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¿Qué escuchar mientras Taylor no está?

Hace quince años Napster, un servicio de distribución de archivos de música, hizo su aparición. Esta red fue la primera de intercambio peer to peer (redes entre pares) que permitía a quienes se conectaban compartir música de forma muy sencilla, no sin provocar protestas relacionadas con temas de derechos de autor, que eventualmente llevaron a la empresa a un juicio en el cual se enfrentó a varias casas discográficas. Con el tiempo Napster cambió su modelo de negocio y la gente migró a otros servicios como Kazaa, Emule o Ares, dando con ello los primeros pasos hacia un cambio radical para la industria discográfica.

El tiempo pasó y hoy se cuenta con una nueva aplicación para escuchar música por internet con un toque extra: para hacerlo no es necesario guardar los archivos en el disco duro de la computadora, por lo que se ahorra precioso espacio de la unidad de almacenamiento. Spotify, un servicio de streaming, ha firmado acuerdos con empresas como Sony BMG, Warner Music y Universal, que le han permitido incluir en su catálogo la música de los artistas de estas casas discográficas.

Spotify afirma que con su servicio, tanto solistas como grupos musicales, reciben regalías aún cuando no todos sus usuarios paguen por el servicio premium, pues se mantiene con publicidad. A pesar de esto, el sitio no ha sido ajeno a controversias y ha habido quienes no permiten incluir sus canciones entre las colecciones que ofrecen.

Lo anterior viene a colación debido a que recientemente la cantante Taylor Swift decidió retirar toda su discografía de la aplicación, lo cual da seguimiento a declaraciones previas en las que señalaba que la piratería, el compartir archivos y la reproducción en línea estaban disminuyendo considerablemente la venta de sus álbumes y esperaba que otros intérpretes no compartieran gratis su música, pues ella no quería que se subestimaran ni a sí mismos ni a su arte.

Pienso que esta decisión tiene más un trasfondo de negocios que de integridad artística. Al salir de Spotify no solo consiguió que aumentaran las ventas de su CD y las descargas en iTunes, donde ciertamente recibe mayores regalías que en la otra aplicación, sino también logró llevar a cabo una estrategia conocida como ventanas de distribución, que si bien usualmente se asocia con el cine, también aplica para otras industrias en las cuales se pone el material a disposición del público por etapas, utilizando diferentes canales según la novedad y el tiempo transcurrido desde su lanzamiento.

En este caso, lo que Taylor Swift y su disquera tal vez busquen sea agotar, primero, las ventas, para después -así como lo han hecho otros artistas-, regresar a Spotify o servicios similares que les puedan brindar un flujo de ingresos, quizá no muy alto, pero sí constante, y de paso mantener contentos a los fanáticos que les harán llegar utilidades, ya no por la compra del disco, sino por la venta de boletos para conciertos y presentaciones.

Por lo pronto, Spotify ha publicado un mensaje en su blog oficial donde afirman que tanto ellos como los 16 millones de usuarios que han escuchado su música en los últimos treinta días todavía sienten cariño por la intérprete y esperan que pronto cambie de opinión; y para demostrar que se toman su abandono con humor han creado una nueva playlist para sus suscriptores: “Qué escuchar mientras Taylor no está”.

¿A ustedes qué les parece?

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