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¿Por qué las estrellas de la NFL se están retirando más jóvenes?

Los rumores silenciaron el Lucas Oil Stadium. Los rumores se apoderaron del estadio. La noticia corrió como pólvora. La ilusión de los aficionados de los Indianapolis Colts por ver a su equipo prepararse para el inicio de la temporada contra los Chicago Bears pronto se tornó en un sentimiento de estupefacción, tras filtrarse la noticia de que Andrew Luck, el quarterback estrella de la franquicia y el líder que debía llevarlos a otro título Vince Lombardi, había decidido dar un paso al costado de los emparrillados y retirarse de la NFL.  

La estupefacción de algunos fanáticos mutó en enojo, frustración e incomprensión, al grado de abuchear e insultar a un jugador que por muchos momentos de su carrera sacrificó su cuerpo por tratar de liderar al equipo a la victoria.. Héroe la mayoría de las veces, Luck se vio obligado a apresurar el paso hacia los vestidores consternado por la reacción del estadio como si se sintiese un villano, un traidor.

La actitud desmesurada que adoptaron varios seguidores en contra de Luck recuerdan a las palabras del escritor inglés John Carlin, quien a tenor del suicidio del portero alemán Robert Enke a raíz de una depresión, escribió una columna en El País en la que refiere: 

“Todos [los deportistas], por más guapos o ricos que sean, o por más confianza en sí mismos que aparentenson inseguros. La condición humana lo exige, y la condición del futbolista, más. Todos creemos que porque ganan tanto dinero y son tan famosos tenemos el derecho a decirles de todo; que sus éxitos nos da licencia para matar”.

Minutos después de salir por la puerta de atrás, visiblemente abumado y con los ojos vidriosos,  Andrew se paró enfrente de una decena de reporteros para confirmar y explicar su despedida del fútbol americano profesional. 

“Esta no es una decisión fácil. De hecho, es la decisión más difícil de toda mi vida. Durante los últimos cuatro años, más o menos, he estado en este ciclo incesante de lesiones, dolor, rehabilitación, lesiones, dolor, rehabilitación… y la única forma forma de salir de esto es no jugar más al fútbol». En seis temporadas, sufrió lesiones en dos costillas, se desgarró parcialmente el abdomen, un riñón lacerado, al menos una conmoción cerebral, un desgarro en el hombro derecho y problemas en la pantorrilla y tobillo.

El jugador se dijo mentalmente exhausto, agregando que el dolor le quitó la alegría por el juego y que no había sido capaz de vivir la vida que él quería vivir. Dijo que el sufrimiento le impedía volcar su corazón al juego, y si jugase así, estaría defraudándose a sí mismo y a sus compañeros. 

Cinco meses después, en medio de la efervescencia de los playoffs de la NFL, otra noticia ahora proveniente de un equipo de los Carolina Panthers sacudió a la liga y a sus aficionados. ¿Cómo una franquicia que terminó el curso con un pésimo récord de 5-11 puede robar momentáneamente la atención de las superestrellas como Patrick Mahomes, Aaron Rodgers, Jimmy Garoppolo y Derrick Henry?

La respuesta es sencilla: Luke Kuechly, uno de los mejores jugadores de la liga en la última década y futuro Salón de la Fama, anunció su retiro del fútbol americano apenas a los 28 años de edad, tras ocho temporadas en el deporte que es considerado como “America’s Game”. 

A través de un video publicado en las redes sociales del equipo, el jugador manifestó:

“Para mí, es la oportunidad correcta para tomar otro camino. Desde que era pequeño, solo he conocido una manera de jugar este deporte, y es jugar rápido, jugar físico y jugar fuerte, y en este momento de mi vida ya no sé hacerlo. Y esa es la parte más difícil, porque yo todavía deseo seguir jugando, pero no creo que sea la decisión correcta”.

