El 2016 significó crecimiento y equilibrio para el sector inmobiliario en el país. En el informe del Tercer Trimestre del año pasado del Banco de México, se informó de una recuperación en las actividades terciarias gracias a las inversiones privadas y extranjeras.
Los sectores más beneficiados fueron la vivienda y comercial. En su estudio Situación Inmobiliaria México Primer Semestre 2016, BBVA afirma que “los niveles de los precios de la vivienda a lo largo del territorio nacional son cada vez más diversos y en los últimos dos años, en particular, algunas zonas se alejaron del promedio nacional”.
De acuerdo a la empresa Lamudi, en su Informe Mobiliario, durante 2016, la vivienda en renta tuvo un comportamiento al alza debido a los movimientos de migración de ciudad en ciudad, la llegada de extranjeros a causa del arribo de transnacionales y la generación millennial.
El estudio señala que las ciudades han comenzado a diversificarse, promocionando ya no sólo centros vacacionales, sino también vertientes del turismo de negocios y médico. De esta manera se ha provocado el desarrollo de su faceta inmobiliaria, la cual ha adoptado la consigna de sustentabilidad y cuidado del medio ambiente.
Región Bajío
Es sabido que esta región busca colocarse como el Corredor Central Industrial más importante de México. Tan sólo el año pasado acaparó el 15% de las inversiones en el sector inmobiliario.
Con más de 13 millones y medio de habitantes que residen en la zona compuesta por cinco estados, la oferta inmobiliaria del Bajío es vasta y diversa, pero son Querétaro y Guanajuato los más atractivos para las inversiones en cuanto a subsectores inmobiliarios se trata.
Según Lamudi, Aguascalientes y San Luis Potosí comienzan a dar batalla en el sector vivienda debido a la calidad de vida que ofrecen pues se encuentra sobre la media nacional.
En tanto a Aguascalientes, el estado ha logrado posicionarse como un importante centro logístico siendo la industria automotriz y manufacturera sus principales fuertes así como los más atractivos por las ventajas de la ubicación y extensión territorial.
A los atractivos económicos, de ubicación geográfica, mano de obra calificada y recursos naturales, se suman los turísticos, pues el Bajío cuenta con ciudades coloniales que son joyas del sector turístico mexicano. Es el caso de Guanajuato y Zacatecas, cuyos subsectore inmobiliarios turísticos se han diversificado buscando ofrecer una gama de opciones cada vez más amplia a los visitantes. Turismo de negocios, de salud y el eco-turismo conviven y complementan la oferta de esta región que, poco a poco, va consolidándose como una de las más dinámicas y competitivas en todo México.
La relevancia de la sustentabilidad
El plan Hábitat III es un punto de partida para la creación de un nuevo paradigma urbano que plantea una ciudad social donde la colectividad es el punto nodal y donde nace el desarrollo.
Aguascalientes, Durango, Mérida, Guadalajara y Puebla son algunas de las metrópolis mexicanas que han dado muestras de una agenda de desarrollo urbano sustentable que bien pueden servir de ejemplo para el resto del país. Y es que la capital de Yucatán es una ciudad que ha crecido de manera acelerada. Sin embargo, lleva años rehabilitando su centro, rescatando su urbanidad y buscando crear un entorno habitable para sus ciudadanos, privilegiando la armonía y el equilibrio con la riqueza natural que los rodea. Por su parte, Puebla es ejemplo tanto en su centralidad como en sus periferias pues ha logrado evitar el desorden y la desigualdad.
Así, estas dos ciudades, junto con otras como Aguascalientes, son parte de las urbanidades elegidas por citadinos que huyen del caos de sus ciudades de origen.
El desafío está en la mesa: construir ciudades resilientes con entornos justos, equitativos que fomenten la creatividad y la innovación. Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey lo han aceptado y actualmente trabajan en planes para repoblar sus centralidades además de desatar la inversión y el desarrollo de sus periferias.