Aunque todos tenemos una idea clara de lo que significa esta palabra, es difícil definir “inteligencia”; investigando podemos encontrar que no hay una definición única. Las mejor aceptadas provienen de la psicología y muchas de ellas tienen un común denominador: Una conducta ante un entorno nuevo o recordado.
El concepto de Inteligencia Empresarial como tal, no es nuevo, pero es una realidad actual, en un mundo volátil e impredecible.
Hoy en día, cada vez más organizaciones y a mayor velocidad adquieren tecnologías que permiten ver sus negocios como un todo, no como operaciones aisladas, incluyendo elementos que interactúan entre sí, tales como la rentabilidad, optimización de recursos financieros y humanos, ventas, satisfacción e interacción con los clientes, impacto de las campañas de mercadotecnia tradicional y digital, etc.
Imagina que los objetivos de tu negocio se alinean con los impulsores de desempeño, riesgo y calidad, uniéndose para lograr tus metas organizacionales.
La firma de servicios profesionales Ernst&Young (hoy conocida como EY), define la Inteligencia Empresarial (IE) como la aplicación innovadora de la información analítica, la planeación empresarial y el monitoreo de clase mundial para acelerar el logro de los objetivos del negocio. La IE mejora el coeficiente intelectual empresarial (CIE) al permitir que la organización administre los impulsores de desempeño, riesgo y calidad a nivel proceso.
Tomando en cuenta la idea de Calidad Total, William Thompson, William Edwards Deming, Lord Kelvin y James Harrington, lo exponen con diferentes palabras, pero con el mismo enfoque: “Lo que no se mide, no se mejora”.
La Inteligencia Empresarial debe ir más allá de las paredes de la Organización, debe reflejarse en el contexto externo y permitir una clara ventaja competitiva.
Puntualizando, una adecuada gestión de IE nos brinda los siguientes beneficios:
1. Gestión más eficaz para la toma de decisiones en nuestra organización.
2. Mejor comprensión de la realidad empresarial por el hecho de incorporar el análisis de la información interna y externa.
3. Alineación de las distintas operaciones de la empresa con una estrategia uniforme.
4. Mayor rapidez en la adaptación ante los cambios producidos en el entorno competitivo.
5. Mejor control de riesgos internos y externos.
Con el beneficio adicional de poder ajustar las estrategias y las tácticas prácticamente en tiempo real ¿estás listo para implementar sistemas accesibles y sencillos para crecer la rentabilidad y las ventas de tu negocio?