Entre los dilemas más comunes cuando se emprende un negocio están saber cuándo es el momento correcto para comenzar a ahorrar, además de definir el porcentaje de las ganancias que se deben “apartar” para invertir. Lo más común por lo que suelen quebrar las empresas en sus primeros años es la mala salud financiera.
Para evitar estos problemas que pueden llevar al fracaso, Daniel Suero Alonso comparte cómo lograr una buena salud financiera en una empresa. Así podrá sobrevivir a las crisis por las que se pueda pasar sin perder su estabilidad financiera.
¿Qué es mejor, ahorrar o invertir?
Lo primero que debemos identificar, según Daniel Suero Alonso, es la diferencia entre ahorro e inversión. La primera se refiere a tomar una parte de los ingresos de nuestra empresa para gastarlos más adelante, mientras que la segunda se trata de poner a trabajar el dinero ahorrado para que más adelante nos rinda rendimientos.
Existen muchos métodos de ahorro e inversión. Elegir la mejor opción para cada empresa dependerá del momento por el que esté pasando y de las necesidades que tenga. No existe una fórmula mágica, pero los expertos sugieren usar el 20% de los ingresos totales para el ahorro. Esto permitirá tener un colchón en caso de crisis financieras y poder enfrentarlas sin perder capital importante.
Por otra parte, están las inversiones, las cuales tienen sus propios beneficios (sobre todo a mediano y largo plazo). Las inversiones pueden ayudarte a hacer crecer tu emprendimiento. Debes ser consciente de que el retorno de capital no será inmediato y que pueden pasar meses para recuperarla.
En el largo plazo, se convertirá en un activo que puede ser la diferencia entre crecer, mantenerse en la competencia o quedarse estancados. No obstante, la decisión de invertir no debe poner en riesgo muy alto la salud financiera de la compañía.