Este 20 de enero habrá un nuevo presidente de EUA y también, nuevos problemas para México. Es bien sabido que no hay momento oportuno para sortear situaciones difíciles; son parte de nuestra realidad y debemos hacerles frente. Entre aquellas que se le podrían presentar a nuestro país con el advenimiento de Trump están la construcción del muro, lo cual puede hacer en su territorio, el problema es que dice que los mexicanos lo pagaremos; el endurecimiento de la política de extradición de indocumentados, la cual ya fue bastante agresiva durante la administración de Obama; y la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que con los años se ha convertido en un instrumento valioso para el desarrollo de nuestra economía.
De una u otra manera, tendremos que enfrentar todo esto, y creo que la mejor opción para hacerlo está en la preparación de nuestros connacionales: a través de la educación, crearemos oportunidades y así, evitaremos que lo más valioso, nuestros jóvenes, vaya a fortalecer a los vecinos.
Pero aún hay más nubes negras. Trump ya amenazó a varias empresas que están por invertir en México, con la aplicación de un nuevo impuesto a sus productos. Algunas compañías ya han reaccionado, cancelando sus planes de inversión en la república mexicana y trasladándolos a EUA. Lo que no le han dicho al nuevo gobernante es que nuestro país importa más de lo que exporta a territorio estadunidense y que tanto nuestras importaciones como exportaciones son más que las del resto de Latinoamérica. Además, no es solo la mano de obra barata lo que ha atraído a los inversionistas, sino también la calidad y preparación de nuestros trabajadores.
Otras cosas a tomar en cuenta: todos los productos manufacturados llevan un porcentaje de componentes estadunidenses, el cual es a veces de hasta 60 por ciento; y los trabajadores en México luchan de forma extraordinaria por conservar sus empleos, mientras que en EUA los empleados buscan cómo trabajar menos y ganar más… somos dos sistemas de trabajo totalmente diferentes. Una más: si las acciones de Trump logran hacer que muchas empresas se vayan de nuestra nación y el desempleo aumenta, la llegada de indocumentados a EUA va a incrementarse.
México se enfrenta a la encrucijada de lograr que su sociedad esté mejor preparada en todos los aspectos –tal como ha demostrado estarlo en productividad–, para poder defenderse de los embates del nuevo gobierno estadunidense. Para alcanzar esta meta, es necesario facilitar a los mexicanos el acceso a todos los niveles de educación.
La estrategia de Trump consiste en amenazar permanentemente a todos, con el fin de que medio mundo le tenga miedo; así, aunque no cumpla por completo lo ofrecido, sus arbitrariedades e intolerancia se harán un mal menor en virtud del miedo que ha imbuido. Ya muchas naciones han reaccionado, por ejemplo, Francia no enviará un representante a la toma de posesión debido a los ataques del magnate a países europeos.
Ahora nos toca a nosotros; lo importante es que nos preparemos, actuemos. Y para ello, necesitamos un gobierno bien administrado y menos obeso.