Esta sólida estructura de 118 años de edad se levanta a tan sólo 8 kilómetros del centro de la ciudad de San Luis Potosí y cuenta con capacidad de albergar hasta ocho millones de metros cúbicos de agua. ¿Qué envuelve a este gigante de la ingeniería?
Un poco de historia
Hacia el año 1863, el Gobierno del Estado de San Luis Potosí se propuso dar un paso hacia adelante a la modernización y dar fin al problema de escasez de agua que aquejaba a los habitantes de aquella zona metropolitana.
Fue entonces cuando se ordenó la construcción de lo que en un principio fue llamada presa La Constancia y presa Morales (por su cercanía a este lugar), y actual presa de San José.
Esta edificación estuvo a cargo del ingeniero José M. Siliceo, proyecto en el cual también colaboró el ingeniero Reither, quienes en conjunto entregaron los planos y proyecto de trabajo al gobernador de aquel entonces, Blas Escontría.
Para su tiempo, esta edificación fue un claro ejemplo de una ciudad en vías de desarrollo y urbanización y se convertía en referente en la captación de agua en todo el país.
La fecha de culminación del proyecto fue en el año 1903, mismo en el que la presa registró su primer lleno total por las intensas lluvias de ese año. (Según archivos históricos).
Sus dimensiones
Respecto a sus dimensiones, es considerada una de las obras hidráulicas más importantes del siglo XX en el estado, pues es una de las más grandes y con proporciones considerables:
- La cortina es de piedra cantera y mide poco más de 100 metros de largo, por 32 de altura.
- Cuenta con 7 metros de grosor en la parte más alta.
- Su vaso de capacitación se ubicaba en 7 millones 526 mil metros cúbicos.
- Actualmente, esta cantidad no rebasa los 5 millones de m3 debido a su desgaste.
Su importancia en la actualidad
Pese al pasar de los años, este gran cuerpo de agua sigue abasteciendo del vital líquido a gran parte de la mancha urbana que se centra en la capital del estado y alrededores, además de que evita inundaciones de consideración en esta zona.
Asimismo, concentra gran variedad de especies naturales y evita que el suelo del área y alrededores se erosione, así como evita la irrupción de agua salada a los depósitos subterráneos con los que cuenta la entidad.
Con las recientes lluvias, la presa San José ha podido mantenerse en sus niveles más altos después de una intensa sequía que afectó el abastecimiento de agua en meses anteriores. Lo que prolonga su disponibilidad hasta medidos de 2022.