En los últimos años, Kuechly se había visto envuelto en una serie de lesiones. La más impactante ocurrió hace tres años, en un juego divisional contra los New Orleans Saints, en el que sufrió una conmoción cerebral tras un impacto con un adversario. Las imágenes eran escalofriantes, mostrando a un Luke entre lágrimas y esforzándose por agarrar aire. La lesión le hizo perderse los últimos seis juegos de la campaña. 

De esta manera, el linebacker se unió a otros grandes jugadores de la NFL que han elegido dar un paso al costado de manera intempestiva para retirarse del deporte que aman antes de los 30 años de vida, con casos sonados como el de Rob Gronkowski, Calvin Johnson y Patrick Willis entre los más sonados los últimos tiempos.

Pero, ¿Por qué cada vez más se da el retiro prematuro de jóvenes atletas de fútbol americano?

Brian Sennett, jefe de medicina deportiva de Penn Medicine, dijo en una entrevista para la Universidad de Pennsylvania que la situación se puede resumir a la ecuación del placer contra el dinero. Si lo que predomina en su carrera es la diversión y el dinero, seguirán jugando, pero si el dolor se empieza a convertir en el común denominador, el jugador se retirará, aseveró.

El médico investigador señaló que tras las lesiones, los jugadores tienen que seguir un proceso riguroso de rehabilitación física, lo cual, momento en el cual alguien, tras haber sufrido muchas lesiones, puede empezar a sopesar la idea de la retirada:

“Hay en el ambiente una pregunta de cuánto tiempo los jugadores tendrán que trabajar en su recuperación. En sí, no es la acción de rehabilitarse, porque los ejercicios  que hacen en el entrenamiento son mucho más difíciles, sino la incertidumbre de cuánto tiempo tomará recuperarse, o incluso si será posible regresar al cien por ciento después de algunas lesiones”. 

Brandon Brooks, jugador de los Philadelphia Eagles, recientemente declaró: “Es muy frustrante tratar de luchar a través de la rehabilitación de una lesión, mientras tú intentas jugar ser el jugador que quieres ser pero no puedes. Psicológicamente te afecta”.

Por otra parte, Sennett reconoció que las afectaciones en el cerebro derivadas de las conmociones que puedan sufrir jugadores tras impactos en la cabeza, no cree que los retiros súbitos tengan que ver con ese tema en particular. «A largo plazo puede jugar un papel importante, pero cuando un jugador de fútbol decide retirarse repentinamente, creo que existen preocupaciones más urgentes relacionadas con el desgaste físico general». 

Lo cierto es que la liga en general se ha mostrado preocupada por los descubrimientos realizados en torno a la Encefalopatía Traumática Crónica hallada en exjugadores fallecidos de la NFL. Chris Borland, ex jugador de los San Francisco 49ers, se retiró intempestivamente tras dos temporadas en la élite debido la preocupación del potencial daño cerebral a medio plazo que pudiera sufrir debido a los impactos inherentes al deporte. 

Un reportaje firmado por Audrey Tramel en la página SportsRec, refiere las consecuencias de padecer continuas lesiones cerebrales en la práctica del fútbol americano, apuntando como agravante los códigos de “dureza física” que envuelven a la mayoría de los equipos:

“Cuando se produce una conmoción cerebral, las células del cerebro se estiran o se lesionan de una manera que puede afectar el bienestar mental y físico de los jugadores(…)Tal daño puede evitarse si se tiene la cantidad adecuada de descanso después de una conmoción cerebral, pero muchos entrenadores y jugadores operan bajo un código de resistencia fisica. El resultado puede ser daño cerebral, con afectos que se sienten inmediatamente en forma de mareos, desequilibrio y dolor de cabeza, así como más tarde en forma de problemas de equilibrio, depresión clínica y más”. 

