos no puedan colocar o repatriar y a integrarlos a sus reservas internacionales, vulnerando su autonomía, puesto que las reservas actualmente están compuestas por activos que Banxico compra por decisión propia.
También llama la atención que, acorde con datos del mismo Banxico, la mayoría de los bancos actualmente no tiene problemas con el excedente de los dólares que reciben en efectivo pues logran colocar en territorio nacional y exportar 98% del monto captado; asimismo, el porcentaje de remesas que llega en efectivo al país es menos de 1% pues 201 millones de dólares llegan en efectivo, mientras que 29,964 millones de dólares llegan vía transferencia electrónica.
Esta información fue presentada por Banxico a los senadores antes de que se aprobaran las polémicas reformas en el senado.
Dicha medida puede relajar los controles que tienen los bancos para captar dólares en efectivo, controles que existen como medidas de prevención de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo, pues ya no estarían obligados a repatriar los dólares ellos mismos, sino que Banxico se los compraría; dólares de los que no se tendría garantía que no provengan de origen ilícito o se usen para financiamiento al terrorismo.
Con esta medida Banxico pudiera ser clasificado como entidad de alto riesgo para lavado de dinero ante entidades extranjeras.
Sin duda, hay un problema con los dólares en efectivo en el país, pues si no lo hubiera no habría un “mercado negro” donde podemos comprar dólares en algunos puntos del país, como el aeropuerto de la Ciudad de México, con un descuento de entre 5 y 10% del tipo de cambio ventanilla de los bancos, pero vulnerar la autonomía del banco central, además de exponerlo a convertirse en entidad de alto riesgo, quizá no sea la mejor solución.
El mismo Banxico, en un comunicado de prensa emitido el día de ayer, reiteró su disposición a colaborar con el Congreso de la Unión para encontrar una solución a dicho problema para que los dólares que llegan a nuestro país en efectivo, de procedencia legal, se puedan integrar sin problemas al sistema financiero.
El asunto ahora está en manos de la Cámara de Diputados, donde dicha reforma está en proceso de análisis; y en la cual recae la esperanza de que la autonomía del Banco de México y su integridad queden intactas.
P.D. No olvidemos que esta semana Banxico no deja de ser protagonista, pues el jueves conoceremos su decisión de política monetaria y su comunicado de prensa, donde quizá podamos intuir si el ciclo de baja de tasas terminará en 4.25 (la mayoría de analistas no descarta otra baja en esta reunión o durante 2021) o quizá la tasa pueda tocar niveles por debajo del 4% durante 2021.
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