Para los que vivimos en el Bajío y el centro de México, es usual que a finales de enero e inicios de febrero veamos en un costado de las carreteras que llevan a Jalisco a decenas y decenas de personas caminando: son creyentes que van a peregrinar a San Juan de los Lagos.
Este municipio de Los Altos de Jalisco se ha convertido en un auténtico referente en el turismo religioso en México, pues la Catedral Basílica de Nuestra Señora de Juan de Lagos es la segunda más visitada en el país, al recibir más de 5 millones de visitantes a lo largo del año. Solamente la Basílica de Guadalupe, en la CDMX, atrae más visitantes.
Reportes históricos refieren al fraile franciscano Miguel de Bolonia la donación de la imagen de la Virgen María a la Basílica de San Juan de Lagos en 1542.
El primer milagro atribuido a la Virgen ocurrió en 1623, cuando una familia de cirqueros condujo a su hija fallecida a la iglesia. La sacristana del templo, Ana Lucía, colocó la imagen de virgen sobre el cuerpo inerte de la joven; al poco tiempo, la hija de los esposos resucitó y abrazó la efigie religiosa.
A este hecho se le denominó el ‘milagro de la cihuapilli’ (virgen de San Juan de Lagos).
“Desde entonces, se da un peregrinar continuo de personas, que pretenden pedir la gracia de esta imagen o dar las gracias por los favores recibidos”, menciona el portal Patrimonio Cultural y Turismo del Gobierno de México.
La plataforma señala que a partir de ese año, rápidamente se estableció la “piadosa” costumbre de ofrendar un obsequio a la Virgen Santísima (en dinero, en velas, alhajas, exvotos de cera, plata, oro, o objetos destinados para el culto)
La afluencia a la Basílica creció paulatinamente: en 1630, se reportó la visita de 2 mil peregrinos; en 1639, la cifra creció a tres mil. Para 1810, el número ascendió a 35 mil personas; en 1990 se batió el récord al registrar más de 6 millones de visitantes, número superado en 2000.
Actualmente, la Catedral Basílica de San Juan de los Lagos recibe alrededor de dos millones de visitante en los días que rodean a la Fiesta de la Candelaria (el 2 de febrero), peregrinos que a través de la ‘Caravana de la Fe’, caminan cientos de kilómetros provenientes de diversos estados de la república para venerar a la virgen.
“La fiesta es para conmemorar la purificación de la Virgen y la Presentación del Niño Jesús al Templo mediante procesiones con velas, cirios y candelas encendidas, de ahí el nombre”, menciona la Secretaría de Turismo de San Juan de los Lagos.
La dependencia turística refiere que para algunos peregrinos, el traslado hacia el municipio jalisciense constituye una experiencia muy emotiva y espiritual. “Los peregrinos rezan y cantan durante el camino, y a menudo se detienen en las capillas y santuarios que se encuentran en el camino para pedir por sus intenciones. Hay quienes también llevan ofrendas por amor y fe a la Virgen de San Juan, y piden por la salud y la protección de sus seres queridos”.