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Principales desafíos para el próximo sexenio

Por Jesús Álvarez Gutiérrez

Los datos de la Encuesta Intercensal 2015, publicada recientemente por Inegi, muestran que el alto ritmo de crecimiento demográfico de Aguascalientes se mantiene: 2.2 por ciento anual (el nacional es de 1.4 por ciento). Esto nos dice que 1.09 por ciento de la población del país (120 millones) reside en nuestra entidad, la cual ocupa el lugar 27 por su número de población, 1.3 millones de personas.

Somos un estado joven, pues la edad media es de 25 años. Nuestra tasa de fecundidad es de 2.5 hijos por mujer y en adolescentes, se posee la más alta de México.

Además de joven, la entidad es polo de atracción para migrantes de otras latitudes de la nación. El saldo neto migratorio nos coloca en la octava posición en este rubro.

En educación, mostramos indicadores positivos y mejores que los obtenidos a nivel nacional; por ejemplo, tenemos 9.7 grados de escolaridad promedio y 2.6 por ciento de analfabetismo. Sin embargo, no estamos formando a nuestros jóvenes para emprender ni autoemplearse, tampoco nuestros egresados de bachillerato y universidad saben inglés ni cuentan con habilidades, tanto técnicas como socioemocionales, que son demandadas por los empresarios.

A pesar de esto, la población ocupada en Aguascalientes rebasa ya medio millón de personas: 63 por ciento trabaja en el sector servicios; 32 por ciento, en industria y manufactura (diez puntos arriba del porcentaje del país) y 5 por ciento, en el agropecuario.

Los salarios locales formales e informales están 15 por ciento debajo del promedio nacional. Por eso, no es de extrañarse que cuatro de cada diez hogares complementa sus ingresos laborales con remesas y programas sociales públicos.

En términos de pobreza, Aguascalientes muestra resultados un poco mejores que los del país, pero siguen siendo preocupantes. Por ejemplo, 9 por ciento de los adultos y 6 por ciento de los niños del estado sufren de hambre.

La tasa de formalidad laboral en la entidad permite que 56 por ciento de la población esté afiliada al IMSS; sin embargo, falta personal, equipamiento y medicinas en las clínicas. La falta de prevención de enfermedades, como las derivadas del sobrepeso y la obesidad, consumen los recursos del sector salud.

En cuestión de vivienda, prácticamente todos los hogares de la zona urbana cuentan con electricidad, agua entubada (no potable), drenaje y recolección de basura por medio de contenedores. En electrodomésticos, ocupamos el octavo lugar en México.

Uno de los temas donde salimos peor es en el abuso del automóvil: 26 por ciento de los estudiantes y 37 por ciento de los trabajadores se mueve en vehículo particular, diez puntos arriba del promedio nacional en ambos casos.

En síntesis, Aguascalientes enfrenta desafíos muy claros en movilidad, agua potable, salud preventiva, abatimiento de la pobreza y, especialmente, fortalecimiento de la economía familiar por medio de la generación de empleos más productivos y mejor remunerados. También, requiere poner en sintonía al sistema educativo con un nuevo modelo de desarrollo económico, que privilegie la creatividad, innovación, generación de conocimiento y valor agregado.

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