Por: Laura Barbieri
2023 llegará con desafíos especiales: los expertos anticipan un año difícil con bajo crecimiento y una caída en el consumo. Estamos a pocos días de que termine 2022 y las empresas lo saben. Por ello, ya están perfilando sus planes de negocio y presupuestos.
Una de las claves para elaborar un buen presupuesto es analizar el futuro; lo fundamental es prever las situaciones que puedan alterar los gastos de la empresa. Por ejemplo, hay que pensar si podrán existir despidos o si habrá pérdidas de inventario. Si bien es algo no deseado, se recomienda tener presentes estos imprevistos.
Es fundamental prever un escenario poco optimista, con ventas muy cercanas o incluso menores a los niveles de 2022 (si bien depende del mercado). Esto no significa que comencemos el año con una perspectiva negativa, sino que debemos ser realista y tener una mirada global al momento de planear, sobre todo cuando las economías más importantes del mundo se ven afectadas y la inflación de muchos países sigue subiendo.
Analizar las estructuras de costos es muy importante para escoger en qué ítems se pueden hacer recortes e intentar pasar de costos fijos a variables. También es fundamental saber gestionar las deudas, puesto que las repactaciones son el peor enemigo de las PyMEs cuando pierden el acceso a financiamiento.
Al momento de pensar en el crecimiento que deseamos para la empresa en 2023, es importante considerar un factor clave: la “innovación”, la gran vía para aumentar la productividad. En esa misma línea, la idea es contar con un modelo liviano y ligado a la tecnología para hacer más eficiente todos los procesos (y así evitar tanta labor manual).
Para adaptarse al contexto que se espera, todos aquellos propietarios o directores de pequeñas y medianas empresas deben redefinir sus estrategias de mercado y operativa.
Derivado de una crisis prolongada, este será otro año difícil para las unidades productivas de menor tamaño. Los precios de los productos seguirán con tendencia al alza, al igual que los servicios. En el marco global, la desaceleración económica seguirá impactando al país.
Estrategias para la resiliencia y el éxito en el 2023:
- Elaborar un plan financiero sólido, basado en presupuesto y gastos.
- Innovar en marcas, productos y servicios.
- Realizar networking con empresas similares dentro del sector.
- Cuidar tanto de los empleados como del cliente.
- Repensar constantemente el negocio.
- Apostar a las nuevas tecnologías.
- Eficientar los procesos existentes.
- Realizar una investigación económica. Para estar preparados y anticiparse a la recesión, saber cuándo hacer compras de inventario.
- Mantener los ojos abiertos hacia el futuro y estar atentos a las oportunidades.
- Descubrir qué necesitan los clientes de la empresa durante momentos de recesión.
- Diversificar los flujos de caja o flujos de ingreso.
- Ofrecer a los empleados mayor flexibilidad laboral al igual que modalidades de tiempo parcial —si es que resulta de beneficio para ambos o para futuras contrataciones—.
- Cuidar a los clientes y ofrecer más beneficios a aquellos más leales.
- Mantener o desarrollar la cultura organizacional.
Es momento de tomar acciones estratégicas y de pensar algunos aspectos del negocio, como los productos y servicios que se ofrecen, los métodos de producción y los materiales que se utilizan, la terciarización de mano de obra, la proveeduría, así como los canales y las firmas de distribución.
A su vez, es importante saber comunicar las estrategias de negocios en los equipos de trabajo, así como ser transparentes con lo que la empresa espera de resultados y, a la inversa, las expectativas hacia sus líderes y colaboradores.
El involucramiento grupal será de gran apoyo para alcanzar los resultados deseados; de tal forma, se logrará que la empresa se vuelva cada vez más innovadora y se rija por una visión de crecimiento compartida y apoyada por cada miembro.