Pese a lo publicado en diversos medios de comunicación, la iniciativa de reforma en materia energética impulsada por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no va en contra de los paneles solares instalados en las casas y negocios en el país.
El propio López Obrador rechazó en su conferencia de prensa matutina que la iniciativa de ley vaya a cancelar los permisos de auto-abasto con paneles solares, al señalar que hay mucha desinformación, sin embargo, no esclareció con mayor detalle con el objetivo de dar mayor tranquilidad a los usuarios.
“Esa es una mala interpretación que le están dando muchos medios de comunicación en donde pareciera ser que el gobierno va a derogar los permisos para las personas que tienen paneles solares en los techos de sus casas (o negocios), pero no se van a derogar y no está ni contemplado”, señala Guillermo Medina, director de Max4 Energía Solar.
¿Adónde (no) apunta López Obrador?
El especialista en Energía menciona que la reforma del presidente de México va orientada a modificar el Mercado Eléctrico Mayorista, lo que impacta a las empresas dedicadas a la venta de energía a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), mas no a las familias o negocios que hacen uso de paneles solares para generar su energía, pues su regulación está dentro del marco legal de Generación Distribuida (aquella que se genera en los puntos de consumo), ramo que no está siendo abordado por la iniciativa.
Uno de los orígenes de la confusión se halla en la circulación en medios nacionales del artículo segundo transitorio de la reforma, el cual refiere explícitamente: “los permisos de generación eléctrica otorgados y los contratos de compraventa de electricidad con el sector privado, se cancelan, así como las solicitudes pendientes de resolución”.
En este sentido, Guillermo Medina precisa que los usuarios de paneles solares establecen con la CFE un contrato de contraprestación (no uno de compraventa, referido en la reforma), en el que la energía generada por el usuario es “exportada” a la CFE para que la Comisión la venda a alguien más.
Al final, la casa o el negocio tendrá que pagar la diferencia entre la energía que generó -y “transmitió” a la CFE- y la energía que consumió:
“Es decir, si tu consumiste 100kWh y tu generaste o regresaste a la red 80kWh, solo te van a cobrar lo proporcional a los 20kWh. Pero esto no es un esquema de compraventa, es un esquema de contraprestación, un intercambio. La reforma está encaminada a la compraventa de energía, por lo que la Ley de Generación Distribuida (que regula a los usuarios de paneles solares) no se verá afectada”, sostiene Guillermo Medina.
¿Entonces a quién sí afecta?
El especialista en materia energética sostiene que quienes se verían afectados por la reforma son los privados del Mercado Eléctrico Mayorista, particularmente los generadores calificados, que son aquellos que tienen más de un MW de carga conectada y que venden la energía a otras empresas a un costo más competitivo que el ofrecido por la Comisión Federal de Electricidad.
“El mensaje que manda el gobierno federal a través de esta reforma es una señal de ingobernabilidad. Es decir, si un generador [calificado] ya tiene un permiso otorgado por la Comisión Reguladora de Energía (CRE) hace cinco años, la empresa ya invirtió, ya instaló los paneles solares y ahora lo quieren derogar, pues eso sí está mal. Eso el gobierno no lo puede hacer y afecta a toda la industria eléctrica”, apunta Guillermo.
El director de Max4 Energía Solar menciona que la reforma estaría impulsada para beneficiar a la CFE dado que ha dejado de ser un agente preponderante en el mercado eléctrico mayorista debido a su posición poco competitiva respecto a los demás actores (ofrece tarifas más altas), su poca rentabilidad y sus altos costos de operación, por lo que de seguir así podría desaparecer en los próximos años:
“CFE te vende el kWh en promedio en 1.80 pesos, mientras muchas empresas que se instalaron para vender energía ofrecen un costo mucho menor, alrededor de los 80 centavos. Entonces, si el costo de generación es más caro (1.80), y le sumas transmisión y distribución, al cliente le llega un kWh en dos pesos. CFE no compite en precio, por lo que cada vez tiene menos clientes y al tener un alto costo de producción, es más complicado mantenerla viva”, sentencia.
