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¿Qué han hecho los cuatro países que mejor han manejado la pandemia de COVID-19?

Seguramente ya habrás leído que México salió pésimamente evaluado por su manejo de la pandemia de COVID-19 en el estudio revelado por el Instituto Lowy: el país liderado por López Obrador se ubicó en la posición número 97 de 98 países calificados, únicamente superado por Brasil, encabezado por el siempre polémico Jair Bolsonaro. 

El ranking valoró la respuesta de los gobiernos alrededor del mundo a partir de las 36 semanas posteriores al centésimo caso confirmado de coronavirus, poniendo especial énfasis en indicadores como los casos confirmados y muertes ocurridas en cada uno de los territorios. 

No era necesario un listado para saber que la estrategia emprendida por la Secretaría de Salud Federal ha suscitado mucha polémica alrededor del país -incluso fuera de él. La falta de contundencia en la recomendación del uso de cubrebocas, la reticencia a aplicar pruebas masivas, la escasez de rastreadores son algunos de los elementos más criticados en la gestión encabezada por el subsecretario Hugo López-Gatell.

Sin embargo, esas son temas ya altamente comentadas. A continuación presentamos las estrategias que han emprendido los gobiernos de los cuatro países mejor calificados por el Instituto Lowy en la contención de la pandemia: Nueva Zelanda, Vietnam, Taiwán y Tailandia, lo que les ha permitido registrar los índices más bajos en contagios y fallecidos por coronavirus, aún cuando cuentan con un número considerable de habitantes. 

Nueva Zelanda

Población: 5,002,100.

Casos confirmados:  2,299

Muertes confirmadas: 25

La gestión de la pandemia por COVID-19 hecha por Nueva Zelanda ha sido reconocida globalmente, al grado de que la Organización Mundial de la Salud los puso como ejemplo para detener la transmisión del SARS-CoV-2.

Las autoridades sanitarias del país oceánico han resumido su plan en un veloz y agresivo programa de aplicación de pruebas, rastreo de contactos y confinamiento, a la par de un seguimiento irrestricto de las directrices ordenadas por los especialistas en salud. 

Todo se basa en la velocidad. Cuanto más rápido puedas hallar los casos, confinarlos y rastrear a sus contactos, más exitoso serás en el combate a la pandemia”, dijo el director del Ministerio de Salud, Ashley Bloomfield. 

El funcionario dijo que durante febrero y marzo, el país intensificó paulatinamente las restricciones de movilidad. Durante cinco semanas los negocios no esenciales cerraron sus operaciones. La industria manufacturera y de la construcción detuvieron sus actividades. Las escuelas se trasladaron a un modelo remoto. 

Sabíamos que implementar esta estrategia tendría un costo significativo en nuestra economía, pero habría sido mayor con un brote masivo de casos”, dijo Bloomfield. 

Aunado a lo anterior, la nación ha emprendido una intensa campaña de comunicación para concientizar a la población sobre los riesgos del COVID-19. El Gobierno de Nueva Zelanda llamó a formar un «súper equipo» de cinco millones de personas para proteger a familias, seres queridos, vecinos, compañeros. Todos entendieron el mensaje; nadie se tomó la pandemia a la ligera.

«Los mensajes clave (‘quédate en casa-salva vidas’) se tradujeron a docenas de idiomas y se difundieron a las comunidades a través de iglesias, mezquitas, líderes comunitarios y personas influyentes en las redes sociales”, explicó Joe Stockman, maestrando  por la London School Economics  en Administración Pública (LSE) en un blog de la institución educativa. 

Ashley Bloomfield también ha dicho que una de las estrategias para el control eficaz de la pandemia ha sido regirse bajo la conducción de los expertos en salud pública y la evidencia en evolución respecto a la enfermedad y sus vías de tranmisión.

Vietnam

Población: 97,841,414

Casos confirmados:  1,560

Muertes confirmadas: 35

Las experiencias con la epidemia de SARS entre 2002 y 2003 y el posterior brote de influenza aviar alertaron a Vietnam de tomar con absoluta seriedad la aparición de un nuevo patógeno en China, su país vecino. 

Después de los primeros casos identificados en Wuhan, el país asiático ordenó a los visitantes provenientes del epicentro del brote guardar confinamiento durante 14 días, aún cuando la Organización Mundial de la Salud erróneamente dijo que no había indicios de que el virus se transmitía persona a persona.

