Si hay un rasgo prácticamente unánime entre las personas más ricas del mundo, es su hábito arraigado por la lectura. Son consumidores voraces de libros, periódicos, ensayos, artículos, etcétera.
Bill Gates, quien lideró los rankings de millonarios durante varios años, comentó alguna vez para la revista TIME que cada libro que lee le enseña algo nuevo, o le permite ver las cosas desde un ángulo diferente, algo que considera le ha ayudado no solo a forjar su carrera como empresario exitoso, sino a desarrollarse como persona.
“Leer alimenta un sentido de curiosidad sobre el mundo, el cual pienso que me ha ayudado a desarrollar mi carrera”, mencionó quien dice leer alrededor de 50 libros por año.
Su padre llegó a comentar que su afición por la literatura se cimentó en la infancia leyendo enciclopedias, ciencia ficción y libros típicos que fascinan a los niños de esa edad.
“Estábamos tan emocionados de tener a un hijo ávido por la lectura, pero leía tanto que su madre y yo debimos de poner una regla: ningún libro al momento de cenar”, recordó el progenitor de Bill Gates.
En una entrevista para Quartz, Bill Gates puso de relieve la importancia de la lectura para su aprendizaje, señalando que entre más lee uno, más fácil se vuelve contextualizar y recordar información:
«Si lees lo suficiente, hallas una similitud entre las cosas que las hacen fáciles de comprender, porque encuentras que esto es como lo otro. Si tienes un marco amplio, entonces tienes un espacio para poner todo lo que aprendes«.
Otro magnate que apunta a la afición a la lectura como una de las razones fundamentales para su desarrollo es Elon Musk, quien llegó a decir en una entrevista a Rolling Stone que «primero fui criado por los libros antes que por mis padres», de tal forma que estos ayudaron a labrar su visión de un mundo ideal, motor que ha impulsado el desarrollo de empresas como Tesla o SpaceX.
En este sentido, una de las personalidades más polémicas de los últimos tiempos señala que Isaac Asimov fue uno de los autores que más lo marcaron en sus objetivos como empresario :
“La lección que extraje de los trabajos de Asimov es que debes intentar tomar el conjunto de acciones que probablemente prolonguen la civilización, minimizar la probabilidad de una edad oscura o reducir la duración de una edad oscura si existe una”
Otro que comparte pasión por los libros es Warren Buffet, uno de los hombres más acaudalados del planeta. El CEO de Berkshire Hathaway ha dicho invertir entre cinco y seis horas de su día (aunque algunos dicen que dedica el 80% de su jornada) en la lectura de periódicos, además de leer multitud de páginas de documentos financieros:
“Constantemente veo a personas ser exitosas en la vida que no son las más inteligentes, incluso ni siquiera las más responsables, pero son unas máquinas del conocimiento. Se van a la cama cada noche siendo un poquito más sabios de cuando se despertaron. ¿Cómo? Leyendo diariamente. Así es como funciona el conocimiento. Se acumula. Todos ustedes podrían hacerlo, pero les aseguro que no muchos no querrán hacerlo”, dijo el magnate.
Lector insaciable, se dice que Buffet que leyó numerosas veces la obra “The Intelligent Investor” de Benjamin Graham, la cual dice fue su piedra angular para convertirse en un airoso inversor.
Mark Cuban, magnate y dueño de la franquicia de la NBA, los Dallas Mavericks, también ha confesado que dedica alrededor de tres horas al día únicamente a la lectura, hábito que dice lo ayudó a encaminarse al éxito.
El empresario ha recalcado que no leyó nada que no estuviera al alcance de cualquier persona, dando a entender que algo que lo distinguió en su momento es esa voluntad por aprender a través de la lectura:
“Todo lo que leí era público. Cualquiera puede comprar los mismos libros y revistas. La misma información estaba disponible para cualquiera que la quisiera. Resulta que la mayoría de la gente no lo quería «, declaró.
La fortuna de Barack Obama no se asemeja a la de los cuatro anteriores milmillonarios, pero al igual que ellos, podemos reconocerlo plenamente como uno de los grandes líderes de este mundo.
El ex presidente de los Estados Unidos comentó que en su juventud, cuando no se hallaba trabajando se hallaba solo, en un departamento vacío, con la única compañía de libros apilados. Está afición la fue cultivando desde que era un infante, llegó a confesar:
“Me encantaba leer. La idea de tener estos mundos que eran portátiles, que eran míos, en los que podía adentrarme, me parecía fascinante«.
En un discurso para la Asociación Americana de Librerías, Obama pronunció fervientemente que la lectura es la habilidad de entrada que hace posible cualquier otro aprendizaje: desde problemas complejos de palabras, el significado de nuestra historia, hasta el descubrimiento científico y la competencia tecnológica.
“Cuando pienso en cómo entiendo mi papel como ciudadano, las cosas más importantes que he aprendido creo que las he aprendido de las novelas. Tienen que ver con la empatía. Tiene que ver con sentirse cómodo con la noción de que el mundo es complicado y está lleno de grises, pero que todavía hay una verdad por encontrar, y que tienes que esforzarte por eso y trabajar por eso. La noción de que es posible conectar con alguien más, aunque sea muy diferente a ti”, declaró en una entrevista para The New York Review of Books.