A nivel personal y profesional, cada día prestamos más atención a nuestro bienestar. Con esta nueva necesidad, aparecen múltiples herramientas innovadoras y cercanas hacia el crecimiento y alcance de nuestros objetivos.
Una de ellas es el coaching, del cual se desprenden varios tipos.Se suele confundir los tipos de coaching con sus usos. El uso es el destino que se le da al coaching. Así, puede que hagas coaching de vida o en organizaciones, pero, por ejemplo, también puedes utilizar coaching neurolingüístico en ambos casos.
Por supuesto, no todos los tipos de coaching pueden utilizarse en todas las áreas. Sería muy difícil utilizar coaching coercitivo a un ejecutivo de alta dirección, dado que este está más enfocado al cambio personal.
A su vez, coaching de vida suele confundirse con la terapia. Explicamos cómo se diferencia esta técnica y cómo puede impactar el coaching de vida en las distintas áreas de nuestra cotidianidad.
¿Qué es el coaching de vida?
El coaching de vida tiene un enfoque ontológico, es decir, es un estilo que se ocupa del ser, y no del hacer (como lo hacen otras corrientes). Esto no quiere decir que los demás tipos de coaching no se ocupen del ser, pero en el coaching de vida con enfoque ontológico el ser toma un papel central.
Beneficios del coaching de vida
A raíz de lo mencionado anteriormente, aquellos que han conseguido una Certificación en Coaching de vida obtienen una optimización del lenguaje, los procesos y las herramientas lingüísticas utilizadas por la persona. Su fin es la modificación y mejora en la manera en que los individuos se expresan, sienten y piensan. Se basa en el lenguaje, el cuerpo y las emociones. Utiliza las preguntas, conversaciones y el movimiento corporal para provocar el cambio.
¿Cómo se diferencia el coaching de vida de la terapia?
Una de las principales diferencias es que, en la terapia, se supone que el terapeuta tiene un sistema de creencias basado en mayores conocimientos sobre el comportamiento humano. Se demarca una diferencia jerárquica entre paciente y terapeuta, debido a los estudios previos del terapeuta. La terapia generalmente se orienta al pasado —o, al menos, habla de nuestra historia—.
En el coaching de vida, el coach tiene el mismo nivel que el coachee o cliente. No existe ninguna diferencia en cuanto a conocimientos. Si bien el coach ha estudiado, lo que estudió fue sobre cómo utilizar la ontología del lenguaje para marcar distinciones y juicios, el arte de las buenas preguntas, y sobre todo, una buena escucha (libre de juicios).
El coach ha estudiado sobre cómo conversar (en resumidas palabras), pero no posee mayores conocimientos que el coachee. El coaching de vida trabaja hacia el futuro y hacia los objetivos.
¿Qué se puede conseguir con el Coaching de vida?
- Claridad a la hora de interpretar la situación actual personal: ¿cómo estoy?, ¿cómo quiero estar?
- Identificar e integrar valores, intereses, habilidades y talentos.
- Conseguir una mayor satisfacción en nuestra vida.
- Perfeccionar las habilidades familiares y sociales.
- Conectar con nuestra pasión.
- Mejorar la toma de decisiones.
- Lograr el equilibrio entre la vida personal y profesional.
- Eliminar miedos, distracciones y otras barreras para alcanzar el éxito.
- Aumentar la confianza y ganar impulso al obtener resultados.
- Incrementar la energía y productividad.
- Alcanzar el estilo de vida que se ha deseado durante tanto tiempo.
Estos son algunos de los beneficios que ofrece el coaching de vida, tanto a nivel personal como dentro de las organizaciones. Se ha convertido en una herramienta fundamental para mejorar la calidad de vida y, por consiguiente, el rendimiento dentro del campo laboral y la generación de nuevos emprendimientos.