Asimismo, las autoridades sanitarias activaron un  intenso sistema de vigilancia epidemiológica, con el objetivo de rastrear a las personas infectadas y sus contactos durante los anteriores 14 días. 

Tenemos un sistema muy fuerte: 63 Centros para el Control de Enfermedades (CDC) provinciales; más de 700  CDC a nivel distrito y más de 11,000 centros de salud comunales. Todos ellos encaminados al rastreo de contactos”, dijo el doctor Pham del Instituto Nacional de Higiene y Epidemiología en declaraciones recogidas por CNN. 

Los contactos directos de los pacientes infectados fueron dispuestos en cuarentena en centros de salud, hoteles y campos militares. A los contactos indirectos se les exhortó a que se quedaran en casa.

Cabe señalar que al igual que otros países que han sido aplaudidos en su combate contra el SARS-CoV-2, Vietnam también emprendió un programa de comunicación masiva buscando concientizar a sus ciudadanos a través de diversos medios: afiches en los muros, ruedas de prensa diarias, megáfonos por las calles.  Famoso resultó un video de música pop en el que el Ministerio de Salud detalla a sus habitantes cómo lavarse adecuadamente las manos. 

Estas acciones lograron que durante tres meses (abril, mayo y junio) Vietnam no registrara ningún caso de transmisión comunitaria. Inevitablemente, las autoridades han encontrado casos de COVID-19 sin antecedentes de viaje, pero rápidamente han aplicado el rastreo epidemiológico para cercar la enfermedad. 

Taiwán

Población: 23,841,631

Casos confirmados:  895

Muertes confirmadas: 7

Vietnam y Taiwán comparten muchas similitudes en el enfoque para detener la pandemia. Como muchos países asiáticos, las vivencias experimentadas con otros coronavirus los encaminó a tomar medidas de manera anticipada para prevenir cualquier ola descontrolada que desbordara a los hospitales. 

La conformación del Centro Nacional de Acción en Salud poco después del brote de SARS en 2002 fungió como pilar para prever la amenaza que supuso el coronavirus conforme los primeros reportes fueron divulgados en enero del año pasado sobre un patógeno emergente altamente infeccioso. 

El gobierno de Taiwán ordenó inicialmente el cierre de fronteras con China. También prohibió la exportación de mascarillas quirúrgicas para evitar un desabasto en el país. Al ser un país altamente digitalizado, las autoridades utilizaron la tecnología para identificar a pacientes sospechosos de COVID-19 tras examinar su historial de viajes. 

El gobierno también desarrolló una aplicación para que las personas comunicaran sus síntomas a través de un código QR. Esto permitió focalizar la atención de los funcionarios de las aduanas en los pacientes altamente sospechosos de portar el virus, señala un reportaje de DW. 

Aunado a lo anterior, Taiwán apostó por invertir fuertemente en el sector biomédico, redituando en el desarrollo de pruebas rápidas y eficaces para detectar la infección por SARS-CoV-2, evitando los problemas de escasez que se registraron en diferentes países alrededor del orbe. 

Tailandia

Población: 69,900,927

Casos confirmados:  16,221

Muertes confirmadas: 76

Obviando a China, lugar donde emergió el coronavirus, Tailandia fue uno de los primeros países en notificar casos de COVID-19. Los festejos del Año Nuevo Lunar celebrados en febrero de 2020 que implicaron gran movilidad de ciudadanos de distintos países asiáticos hicieron temer una situación catastrófica en Tailandia. Sin embargo, las autoridades supieron evitar el desarrollo de un brote descontrolado.

Primeramente, implementaron controles rigurosos en los aeropuertos para detectar potenciales portadores del coronavirus. Gracias a la colocación de cámaras térmicas identificaron a la primera paciente de COVID-19, una mujer de 61 años. 

El reforzamiento de hábitos preventivos como el uso de cubrebocas o una buena higiene también coadyuvaron a un manejo eficiente de la contingencia sanitaria. Mucho antes de que la OMS sugiriera la adopción de los cubrebocas por parte de la población, los ciudadanos tailandeses ya seguían esta medida elemental. 

Así lo demuestra un estudio realizado en aquel país, el cual reveló que el 95% de la población tailandesa usa mascarillas, el porcentaje más alto dentro de la región del sudeste asiático. 

Entre otras medidas que ha tomado el gobierno tailandés, destaca la imposición de cuarentenas obligatorias de 14 días a aquellos que ingresen al país (independientemente de si son turistas o nacionales); restricciones de movilidad en algunas provincias y el cierre de escuelas y bares. 

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