Junior Seau, uno de los mejores jugadores defensivos de la NFL a inicios del milenio, se suicidó en 2012 pegándose un tiro con una escopeta en el pecho. La autopsia reveló que en el momento de quitarse la vida sufría de Encefalopatía Traumática Crónica. La familia del jugador responsabilizó a la liga por sus acciones y omisiones, al considerar que no hizo lo suficiente por la salud de los jugadores. En los últimos años, la NFL ha invertido en tecnología para el mejoramiento de los cascos, a la par de modificar las reglas, con el fin de evitar los impactos en la cabeza de los jugadores. 

Brian Sennett señaló el salario como uno de los factores que inciden en la decisión de apartarse del fútbol americano, explicando que actualmente el jugador gana mucho más dinero que anteriormente, lo que le permite gozar de una estabilidad financiera que le brinda la posibilidad de escuchar a su cuerpo y detenerse si es lo mejor.

Por ejemplo, Andrew Luck llegó a firmar el mejor contrato en la NFL, y su patrimonio, según estimaciones, puede rondar una cifra superior a los 100 millones de dólares. En el caso de Kuechly, el monto oscila entre los 60 millones.

Esta visión coincide con la del columnista CBS Sports, Jonathan Jones, quien en un artículo señala que el retiro prematuro es únicamente una tendencia entre los jugadores de la NFL que han hecho una gran cantidad de dinero a lo largo de sus carreras.

«Hay más información que nunca sobre los efectos que el fútbol puede tener sobre el cerebro y el cuerpo. Y parece indicar que esto jugó el papel más importante en las decisiones individuales de Luck, Kuechly y Gronkowski para retirarse antes de lo 30. Aunque es grosero e incómodo hablar sobre las finanzas de otras personas, debe señalarse que ellos tres pudieron tomar esta decisión. Porque los robustos paquetes de pensiones y seguros de la NFL siempre estarán ahí para ellos, y sui cuidan su dinero con un moderado nivel de responsabilidad, nunca más tendrán que preocuparse por su cuenta bancaria». 

Por ello sostiene que no puede argumentarse que el retiro prematuro es una tendencia alrededor la NFL, en la que el retiro promedio de un jugador se da tan solo tres años después de entrar a la liga, competición que “mastica y escupe jugadores con una viciosa regularidad”. 

Rob Gronkowski, exjugador de los New England Patriots y posiblemente el mejor tight end de todos los tiempos, se retiró el año pasado tras ganar su tercer Superbowl en su carrera antes de cumplir los 30 años. 

En aquel juego, hizo la atrapada decisiva que puso en situación de anotación a su equipo, en lo que sería el único touchdown del juego. Sin embargo, lo que pocos recuerdan es que antes de que finalizara la primera mitad, Gronkowski recibió un tremendo golpe en el cuadríceps femoral de su muslo. Tras recibir el impacto, Rob, uno de los jugadores más dominantes físicamente que haya conocido la liga, supo en ese instante que ése sería su último partido como profesional:

«Al estar en el aire [tras el golpe] supe que mi cuadrícep estaba deshecho. Ahí lo supe [que sería el final de su carrera]. Me dije: ‘Está bien, es mi último juego, es el Superbowl. Entrega todo lo que tienes’».

Gronkowski confesó que aquella noche triunfal solo pudo dormir cinco minutos. “No podía ni pensar del dolor. Estaba en lágrimas, en mi cama, después de una victoria en el Superbowl. No me hizo mucho sentido. Las cuatro semanas siguientes, Gronk no podía dormir más de 20 minutos. Derivado de la lesión, le tuvieron que drenar un litro de sangre del muslo afectado.

Tight end for the New England Patriots Rob Gronkowski (top L) is tackled by linebacker for the Los Angeles Rams Mark Barron (C) and linebacker for the Los Angeles Rams Cory Littleton during Super Bowl LIII between the New England Patriots and the Los Angeles Rams at Mercedes-Benz Stadium in Atlanta, Georgia, on February 3, 2019. (Photo by TIMOTHY A. CLARY / AFP) (Photo credit should read TIMOTHY A. CLARY/AFP/Getty Images)
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