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¿Qué caracteriza a una empresa triunfadora?

BELLEVUE, WA - NOVEMBER 30: Microsoft CEO Satya Nadella addresses shareholders during the 2016 Microsoft Annual Shareholders Meeting at the Meydenbauer Center November 30, 2016, 2016 in Bellevue, Washington. The company posted $22.3 billion in profits for the 2016 fiscal year. (Photo by Stephen Brashear/Getty Images)

Por Xicoténcatl Morales Hurtado, CEO de SELF México

“Las mejores empresas dan a sus empleados altos incentivos económicos”,  “las empresas de calidad cuentan con grandes capitales de respaldo”, “las empresas exitosas son dirigidas por personas que nacieron con muchos privilegios”, “en todas las empresas hay problemas de relaciones humanas, es imposible tener un buen ambiente laboral”, “la capacitación es sumamente costosa, no podemos invertir en ella sabiendo que no es una prioridad“.

Creencias como estas ciñen la mente de muchos líderes empresariales influyendo en sus decisiones de una manera negativa. Este tipo de paradigmas bastante arraigados en el imaginario organizacional hace que día a día se tomen acciones equivocadas en diversas áreas clave de una institución.

Asumir que el éxito de una empresa depende de ciertas condiciones irreales o fantásticas –también difíciles de adquirir– puede llevarnos a construir un escenario riesgoso que generalmente nos conduce al fracaso.

¿Circunstancias o decisiones?  

Fernando Hernández dice: “El éxito no es una condición, sino un resultado”. ¿Resultado de qué?… de tomar decisiones apegadas a presupuestos reales, de invertir en capacitación estratégica que ayudará a explorar nuevas soluciones para resolver viejos problemas organizativos, de generar deliberadamente un entorno de inclusión, respeto, trabajo en equipo y comunicación destinada a lograr objetivos.

Es cierto que las empresas se encuentran rodeadas de circunstancias económicas, políticas y culturales que pueden condicionar o influir en su fuerza productiva, en el ánimo de sus empleados o en la forma de ofrecer sus propios servicios al mercado que se dirige, pero esas circunstancias nunca tendrán más poder sobre lo que pasa al interior de sus puertas que las decisiones calculadas, tenaces, confiadas y apegadas a un esquema de trabajo responsable asumidas por todos sus miembros.    

Dejar el pasado

Las empresas que han triunfado tuvieron que abandonar sistemas completos de creencias quedándose con el mejor aprendizaje que pudo dejar la etapa previa a su cambio o el largo periodo de crisis que motivo un rediseño para emprender senderos desafiantes susceptibles de conquistar sólo a través de un genuino cambio de cultura derivado de diagnósticos precisos y orientado a la innovación y mejor administración de recursos. 

Seguir soñando con victorias o derrotas pretéritas puede ser un enemigo sutil que esté impidiendo ver el mañana. Mucha de la energía que se requiere para diseñar la conquista de un mejor futuro se fuga por la nostalgia, culpa o derrotismo de empresarios que no pudieron soltar pensamientos residuales y prácticas arraigadas a una forma lineal de hacer las cosas.

Genera las condiciones del triunfo     

Para responder a la interrogante que implica el título del artículo de hoy hemos enlistado estas sencillas ideas que esperamos sean de utilidad a tu negocio, firma o compañía:

– Las empresas triunfadoras detectan, retienen, desarrollan e impulsan el talento de sus equipos generando aliados internos capaces de ayudar, inspirar y empoderar a otros. 

– Poseen una cultura de respeto y reconocimiento hacia el perfil, esfuerzo o proceso y resultado final de las tareas que se derivan de un trabajo bien coordinado.

– Asumen valores no sólo declarativos sino demostrativos como parte constitutiva de su visión y misión, tales como la disciplina, constancia, honradez, esfuerzo y responsabilidad social.

– Maximizan la eficiencia de sus empleados y personal en general desde la contratación, haciendo que la integración a la cultura corporativa sea un proceso asistido por información objetiva (inducción, capacitación, relaciones laborales, desarrollo continuo, seguridad, etc.).

– Hablan de sus fallos y problemas buscando las tácticas más realistas para resolverlos en un tiempo adecuado y gracias a la mediación de todos los involucrados.

– Descentralizan el control de los procesos decisionales u operacionales por medio de la delegación adecuada que pone al centro el volumen de trabajo, tiempos de entregas, competencias, entre otras. 

– Son disruptivas en el sentido creativo y se retroalimentan de los éxitos o fallos de su competencia para buscar motivarse, sin caer en la descalificación mordaz de otras organizaciones que ofrecen productos o servicios similares. 

– Finalmente desarrollan un espíritu de equipo (teamspirit) que pone atención a la responsabilidad compartida haciendo que ni los jefes o empleados se sientan solos o asuman directrices unilaterales.

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