En la Alianza Centro-Bajío-Occidente (ACBO), que conforman los estados de Aguascalientes, Guanajuato, Jalisco, Querétaro y San Luis Potosí, se han planteado como objetivo convertirse en una de las regiones más competitivas de Latinoamérica.
Para alcanzar este propósito se está trabajando desde diversos rubros, de ahí que los gobernadores de las cinco entidades hayan acordado impulsar cinco proyectos en materia de infraestructura y considerarlos como prioritarios, y aunque cada uno involucra cuando menos a dos entidades, los beneficios serían para toda la región.
Uno de estos proyectos es la continuación de la Vía Férrea Aguascalientes-Jalisco, que estuvo detenido alrededor de 30 años y que ahora se está retomando, registrándose avances importantes para que la obra sea una realidad en los siguientes años.
“La logística siempre ha sido un detonador estratégico del desarrollo económico; habilitar infraestructura logística y encadenar productivamente a diferentes regiones es estratégico. Esta vía tiene una importancia clave porque nos permite unir de manera mucho más eficiente dos grandes puertos del país: el puerto de Manzanillo y el de Laredo”, explicó el secretario de Desarrollo Económico de Jalisco, Ernesto Sánchez Proal.
Son varias las industrias que se beneficiarán con la vía férrea, principalmente la automotriz, la aeroespacial y la electrónica que reciben componentes de los países asiáticos para su transformación en diversos consorcios de la región; pero también se potenciarían las exportaciones del producto final a los países de Asia, Norteamérica y Sudamérica.
“Estamos hablando de que restaríamos una cantidad importante de tiempo y de costo al traslado; le estamos restando más o menos un día completo al traslado y en costo dependiendo de lo que se esté moviendo, pero en realidad es un habilitador industrial”, señala el funcionario jalisciense.
En los últimos meses son varias las reuniones que se han tenido con autoridades federales para impulsar el proyecto, principalmente en la Oficina de la Presidencia y en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), habiéndose obtenido hasta ahora resultados favorables, de ahí que se tiene la expectativa de iniciar con la ejecución de la obra el año entrante.
Inversión privada
En cuanto a la inversión, el secretario de Desarrollo Económico de Jalisco puntualiza que sería privada y oscila en los 500 millones de dólares. La construcción tendría una duración de 42 meses, es decir, tres años y medio, pero antes hay que agotar una serie de etapas como la que actualmente está en curso, que es la realización de los estudios de factibilidad del proyecto.
“Ambos estados estarían coordinando el proyecto y manejando todo el proceso de licitación y asignación de la construcción y posteriormente de la operación, pero todo esto tiene que ser, por supuesto, con la anuencia del gobierno federal”, refiere Sánchez Proal.
Concesión compartida
En este contexto, el secretario de Desarrollo Económico de Aguascalientes, Manuel Alejandro González Martínez, señala que aun cuando falta mucho por recorrer para que el proyecto se concrete, ambos gobiernos están trabajando de la mano para lograr avances puntuales.
“Es un proyecto que prácticamente tiene treinta años que se visualizó y por una u otra razón no se ha concretado. Inclusive, ya se tenían los derechos de vía, los derechos de paso, en ese momento. Se habían construido algunos puentes, algunos cruces entre carreteras y poblaciones y lamentablemente no se pudo concretar”, refiere el funcionario.
Explica que parte de las razones por las que no se había avanzado es por la inversión pública que se requería para hacerlo, “pero nosotros le estamos proponiendo al gobierno federal que nos dé la concesión, que nos permita tener una concesión vía estatal, es decir, que cada estado pueda tener la concesión del tramo ferroviario que le compete dentro de su territorio, y a su vez nosotros poder concesionar; primero licitar la obra, y por otro lado licitar la concesión para la operación de la ruta”, refiere.
Agrega que ambos estados se han repartido la elaboración de seis estudios técnico-justificativos, medioambientales y jurídicos, que les permitan tener claridad en la viabilidad de este modelo de negocio, para dos cuestiones: una para solicitar la concesión a la SCT en apego a la normatividad, y dos para demostrar a los inversionistas privados que esa ruta es viable económicamente hablando.
Sobre el trazo, añade que consistiría en la construcción de 68 kilómetros y la rehabilitación de uno de los tramos ya existentes entre Chicalote, Aguascalientes y El Castillo, Jalisco.
“Para nosotros es más conveniente que llegue a Chicalote, porque, además de que ya tenemos infraestructura en este ferropuerto, es donde convergen las dos líneas de ferrocarril, tanto de Kansas como de Ferromex; es un punto de partida muy importante tanto para las mercancías que van hacia Guadalajara-Manzanillo, hacia Laredo, o hacia el centro del país”, recalca.
Se espera que para finales de septiembre estén listos los estudios que se están realizando, y en los cuales se invierten 10 millones de pesos.
